Especialistas consultados por PERFIL coinciden en que la declaración de emergencia de Donald Trump no es constitucional porque no existe una emergencia en la frontera sur, y creen que el caso desatará una batalla legal que llegará hasta la Corte Suprema, donde el presidente tiene todas las de perder.
“Si no hay una emergencia, el presidente no tiene la autoridad para hacer lo que hizo. Y no hay una emergencia. La situación en la frontera no se encuadra en la definición de emergencia en la que el Congreso pensó cuando aprobó esa figura”, explica Richard Painter, ex asesor legal de George W. Bush. Para Painter, lo que ha sucedido “es una distorsión fundamental de la división de poderes, al forzar la interpretación de una norma para subvertir la Constitución”.
La situación de emergencia nacional está recogida en la Ley de Emergencias Nacionales de 1976, que no define con precisión los límites y alcance de su aplicación, Para algunos es entendida una ley que permite al presidente saltarse la normativa del Congreso con poderes extraordinarios o, por el contrario, una medida de contención frente a cualquier extralimitación presidencial. “La verdad es que el Congreso nunca debería haber delegado este tipo de poder al presidente”, dice
El profesor Gardner Lange, especialista en migración de la Universidad de Utah, coincide en que no existe una amenaza a la seguridad en la frontera con México.
“Si bien el número de migrantes que llegó a la frontera sur ha aumentado mucho en los últimos meses, el mito que estas caravanas se componen de narcotraficantes y terroristas es falso. La única emergencia que existe es la inhabilidad de la infraestructura de migraciones para poder detener tantas familias en condiciones dignas”, señaló.
“Lo que sí hay es una emergencia política para Trump, dice Lange, profesor invitado en la Universidad Austral. No construir el muro dañaría su base política, y muchos republicanos en Washington lamentan la creación de un precedente que politiza la medida, que antes se reservaba para verdaderas emergencias, como desastres naturales y ataques terroristas”.
Por su parte, el jurista neoyorquino David Lure recuerda que “nunca se había dado esta situación de que se declarara una emergencia después de que el presidente apelara primero al Congreso y este le dijera que no. ‘Ah, ok, ¿me dicen que no?, entonces declaro la emergencia y tomo el dinero’, sería la idea”.
Painter descuenta que los demócratas llevarán el caso a la Justicia, y que todo terminará en la Corte Suprema.
“Mi opinión es que la Corte le dirá que no a Trump. La jueces liberales detestan lo que está haciendo y su abuso de poder. Los conservadores son muy conscientes de que una vez que le digan que sí, será casi imposible prevenir que un futuro presidente utilice los poderes de la emergencia para impulsar, por ejemplo, una agenda socialista”, explica. Lange destaca que hay quienes sostienen que la Casa Blanca “ya sabe que la declaración será derribada en la Corte. Pero la declararon para poder echar la culpa para no construir el muro a los demócratas y la Justicia”.