INTERNACIONAL
El drama de vctimas y casuales sobrevivientes

Las conmovedoras historias del vuelo de Air France

Desde el trágico final de una luna de miel, hasta el alivio de un matrimonio francés. Los que viajaron y los que se salvaron por un pelo.

0602avionbrasilefe4681
| EFE

Entre la congoja y la sorpresa; entre el desconsuelo y el alivio. Hay historias de todo tipo alrededor del vuelo de Air France que desapareció ayer con 228 personas sobre el Oceáno Atlántico. Víctimas y milagrosos sobrevivientes que, por alguna razón, no lograron subir al trágico avión del que aún no se encontraron restos.

 

Esto no les gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Hoy más que nunca Suscribite

Además del argentino Pablo Dreyfus, hijo del reconocido publicista Gabriel Dreyfus, la azafata argentino-española Clara Mar Amado, y el príncipe brasileño Pedro Luis de Orléans e Bragança (el tercero en la línea sucesoria al trono de Pedro II), la historia de los desaparecidos del vuelo de Air France son de las más diversas, muchos de ellos muy reconocidos dentro de su profesión.

 

El trágico final de una luna de miel quedará marcado en el recién casado para toda la vida. Sucede que él, a diferencia de ella, no subió al vuelo desaparecido porque debía regresar a trabajar a Dubai. Su mujer, en cambio, tenía unos días más libres, así que tomó ese vuelo para ir a visitar a unos parientes, según informó el diario español El País. Anna Negra, de 28 años, y Javier Alvarez son dos españoles que se habían casado el pasado 6 de mayo y se fueron de luna de miel a Brasil durante tres semanas. Vivían en Dubai desde hacía dos años, pero Negra, en vez de regresar con su marido, decidió continuar unos días más de vacaciones, visitando a su familia en Cataluña, adonde tenía previsto llegar tras hacer escala en París.

 

También, varios notorios empresarios, músicos, y hasta un conocido cirujano plástico brasileño se encuentran entre los pasajeros del vuelo desaparecido. Tres funcionarios de la empresa francesa de neumáticos Michelin viajaban a bordo del avión desaparecido. Se trata de "Luiz Roberto Anastácio, presidente de Michelin América Latina, Antonio Gueiros, director de informática de la empresa en Río, y la funcionaria francesa Christine Pieraerts", informó Monica Batelli, portavoz de la firma, según publica AFP.

 

Lo mismo reportó la petrolera brasileña Petrobras, que contaba con tres funcionarios en el vuelo de Air France, entre ellos el gerente en Irán, Eduardo César Moreno; la asesora de la presidencia Adriana Francisco Siujs, y el ingeniero Hilton Jadir Silveira Souza. Además, también viajaba en ese vuelo un reconocido cirujano plástico brasileño, identificado como Roberto Correa Chem, director del Banco de Piel y del Servicio de Cirugía plástica de Santa Casa de Porto Alegre, que viajaba con su esposa y su hija a Grecia.

 

El compositor Silvio Barbato, ex director de la Orquestra Sinfónica del Teatro Municipal de Río de Janeiro, y la cantante Juliana de Aquino, de 29 años, también eran pasajeros del vuelo AF 447.

 

Entre la desesperación, los milagros. El vuelo también tuvo sus inesperados milagros, en diversos pasajeros que, por alguna razón, no llegaron a subirse al avión desaparecido. Es el caso, por ejemplo, del matrimonio de Claude y Amina Jaffiol, que decidieron adelantar su regreso a Francia, pero no encontraron pasajes para el vuelo 447. "Es un milagro", dijeron.

 

Un caso parecido fue el del coreógrafo Gustavo Ciriaco quien, a pesar de haber comprado un pasaje para el vuelo con salida a las 16 del domingo, descubrió a su llegada al aeropuerto que por un error de la compañía había sido ubicado en el vuelo AF 447, ahora desaparecido, y que salió a las 19 de Río de Janeiro.

 

Luego de discutir fuertemente con los empleados de la compañía, el pasajero, cuyo destino final era la ciudad alemana de Frankfurt, pudo volver a cambiar el pasaje para el vuelo original y en estos momentos ya está en Europa, según contó su propio hermano, Bernardo Ciriaco, que acudió al aeropuerto internacional de Río de Janeiro nada más conocerse la noticia. "Yo sabía que mi hermano tenía que tomar ese vuelo a París, pero no sabía exactamente el horario, y entonces comenzó la desesperación", explicó.