En total 98 delegaciones encabezadas por 24 jefes de Estado y de gobierno, entre ellos los reyes de España, los presidentes de Ecuador, Honduras, El Salvador, así como el controvertido mandatario de Zimbabue, Robert Mugabe, asistieron a la canonización.
En representación de Argentina, asistió Julián Domínguez según consignó el departamento de Prensa de la Santa Sede. El titular de la Cámara de Diputados del país tuvo al finalizar la ceremonia, la oportunidad de saludar al papa Francisco personalmente.
El Sumo Pontífice argentino proclamó santos a Juan Pablo II y Juan XXIII, dos pontífices que "no se dejaron abrumar por las tragedias del siglo XX", durante una ceremonia multitudinaria en la plaza de San Pedro a la que asistió también su predecesor Benedicto XVI.
A la ceremonia, que duró unas dos horas, asistieron también representantes de todas las religiones, entre ellos una importante delegación judía, para rendir homenaje a dos papas que lucharon contra los prejuicios hacia los hebreos.
La canonización pudo ser seguida en varios idiomas, entre ellos español, portugués, árabe y francés tanto en directo como por televisión. La basílica de San Pedro permanecerá abierta el domingo hasta la una de la mañana para que los peregrinos de todo el mundo puedan orar en el mayor templo de la cristiandad.
La canonización fue transmitida en directo por televisión a numerosos países del mundo y seguida por unos 2.000 millones de personas de los cinco continentes, según cálculos del Centro de Televisión Vaticano (CTV).
Nueve satélites transmitieron por primera vez la canonización en alta definición. Unas 500 salas de cine de unos 20 países la trasmitieron gratuitamente en 3D.