INTERNACIONAL
ryan berg, politólogo de ee.uu.

“Putin está rodeado de aduladores”

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Boato. Una foto de años atrás, que vale para hoy: un ingreso imperial para el presidente. | afp

Ryan Berg es un politólogo que integra el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, donde dirige la Iniciativa Futuro de Venezuela. Profesor Visitante de Fulbright en la Facultad de Ciencias Sociales de UCA, dictó en Buenos Aires una clase abierta sobre “Política Exterior y Seguridad Nacional de los Estados Unidos”. PERFIL habló con él sobre la invasión de Rusia a Ucrania y la relación de Rusia con América Latina. 

—¿Que papel juega América Latina en los avances de Rusia sobre Ucrania? 

—Los rusos siempre han visto a América Latina estratégicamente como punto de equilibrio para la acción de Estados Unidos en Europa. Muchos en Rusia, especialmente en los círculos que asesoran a Vladimir Putin, creen en las esferas de influencia, un concepto que está en contra de los intereses de EE.UU. de tener un orden internacional, donde incluso los países pequeños tienen voz en instituciones como las Naciones Unidas y la Organización Mundial del Comercio. Los países en la frontera con Rusia son parte de lo que considera su esfera de influencia, y cuando Estados Unidos se involucra en esa esfera, Rusia hace algo similar en América Latina, que se considera una esfera estadounidense. Si observás cada provocación de Rusia bajo la presidencia de Putin, y me refiero a la invasión o anexión de tierras, antes han hecho una visita a América Latina para apuntalar sus alianzas, para demostrar que tenían presencia en la esfera de influencia estadounidense. Deberíamos saber a estas alturas que cuando hay giras diplomáticas significativas de Rusia en América Latina, algo está por suceder.

—¿Cómo logró “Russia Today” tener tanta presencia en América Latina y cuál ha sido su impacto? 

—Es parte de un ecosistema que tiene Rusia aquí, desarrollado junto a China –e Irán, en menor medida– con sus aliados en la región, como Venezuela, Nicaragua y Cuba, para controlar el espacio de la información. Russia Today es una plataforma bastante leída en América Latina que hace un buen trabajo en confundir a los lectores. Mezcla la cobertura honesta de información sobre ciertos temas con propaganda sobre intereses vitales para el Kremlin. Estos mensajes tienen eco en los medios estatales de países como Venezuela, Nicaragua y Cuba al punto de penetrar en los ecosistemas de habla hispana. 

—Putin asumió que la ocupación de Ucrania sería rápida, pero eso no sucedió. ¿Cómo cree que se ve la situación para él ahora? 

—Los ucranianos le están haciendo un gran favor al mundo libre mostrándonos que es valiente defender la patria. Por parte de Putin, esto ha sido un gran error estratégico. Es un ejemplo, primero, de una dictadura personalista que tiene problemas de información. Putin ha desmantelado su equipo de asesores hasta el punto de que ahora está rodeado de aduladores. Hay muy pocas personas de peso en Rusia porque a través de los años, ha despedido a los que le han dicho que no demasiadas veces. Segundo, este error estratégico muestra la forma en que los estereotipos y los marcos de referencia que han existido durante mucho tiempo en la cabeza de Putin pueden corromper un proceso de toma de decisiones. Putin pensó que los ucranianos no se iban a defender, porque durante años ha estado diciendo que son solo los hermanos más débiles del pueblo ruso y “pertenecen a nuestro país”. Es un ejemplo perfecto de la forma en que el lente a través del cual se han mirado los problemas, ha contaminado la toma de decisiones de todo un país. 

—¿Cuál sería la importancia para Argentina de lo que la guerra en Ucrania? 

—Este es un evento que cambiará el mundo: destruirá nuestras ilusiones sobre cómo funcionaba el mundo antes de esta invasión, echará por tierra muchas de nuestras suposiciones sobre las relaciones internacionales, y podría revitalizar la idea de Occidente como un todo coherente, que incluye a América Latina. Este país es una democracia occidental, por lo que esto podría despertar un sentido de solidaridad transatlántica entre los Estados Unidos, la Unión Europea y América del Sur. Es un momento que muestra lo fútil de no tomar ninguna posición porque no queremos arriesgarnos a que Rusia, China o Estados Unidos se molesten. Llega un punto en el que tenés que vivir de acuerdo a algunos valores.