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L'Osservatore Romano de esta semana: "Fraternidad y amistad social sin fronteras"

El número de esta semana de la edición española del L´Osservatore Romano, está lógicamente dedicado a la reciente Encíclica del Papa Francisco “FRATELLI TUTTI – Sobre la fraternidad y la amistad social”.

Nueva edición de L'Osservatore Romano de esta semana
Nueva edición de L'Osservatore Romano de esta semana. | Cedoc

El número de esta semana de la edición española del L´Osservatore Romano, está lógicamente dedicado a la reciente Encíclica del Papa Francisco “FRATELLI TUTTI – Sobre la fraternidad y la amistad social”.

Se incluye en esta edición una síntesis a modo de guía y ayuda para leer la misma. Ese resumen ocupa casi la mitad del contenido de este ejemplar (páginas 7-10), con la indicación que para leerla en forma íntegra, completa y oficial en lengua española se puede recurrir al siguiente sitio.

Dos artículos de fondo comentando la Encíclica son incluidos en este número. El primero: “¿Todos somos hermanos? La urgencia de pararse a reflexionar” a cargo de Andrea Monda, director del L´Osservatore Romano y el segundo: “Una nueva visión de las relaciones entre los pueblos y naciones”,  de la pluma de S.E.R. Pietro Parolín, Secretario de Estado de la Santa Sede.

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Finalmente resulta de mucha inspiración una selección de textos de la misma que se incluyen en forma destacada en la página 11. Entre ellos podemos resaltar los siguientes: “Durante décadas parecía que el mundo había aprendido de tantas guerras y fracasos y se dirigía lentamente hacia diversas formas de integración. Por ejemplo, avanzó el sueño de una Europa unida, capaz de reconocer raíces comunes y de alegrarse con la diversidad que la habita. Recordemos «la firme convicción de los Padres fundadores de la Unión Europea, los cuales deseaban un futuro basado en la capacidad de trabajar juntos para superar las divisiones, favoreciendo la paz y la comunión entre todos los pueblos del continente».

También tomó fuerza el anhelo de una integración latinoamericana y comenzaron a darse algunos pasos. En otros países y regiones hubo intentos de pacificación y acercamientos que lograron frutos y otros que parecían promisorios” (Fratelli tutti, 10). “El mundo avanzaba de manera implacable hacia una economía que, utilizando los avances tecnológicos, procuraba reducir los “costos humanos”, y algunos pretendían hacernos creer que bastaba la libertad de mercado para que todo estuviera asegurado. Pero el golpe duro e inesperado de esta pandemia fuera de control obligó por la fuerza a volver a pensar en los seres humanos, en todos, más que en el beneficio de algunos.

Hoy podemos reconocer que «nos hemos alimentado con sueños de esplendor y grandeza, y hemos terminado comiendo distracción, encierro y soledad; nos hemos empachado de conexiones y hemos perdido el sabor de la fraternidad. Hemos buscado el resultado rápido y seguro y nos vemos abrumados por la impaciencia y la ansiedad. Presos de la virtualidad hemos perdido el gusto y el sabor de la realidad». El dolor, la incertidumbre, el temor y la conciencia de los propios límites que despertó la pandemia, hacen resonar el llamado a repensar nuestros estilos de vida, nuestras relaciones, la organización de nuestras sociedades y sobre todo el sentido de nuestra existencia” (Fratelli tutti, 33). “Con el Gran Imán Ahmad Al-Tayyeb no ignoramos los avances positivos que se dieron en la ciencia, la tecnología, la medicina, la industria y el bienestar, sobre todo en los países desarrollados. No obstante, «subrayamos que, junto a tales progresos históricos, grandes y valiosos, se constata un deterioro de la ética, que condiciona la acción internacional, y un debilitamiento de los valores espirituales y del sentido de responsabilidad. Todo eso contribuye a que se difunda una sensación general de frustración, de soledad y de desesperación. [...] Nacen focos de tensión y se acumulan armas y municiones, en una situación mundial dominada por la incertidumbre, la desilusión y el miedo al futuro y controlada por intereses económicos miopes». 

También señalamos «las fuertes crisis políticas, la injusticia y la falta de una distribución equitativa de los recursos naturales. [...] Con respecto a las crisis que llevan a la muerte a millones de niños, reducidos ya a esqueletos humanos —a causa de la pobreza y del hambre—, reina un silencio internacional inaceptable». Ante este panorama, si bien nos cautivan muchos avances, no advertimos un rumbo realmente humano” (Fratelli tutti, 29).

Como es habitual se incluye también en este número la palabra completa y oficial del Santo Padre. En ese sentido se incluye su homilía dominical del último Ángelus (pag 2), su catequesis de la Audiencia general (pag 12), el mensaje a los miembros de la Guardia Suiza (pag 4) y su discurso al personal y dirigentes de la Caja de depósitos y préstamos (pag 5)

J.D. /  CP