La justicia británica rechazó este lunes extraditar al fundador de WikiLeaks, Julian Assange, a Estados Unidos, que lo reclama para juzgarlo por espionaje a causa de la publicación de cientos de miles de documentos secretos, al considerar que de hacerlo éste podría suicidarse.
"Considero que el estado mental del señor Assange es tal que sería opresivo extraditarlo a Estados Unidos", afirmó la jueza Vanessa Baraitser de la corte penal de Londres. Y aceptó que "la salud mental del señor Assange se deterioraría motivándolo a cometer suicidio llevado por la 'determinación obsesiva' de su trastorno de espectro autista".
Un juicio contra Assange en Estados Unidos supondría un duro revés a la libertad de expresión y el derecho a la información.
La resolución de la jueza puede ser recurrida por ambas partes, lo que podría prolongar la larga saga judicial que rodea al periodista y activista australiano. Estados Unidos, por su parte, tiene un plazo de 14 días para recurrir esta decisión y su representante legal afirmó ante la corte que así lo hará. En cuanto a la defensa del activista, anunció que pedirá la libertad bajo fianza de su cliente.
Antecedentes
Los problemas legales de Assange comenzaron en 2010, poco después de que su web WikiLeaks publicase 700.000 documentos militares y diplomáticos confidenciales que pusieron a Estados Unidos en más de un aprieto. Entre ellos figuraba un video en que se veía cómo helicópteros de combate estadounidense disparaban contra civiles en Irak en 2007, matando a una docena de personas en Bagdad, incluidos dos periodistas de la agencia de noticias Reuters.
La defensa del australiano, coordinada a nivel internacional por el exjuez español Baltasar Garzón, denunció en el pasado que el presidente estadounidense, Donald Trump, quería hacer con él un castigo "ejemplar" en su "guerra contra los periodistas de investigación" y que Assange no tendría un juicio justo en Estados Unidos.