Un hombre decapitó a una víbora que apareció en el jardín de su casa en Texas, Estados Unidos, y al intentar levantar los pedazos del animal sin protección, recibió una mordedura por parte de la serpiente.
Milo Sutcliffe se encontró con la culebra, de un metro de longitud, y lo primero que hizo fue tomar una pala y decapitarla con un corte seco a la altura del cuello. Pese a ello, cuando quiso levantar los restos, , recibió una mordedura profunda y se quedó con los colmillos clavados en la mano derecha, según relató su esposa, Jhenifer Sutcliffe, a la señal CNN.
El hecho ocurrió el pasado 27 de mayo. La víctima sufrió hemorragia en la base de los dedos anular y corazón, convulsiones y hasta llegó a perder la vista momentáneamente, por tal motivo su mujer lo trasladó de urgencia a un hospital y luego de recibir 26 dosis de antídoto contra el veneno, logró sobrevivir.
Si bien el incidente fue noticia sorprendió a los medios, se trata de un hecho que sucede a menudo. Las serpientes conservan sus reflejos durante horas después de su muerte, y morder es un mecanismo reflejo para las víboras, destinado a entregar veneno a las presas y los depredadores.
"Piensa en cómo un pollo todavía puede estar con la cabeza cortada. Las serpientes tienen un mecanismo reflejo similar", sostiene el Dr. Keith Boesen, director del Centro de Información sobre Fármacos y Venenos de Arizona.
"Pero cuando tienen la cabeza desprendida, no pueden controlar la cantidad de veneno que inyectan, debido a la capacidad cerebral disminuida (obviamente). Entonces las criaturas instintivamente distribuyen todo lo que pueden", agregó el especialista al mencionado medio.
