Carolina Larriera conversó en exclusiva con PERFIL. ¿Qué papeles jugaron Estados Unidos y Francia en aquellas circunstancias?. ¿Cuál fue el rol de Kofi Annan, entonces Secretario General de la ONU?. Por qué no existe todavía una rendición de cuentas completa de la ONU sobre lo sucedido en Bagdad?
— ¿Qué te quedo de la difusión del documental sobre Sergio realizado por Netflix y estrenado en 2020?
—Creo que es una reflexión que es válida de hacerla y de tenerla. Netflix puso a disposición dos productos: la película de ficción con Wagner Moura y Ana de Armas, que hizo de mí, y por otro lado, también puso en la plataforma el documental que fue hecho hace 10 años. Y creo que sería interesante la reflexión porque los dos elementos estuvieron disponibles en la plataforma, pero sin embargo hay 10 años entre uno y el otro. Y en 10 años salen a la luz muchas cosas que hace 10 años no sabíamos y que, paradójicamente, la ficción esclarece de alguna forma.
—¿Crees que refleja fielmente lo que sucedió aquel día?
—Hay detalles de la ficción que no condicen con la realidad, como por ejemplo, el hecho de que con Sergio teníamos un vínculo muy estrecho con su familia en Brasil y con la mía en Argentina. La ficción emite en su voluntad de narrar en una forma rápida de una hora y media hechos que tuvieron lugar durante un periodo de 20 años. Y también coloca muchos simbolismos para, de alguna forma, significar rápido eventos que por la palabra tardan más tiempo en ser entendidos. Pero más allá de los pequeños detalles, coloca más claro que en el documental el hecho de su muerte y coloca bien clara la importancia que nosotros le dábamos al rol de derechos humanos y su ejercicio en un lugar tan complejo como era Irak en 2003.
Carolina Larriera: “La ONU quiso borrarme del atentado más importante de su historia”
—Tampoco se habla sobre la participación francesa en el conflicto…
—Quizás lo que a mí me parece que quedo exceptuado es que en Irak en 2003 había un duelo entre Estados Unidos y Francia, las dos grandes potencias que estaban en el Consejo de Seguridad. Y la guerra de Irak, el comienzo de la ocupación por parte de Estados Unidos, desata una guerra sin cuartel entre Estados Unidos y Francia sobre el control de los recursos económicos en Irak. Y la óptica de Greg Barker, el director del filme, se coloca más sobre la dinámica con Estados Unidos y de alguna forma elige no complejizar involucrando a la dinámica francesa. Pero creo que para nosotros es importante tener en claro que Irak se volvió un lugar donde estos dos poderes debatían que parte se llevaba cada quien y eran dos que estaban en la parte diplomática internamente in situ en Bagdad. Y en el caso nuestro de Irak, cuando un tercero es obligado a hacer de diplomático a partir de la presión que nos ejerció el Secretario de Naciones Unidas en ese momento, Kofi Annan, sucede esto, que la acción de un tercero que viene a dar voz y voto a la población, termina incomodando a los grandes poderes y terminan sucediendo atentados donde se le retira la ayuda a ese tercero que se involucra.
—¿Cómo ves vos la responsabilidad de Kofi Annan y la ONU?
—Sergio era el Alto Comisario de Derechos Humanos y en la película de ficción eso lo recalca muy bien. Lamentablemente no sé por qué en la Organización de Naciones Unidas resalta más el trabajo con el ACNUR, ignorando su trabajo de más rango que fue el trabajo de derechos humanos. Yo diría que eso es como una forma de tirar el foco de ese trabajo tan importante. Sergio representaba la conciencia mundial de derechos humanos y quizá si entonces lo pones en una luz de refugiados, donde algunas veces la gente muere por accidentes por estar en lugares inapropiados, el accidente es más común. Entonces si desdibujamos el conflicto de Irak hace 17 años llamándolo humanitario, cuando fue un conflicto político, y llamando el atentado contra Sergio como un atentado en el espacio de refugiados cuando fue en el espacio de derechos humanos, es también destratarlo o tratarlo mal. Y cuando lo agrego a lo que fue el atentado, que hizo perder la vida a Sergio y a más de 21 de mis colegas, y es un informe que tiene 23 páginas, me pregunto si realmente hubo o no hubo una verdadera voluntad de llegar al fondo de esto. Y me cuesta mucho pensar que fue accidental y que no fue deliberado.
