Alrededor de un millón de fieles acudirán hoy a la histórica jornada de los cuatro Papas, una ceremonia en la que se canonizará a Juan XXIII y Juan Pablo II y que contará con la presencia de Francisco y Benedicto XVI. El megaevento, al que asistirán 150 cardenales, 700 obispos y 93 delegaciones oficiales de gobiernos, promete marcar a fuego el pontificado de Jorge Bergoglio. “Ha habido canonizaciones, pero no creo que de esta proporción. Esta seguramente superará a las otras”, declaró ayer Leonardo Sandri a PERFIL.
En un histórico encuentro de papados pasados y presentes, Francisco y Benedicto XVI honrarán a Juan XXIII y Juan Pablo II, que pasarán de ser beatos a transformarse en santos de la Iglesia. Pese a ser una ocasión tan significativa, la ceremonia es en realidad bastante corta y sorprendentemente directa, con el beneficio adicional de que las reliquias de los dos pontífices –sangre de Karol Wojtyla y una muestra de piel de Angelo Roncalli– serán presentadas por la Iglesia por primera vez para su veneración. En la ceremonia, también se exhibirán dos dibujos del artista argentino Gustavo Masó.
Joseph Ratzinger concelebrará junto a Francisco el rito de canonización de sus predecesores, en la primera misa que compartirán desde que aquel se retirara hace más de un año. “El Papa emérito Benedicto XVI aceptó la invitación, y le dijo a Francisco que va a participar en la ceremonia. Eso no significa que va a subir al altar”, declaró el vocero del Vaticano Federico Lombardi. “Vamos a estar felices de contar con su presencia”, agregó el jesuita.
Aunque los pronósticos metereológicos auguran precipitaciones, el optimismo en el Vaticano parece no tener límites. El alcalde de Roma, Ignazio Marino, bromeó ayer que tal vez Francisco le dé una mano para evitar que haya mal tiempo. “Fuera de bromas, sobre esto no tengo ninguna posibilidad de intervención, esperamos que las condiciones atmosféricas sean clementes, así podremos gozar una situación extraordinaria para nosotros, para Roma, para Italia y para el mundo”, dijo el funcionario a la prensa.
La doble canonización de dos Papas no tiene antecedentes en la Iglesia. Juan Pablo II, el Pontífice peregrino, ordenó como cardenal a Bergoglio en 2001, al tiempo que tuvo en Benedicto XVI a su más fiel colaborador. Por su parte, Juan XXIII, conocido como “el Papa bueno”, escribió la encíclica Pacem in Terris, un documento que reclamó por paz en plena Guerra Fría, y convocó al Concilio Vaticano II, que remodeló a la Iglesia actual.