INTERNACIONAL
por detención del hijo del chapo guzmán

México debió desplegar miles de soldados para sofocar la revuelta narco en Sinaloa

Al menos 29 muertos provocó el violento estallido que causó la detención de Olivio Guzmán, el hijo del Chapo, líder de una de las facciones del Cartel de Sinaloa que comandaba su padre, hoy cumpliendo una condena a cadena perpetua en los Estados Unidos. Al menos 4.500 soldados permanecen en Culiacán, la capital del estado del noroeste mexicano, que el jueves vivió escenas de guerra de guerrilla. Los narcos acosaron durante horas el aeropuerto y llegaron a disparar a un avión comercial. El arresto se produjo a días de la llegada a México del presidente estadounidense, Joe Biden.

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Blindados. El despliegue militar. | afp

Miles de soldados mexicanos retomaron ayer el control de Culiacán, la capital del estado de Sinaloa, en el noroeste de México, convertida en teatro de guerra tras la captura de Ovidio Guzmán, hijo del encarcelado narcotraficante Joaquín “Chapo” Guzmán, en una operación que dejó 29 muertos.

Cerca de 4.500 efectivos permanecen desplegados en Culiacán y lugares cercanos, tras la ofensiva que desató el Cartel de Sinaloa para rescatar a su jefe, recluido a cientos de kilómetros en El Altiplano, la cárcel de alta seguridad de donde su padre se fugó en 2015 antes de ser recapturado y condenado a cadena perpetua en Estados Unidos.

Los uniformados retiraron este viernes decenas de automóviles robados e incendiados a lo largo de la ciudad –de 800 mil habitantes–, en cuyas calles se libraron el jueves feroces batallas que alcanzaron el aeropuerto internacional.

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La terminal aérea permaneció cerrada hasta ayer, cuando se anunció su reapertura, mientras los habitantes buscaban retomar cautelosamente sus actividades tras la jornada de terror.

“Hay una calma en estas últimas horas”, dijo el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, conocido como AMLO,  en su habitual conferencia de prensa.

En algunos puntos, sin embargo, la circulación seguía interrumpida por vehículos reducidos a cenizas, pero no se reportaron nuevos enfrentamientos ni bloqueos. 

Terror. La operación para detener a Guzmán, de 32 años y reclamado por Estados Unidos, dejó 10 militares y 19 presuntos delincuentes muertos, informó ayer el secretario de Defensa, Luis Cresencio Sandoval González. 

Entre los uniformados fallecidos se cuenta un coronel, en tanto que otros 35 militares resultaron heridos de bala y 21 pistoleros fueron arrestados, agregó el oficial.

Otras 21 personas fueron detenidas en el curso de la operación, que se saldó sin víctimas civiles que lamentar, según Sandoval González.

En la operación, las fuerzas de seguridad se incautaron de un verdadero arsenal con cuatro fusiles de francotirador Barrett calibre .50 y otras seis ametralladoras del mismo calibre, 26 armas y 13 vehículos, cargadores, cartuchos y equipo táctico. Otras cuarenta camionetas fueron inutilizadas, de ellas 26 blindadas.

“El Estado mexicano brindará todo el apoyo a las familias de los fallecidos”, garantizó el secretario Sandoval, quien agradeció a los militares el desempeño de su labor.

“Existen las condiciones para regresar a las actividades habituales”, señaló por su parte Cristóbal Castañeda, secretario de Seguridad de Sinaloa.

Algunas de las escenas más dramáticas se vivieron en el aeropuerto, donde un avión comercial recibió un impacto de bala momentos antes de despegar y los pasajeros debieron tirarse al suelo para ponerse a salvo. Dos aeronaves de la Fuerza Aérea también fueron impactadas y debieron realizar aterrizajes de emergencia, reveló Sandoval.

El cierre del aeropuerto provocó la suspensión de vuelos en varias ciudades.

La captura de Guzmán se produjo en la antesala de una visita del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, quien llegará a México el próximo domingo para reunirse el lunes con López Obrador y participar el martes en la Cumbre de América del Norte.

El gobierno mexicano negó que la detención fuera para congraciarse con Biden y aclaró que en el operativo no hubo participación de Washington, que ofrecía una recompensa de 5 millones de dólares por alias “el Ratón”.

“Actuamos con autonomía, con independencia, sí hay cooperación y la va a seguir habiendo, pero las decisiones las tomamos como gobierno soberano”, aseguró el mandatario izquierdista este viernes.

Guzmán, de quien hasta ahora solo se ha visto una imagen barbado y subiendo al helicóptero que lo trasladó a la cárcel, tiene varias cuentas pendientes con la Justicia mexicana, por lo que en principio no habría una extradición ‘exprés’, según ha dado a entender el gobierno. La ley mexicana prohíbe exponer públicamente a los procesados.

Ovidio Guzmán enfrentaría de manera inicial a los tribunales por delitos contra la salud y por posesión de armas de fuego y AMLO recordó que, para un proceso de extradición, se deben presentar pruebas que demuestren el delito por el que se solicita ese proceso.

