
Tras más de siete décadas en el trono británico, la Reina Isabel II falleció este jueves 8 de septiembre a los 96 años. A lo largo de su vida tuvo un sólido estado de salud, pero en el último tiempo existieron distintas señales que indicaban un deterioro.
En febrero de este 2022, la monarca se contagió de Covid-19 luego de haberse encontrado con su hijo, el actual Rey Carlos III, que se infectó con el virus dos veces desde el inicio de la pandemia. Isabel II transitó la enfermedad con síntomas leves, pero reconoció en varias oportunidades quedar "exhausta" luego de haberla contraído.
"El virus te deja muy cansado y exhausto, ¿es así, no?”, se había preguntado la reina durante la inauguración que realizó a través de una videollamada de una unidad de cuidados que lleva su nombre y está ubicada en el Royal London Hospital.
En el corriente año, cuando cumplió 70 años como reina, se perdió muchas festividades del Jubileo en junio. De hecho, en el último tiempo, su agenda pública estaba reducida y había faltado inesperadamente a actividades que tenía anunciadas con anterioridad.
Isabel II: la última foto oficial mostró su deterioro físico
En noviembre de 2021, un comunicado emitido por el Palacio de Buckingham causó un fuerte estado de alerta: “La reina, después de haberse torcido la espalda, ha decidido con gran pesar que no podrá asistir al Servicio del Domingo del Recuerdo de hoy en el Cenotafio”.
La muerte de su esposo, el príncipe Felipe
El 9 de abril del año anterior se produjo el fallecimiento del príncipe Felipe de Edimburgo, a los 99 años, quien fue el padre de sus cuatro hijos y su marido durante 73 años. El secretario privado de la difunta monarca, Edward Young, había manifestado que para ella, Felipe fue “su roca”.
En ese sentido, se advirtió que Isabel tuvo una recaída psicológica considerable.

“Ha sido mi fuerza y mi sostén, el único hombre del mundo en tratar a la reina como un ser humano, de igual a igual”, fueron las palabras que expresó Isabel.
El historial de salud de Isabel II
En el 2017 la reina tuvo que faltar a un servicio religioso de Año Nuevo por un fuerte resfrío. Antes, Isabel tuvo una gastroenteritis y en 2003, debió ser intervenida para extraerle el cartílago desgarrado de su rodilla derecha. Esa fue la primera vez que se la vio usando un bastón, instrumento que utilizó un tiempo para su recuperación.
En 1994 se rompió la muñeca izquierda cuando se cayó de un caballo mientras andaba en su residencia de Sandringham en Norfolk, Inglaterra y eso registró otro ingreso a un hospital.
Un año antes, fue afectada por una gripe y faltó a varios compromisos. También debieron suturarle una mano después de que uno de sus perros le causara lesiones por una mordedura.
FP CP