—¿Crees que la ONU fue influenciada por la presión de Estados Unidos para enviar a Sergio a esa misión en Irak?
—Creo que es correcto. Si reconstruimos la historia, vemos que poco después del atentado terrorista en Bagdad, y recordemos que en esa época era el gobierno republicano de Bush, un senador muy conocido que era republicano escribe un editorial en el Washington Post donde pide la renuncia de Kofi Annan por Bagdad. Y creo que eso fue un punto de inflexión en el cual, ante el pedido explícito de un senador actuante de la renuncia del Secretario General de la ONU, Kofi Annan se apoya en el gobierno francés para salvar su cabeza. Y de ahí en adelante continua la puja, post atentado, donde Francia respalda a Kofi Annan en contra de los Estados Unidos. A partir de esa lectura, se entiende bien toda la actuación de Kofi Annan para culpabilizar a Sergio y distanciarse de Estados Unidos, llamar al atentado un accidente y alinearse con los intereses franceses. Si nosotros leemos el último discurso que Sergio profirió ante el Consejo de Seguridad, en julio de 2003, está clarísimo. En aquel discurso en Nueva York él expresa claramente su preocupación porque los iraquíes tengan un rol importante sobre su propio país y de la importancia de poner derechos humanos en el frente y en el centro, y que sean liderados por los iraquíes. Ese discurso acabó siendo su sentencia de muerte, donde el empodera a los iraquíes. Eso molesta a los gobiernos norteamericano y francés y explica que cuando hubo zona liberada, aprovechado por un carro bomba, no hubo ninguna fuerza ni norteamericana ni francesa que nos vino a rescatar.
"El discurso de julio de 2003 acabó siendo su sentencia de muerte". Carolina Larriera.
—Posteriormente al atentado contra Sergio, surgió una teoría en donde se decía que había una voluntad de poder por parte de él y que quería ganar protagonismo. Pero el Primer Ministro británico Toni Blair, en sus memorias, y Mario Vargas Llosa, en una entrevista antes del atentado, refutan esa idea.
—Toni Blair refuta, tanto como Vargas Llosa, cualquier idea de voluntad individual de protagonismo.
—Sergio tuvo una entrevista con el Presidente Bush pero no se habló de esa misión, o sea que el atentado estaba decidido a espaldas de él, ¿confirmas esto?
—Exactamente, eso fue cocinado a espaldas de él y fue pactado por los grandes jerarcas. Y Sergio, que era en ese momento Alto Comisionado de Derechos Humanos, fue enviado después de que Kofi Annan lo pactase y lo organizase. Lamentablemente, un año más tarde, Kofi Annan empieza a contar otra historia y empieza a echarle la culpa a las víctimas que no están más para contar. Y como muchas veces, deslegitimizar a las mujeres, en este caso a mí.
—¿Es cierto que compartís responsabilidades con la mamá de Sergio en el Centro Vieira de Melo en Brasil?
—Es verdad, con Gilda Viera de Melo, que es la mamá de Sergio y con quien hemos formado el Centro Sergio Vieira de Melo.
—¿Qué cualidad lo distinguía a Sergio?
—Yo diría que hay una palabra que se llama convencer. Pero ¿qué significa? No significa que uno lleve una idea y se la imponga a otro. Sergio sabía eso muy bien. Se trata de entender lo que es importante para el otro, porque hay partes que son innegociables, y hay otras que son negociables. Hay que entender la parte negociable y a veces hay que buscarla con varias interacciones. La palabra convencer viene del latín convincere, que significa vencer juntos. Entonces dentro de la palabra se entiende que tanto una parte como la otra vencen juntos y avanzan en este tema que tiene que ser solucionado. Yo creo que eso él lo entendía muy bien. Y creo que eso también viene de una sensibilidad de tener esa cosa tan cercana con la problemática que se mama en nuestros países. Y que eso, lamentablemente, las grandes instituciones no se dan cuenta que nutrir organizaciones internacionales con las grandes instituciones académicas, que imponen sus ideas, no se llega lejos, y que tenemos que buscar mediadores que entiendan eso desde la crianza.