“Es el tiempo de regresar a Dios” no solo es la frase de Francisco que encabeza este nuevo ejemplar del L´Osservatore Romano en lengua española, sino que presenta el inicio de la Cuaresma como eje central de esta edición.
En la misa del Miércoles de Ceniza con el cual el Sumo Pontífice inicia el tiempo pascual que culmina con el Domingo de Resurrección se enfatiza ese “viaje de regreso a Dios”. Fue el cardenal arcipreste Ángelo Comastri quien impuso las cenizas al Papa durante la misa celebrada la mañana del 17 de febrero, Miércoles de Ceniza, en el altar de la Cátedra de la basílica vaticana. Francisco, después de haberlas bendecido y haberlas recibido las impuso a su vez en primer lugar a los cardenales concelebrantes —entre ellos, Giovanni Battista Re y Leonardo Sandri, decano y vicedecano del colegio cardenalicio, que después se acercaron al altar para la oración eucarística y el secretario de Estado, Pietro Parolin — y después a los ceremonieros pontificios y al diácono.
En esta edición se publica en forma completa y oficial la homilía pronunciada por el papa Bergoglio, quien entre otras consideraciones expresó que: “La Cuaresma es un viaje que implica toda nuestra vida, todo lo que somos. Es el tiempo para verificar las sendas que estamos recorriendo, para volver a encontrar el camino de regreso a casa, para redescubrir el vínculo fundamental con Dios, del que depende todo.
La cuaresma no es hacer un ramillete espiritual, es discernir hacia dónde está orientado el corazón… Nuestro viaje de regreso a Dios es posible sólo porque antes se produjo su viaje de ida hacia nosotros. De otro modo no habría sido posible. Antes que nosotros fuéramos hacia Él, Él descendió hacia nosotros. Nos ha precedido, ha venido a nuestro encuentro”.
En el mismo sentido del camino hacia la celebración religiosa más importante del cristianismo, se incluye en este ejemplar el mensaje de Francisco para la Cuaresma 2021. Bajo el título “Una mirada de esperanza en tiempos de fragilidad e incertidumbre”, el mensaje del Papa para la Cuaresma, presentado el 12 de febrero durante una conferencia online por el cardenal Turkson y por monseñor Duffé, respectivamente prefecto y secretario del Dicasterio para el Servicio del desarrollo humano integral, que intervinieron desde la Oficina de prensa de la Santa Sede junto a Marcela Szymanski, de Ayuda a la Iglesia que sufre, en vídeo conferencia desde Bruselas, que a través de un dibujo de una niña de 11 años de Alepo ofreció un testimonio conmovedor sobre el drama del conflicto sirio. «Mirad, estamos subiendo a Jerusalén...» es el pasaje del Evangelio de Mateo (20, 18) que hace de hilo conductor al texto pontificio, que contiene una triple propuesta para vivir el tiempo cuaresmal como ocasión de renovación de la fe, de la esperanza y de la caridad. La primera, explica Francisco, «nos llama a acoger la Verdad y a ser testigos, ante Dios y ante nuestros hermanos y hermanas»; la segunda es “agua viva” que «nos permite continuar nuestro camino»; la tercera «vivida tras las huellas de Cristo, mostrando atención y compasión por cada persona, es la expresión más alta» de las dos primeras.
Como es habitual, en este periódico oficial de la Santa Sede, se incluye el tradicional mensaje del último Ángelus dominical. En el mismo, que se publica en la segunda página, el Santo Padre presentó a un Dios «que se “contamina” con nuestra humanidad herida y que no teme entrar en contacto con nuestras heridas»: es esto de lo que nos habla Jesús en el episodio evangélico de la sanación del leproso. Con un lenguaje que se inspira en la actualidad de este tiempo de pandemia Francisco comentó así en el Ángelus del 14 de febrero el pasaje evangélico en el centro de la liturgia dominical. Asomándose a mediodía desde la ventana del Estudio privado del Palacio apostólico vaticano, el Pontífice introdujo con esta reflexión el rezo de la oración mariana con los fieles presentes en la Plaza San Pedro.
Finalmente, un tema que reiteradamente presenta Francisco en contraposición a la “cultura de descarte”, es la importancia de la tercera edad. En la página cuarta de este ejemplar se publican tres artículos sobre este importante tema. El primero de ellos es el documento de la Pontificia Academia por la vida, firmado por su titular, Mons. Vicenzo Pagilia. En el mismo se reflexiona sobre “La vejez: Nuestro futuro” como medida de la civilización de una época, y especialmente en estos tiempos de pandemia. En el segundo de ellos, Bruno-Marie Duffe, del Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral, basado en la exhortación apostólica “Christus vivit” centró su pensamiento en los valores de la memoria y la esperanza que aportan los ancianos a la cultura social. Finalmente, se publica una reflexión personal desde Japón por parte de Etsuo Akiba, titulado “El país más envejecido y con menor natalidad del mundo”.
J.D. / CP