INTERNACIONAL
de san juan a lima

Maxi Aguiar, el ascendente estratega político argentino del presidente Vizcarra

Integra el círculo íntimo del jefe de Estado peruano. Fue una de las piezas claves en la disolución del Congreso, que quería investigarlo.

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Rol. Rechaza la comparación con Duran Barba. Interpreta los procesos sociales y diseña la comunicación política para canalizarlos. | cedoc

El presidente de Perú, Martín Vizcarra, había estudiado al detalle cuál sería su siguiente paso. Al disolver esta semana el Congreso, controlado por el fujimorismo, dio la estocada final en una larga pulseada política, que había comenzado con las elecciones generales de 2016 y amenazaba con prolongarse eternamente. La jugada contó con el planeamiento de un estratega político argentino, al que la oposición intentó caracterizar como el “monje gris” del jefe de Estado: Maximiliano Aguiar.

Aguiar asesora a Vizcarra desde que asumió la presidencia y es miembro de su círculo íntimo. Llegó a Perú en 2016 para trabajar en la campaña de la ex congresista Mercedes Aráoz, pero luego se incorporó a la carrera presidencial de Pedro Pablo Kuczynski (PPK). Allí conoció y trabó amistad con Vizcarra, por entonces jefe de campaña de PPK y candidato a vicepresidente primero. “Están muy alineados. Tienen una lealtad mutua”, explicó a PERFIL una fuente de su entorno.

Ese vínculo se afianzó en la adversidad. Cuando el candidato llegó al ballottage, Vizcarra y Aguiar fueron desplazados en el diseño de la estrategia comunicacional y quedaron en un incómodo segundo plano. PPK derrotó a Keiko Fujimori y, ya en el poder, designó a Vizcarra embajador en Canadá. El consultor argentino, en tanto, rechazó asesorar al nuevo gobierno.

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Desde ese entonces, mantuvieron un vínculo telefónico casi diario, hasta que Kuczynski indultó a Alberto Fujimori e intuyeron que el presidente, sin el apoyo de la base social que lo había llevado al poder, estaba herido de muerte. Según el entorno del presidente, las horas previas a la caída de PPK fueron cruciales para el hoy mandatario: “Si Vizcarra se ponía a armar un gabinete, lo traicionaba. Y si no se preparaba era un irresponsable”.

En cuanto Kuczynski renunció, el vicepresidente asumió el poder y convocó a Aguiar, que, en sus escasas intervenciones públicas, define su trabajo como “más sociológico que marketinero”. “Es un consultor político experto en imagen. Identifica los objetivos del gobierno, delinea su modo de dirigirse a la gente, su discurso, lo que hay que decir, mide y pulsea la calle”, afirma a este diario Rafaella León, autora del libro Vizcarra. Retrato de un poder en construcción. “Los opositores lo han tratado de poner como el asesor en las sombras, casi como el Montesinos de Vizcarra. Está muy lejos de eso”, agregó la periodista, que entrevistó seis veces al primer mandatario.

La ofensiva del Congreso incluyó un pedido de la Comisión de Fiscalización para investigar la relación de Aguiar con las encuestadoras. “La política peruana es equivalente a la economía argentina. Acá muere gente, van presos. Citarlo a Aguiar formaba parte de un proceso de persecución para tratar de destruir a Vizcarra”, aseguran desde Lima.

La disputa continuó y se trasladó al Poder Judicial, muy golpeado tras la difusión del Lava Juez, un escándalo de corrupción que involucraba a magistrados designados por el aprismo. En un esfuerzo por blindarse en el caso Odebrecht y liberar a Keiko Fujimori, detenida por lavado de dinero y financiamiento ilegal de su campaña, el Congreso intentó designar el lunes de forma exprés a nuevos jueces en el Tribunal Constitucional. La jugada, sin embargo, fue interrumpida por una cuestión de confianza planteada por el premier Salvador del Solar, que no fue atendida por los congresistas en tiempo y forma, lo que habilitó a Vizcarra a disolver el Parlamento.

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Sapos de otro pozo. La empatía entre el presidente y su asesor puede estar vinculada a sus orígenes: ninguno pertenece al establishment político peruano que comandó el país las últimas tres décadas. Vizcarra fue gobernador de Moquegua, una provincia minera del interior de Perú. Aguiar, en tanto, alterna una semana en la capital peruana y otra en San Juan, donde está radicada su familia.

Buena parte de esa elite está conformada por el “aprafujimorismo”, la alianza entre los dos partidos de oposición más radical. Desde el Congreso, bloquearon y obstaculizaron la gestión de Vizcarra, que impulsó una reforma judicial y constitucional sin una bancada propia, ni un partido político que lo respaldara. Acorralado, el jefe de Estado se recostó sobre “la calle”, que repudiaba la corrupción y cuyo principal blanco era justamente el Parlamento.

El presidente había adelantado públicamente que planeaba disolver el Congreso. “Gobernaríamos con la Comisión Permanente. De ahí vienen nuevas elecciones, otra vez el pueblo se manifiesta, reemplaza a los congresistas y se continúa”, confió a León en su libro. El origen de esa decisión, su planificación y cómo fue llevada a cabo sí es un secreto que aún permence guardado bajo siete llaves, cuya combinación sólo conocen Vizcarra y Aguiar.

 

Identikit

  • Maximiliano Aguiar tiene 45 años y es oriundo de San Juan.
  • Es licenciado en Sociología y cursó una maestría en Consultoría Política en la Universidad Pontificia de Salamanca.
  • Dirige Acierto Consultora. Trabajó en Ecuador, México y San Juan.
  • No se identifica con Jaime Duran Barba. Su rol es “más sociológico que marketinero”.
  • Ganó en 2016 el premio Mejor Consultor Político del Año de  la Asociación Latinoamericana de Consultores Políticos.