Chapitos. El líder de los Chapitos, como se conoce a los herederos del Chapo Guzmán, ya había sido detenido el 17 de octubre de 2019 en Culiacán, pero fue liberado por orden de López Obrador en medio de una auténtica revuelta armada de la organización criminal en las calles de la ciudad.

El mandatario defendió entonces su decisión, afirmando que se evitó un baño de sangre, cuando contingentes militares quedaron rodeados por civiles con armas largas.

López Obrador destacó que esta vez fue “completamente distinta”, pues la operación se ejecutó en la periferia y no en pleno centro de Culiacán para no poner en riesgo a la población.

Fundado hace cuatro décadas por el Chapo, el Cartel de Sinaloa es considerado por la agencia antidrogas estadounidense DEA como el principal responsable del tráfico de fentanilo, una droga cincuenta veces más potente que la heroína y que ha causado numerosas muertes por sobredosis en ese país.

Sandoval explicó que desde hace seis meses se detectaron las áreas de influencia donde Guzmán realizaba el tráfico de fentanilo.

 

Terror a bordo de un avión

Agencias

El aeropuerto internacional de la ciudad mexicana de Culiacán (noroeste) reanudó operaciones ayer, tras ser suspendidas el jueves por la escalada de violencia que desató la captura de Ovidio Guzmán, hijo del encarcelado narcotraficante Joaquín “Chapo” Guzmán, que incluyó escenas de terror dentro de un avión de pasajeros baleado por narcos.

“El Comité de Seguridad Aeroportuaria local ha evaluado las condiciones actuales y ha determinado la apertura del aeropuerto” a partir de las 10.00 hora local (16.00 GMT), señaló la terminal aérea en su cuenta de Twitter.

La detención de Guzmán el jueves en Culiacán desencadenó intensos tiroteos que se extendieron al aeropuerto, donde un avión de la empresa Aeroméxico recibió un impacto de bala en el fuselaje. También fueron impactadas dos aeronaves de la Fuerza Aérea. 

Aterrorizados, los pasajeros debieron tirarse al suelo para ponerse a salvo, según imágenes grabadas por ellos mismos y difundidas en redes sociales. Los trabajadores aeroportuarios también vivieron momentos de pánico y debieron abandonar a toda prisa los mostradores.

Las dos aeronaves oficiales impactadas realizaron aterrizajes de emergencia, dijo ayer el general Luis Cresencio Sandoval González, secretario de Defensa.

Debido al cierre aeroportuario, varios vuelos fueron suspendidos a lo largo del país.

Según cifras oficiales, México registra más de 340 mil asesinatos, la mayoría atribuidos a grupos criminales, desde que en 2006 el gobierno del entonces presidente, Felipe Calderón (2006-2012), lanzó una estrategia antidrogas con participación activa de fuerzas militares. A partir de ese año también se dispararon los casos de desaparecidos, que suman unos 108 mil.
 

 

Alojado en la misma cárcel de la que se fugó su padre 

AFP

Ovidio Guzmán, hijo del encarcelado narcotraficante Joaquín “Chapo” Guzmán, fue recluido en la cárcel de alta seguridad de donde se fugó su padre en 2015, cerca de Ciudad de México. 

Tras ser capturado el jueves en Culiacán, Guzmán, líder de Los Menores –una fracción del cartel de Sinaloa–, fue enviado al penal del Altiplano, a una hora por carretera de Ciudad de México, confirmó ayer el gobierno.

Imágenes difundidas por la prensa mostraron a alias “el Ratón” con un chaleco anaranjado y barba poco antes de subir a un helicóptero para ser trasladado desde una sede de la fiscalía en Ciudad de México a la prisión. Su arresto dejó como saldo diez militares y 19 presuntos delincuentes muertos. 

En esa misma penitenciaría permanece Rafael Caro Quintero, el “Narco de narcos” y uno de los fundadores del extinto cartel de Guadalajara, quien fue aprehendido en julio pasado. 

El Chapo Guzmán, quien purga cadena perpetua en Estados Unidos, se escapó de esa cárcel el 11 de julio de 2015. El entonces líder del cartel de Sinaloa se evadió a través de un túnel que conectaba la bañera de su celda con una propiedad cercana a la prisión. Además de luz eléctrica, la excavación, de 1,5 kilómetros, tenía rieles y tanques de oxígeno. 

El Chapo recorrió esa distancia en una motocicleta adaptada a los rieles y salió por una escalera que conectaba el túnel con la casa en obra negra, rodeada de cultivos.

De acuerdo con las autoridades, el cartel de Sinaloa tenía amplia experiencia en la construcción de túneles, pues ha hecho varios en la frontera con Estados Unidos para traficar drogas.

No fue su única fuga de prisión. En 2001, Guzmán Loera se escapó de la cárcel de alta seguridad de Puente Grande, en el estado de Jalisco. 

En 2016, el Chapo fue recapturado y al año siguiente extraditado a Estados Unidos, que también requiere a su hijo.