El gobierno británico afirmó este lunes que no anulará la visita de Estado de Donald Trump, como piden más de un millón de firmantes y numerosos políticos, incluyendo conservadores, indignados por sus últimas medidas.
"La bien documentada misoginia y vulgaridad de Donald Trump le descalifica para ser recibido por Su Majestad o el príncipe de Gales", afirma la petición, creada antes del decreto de Trump que impide la entrada a Estados Unidos a los refugiados y a ciudadanos de siete países, pero cuyos firmantes crecieron como la espuma tras la medida, hasta alcanzar más de 1,5 millones este lunes.
Un portavoz de Theresa May explicó que "la primera ministra cursó una invitación en nombre de la reina, y le complació hacerlo. Estados Unidos es uno de los aliados más estrechos de este país, y tenemos ganas de recibir al presidente este año".
El ministro de Relaciones Exteriores, Boris Johnson, estimó que "se le debe conceder una visita de Estado al presidente de nuestro aliado más estrecho e importante", y que "demonizar" a Trump servirá para "conseguir lo contrario" de lo que se pretende.
May fue la semana pasada la primera mandataria extranjera recibida por el nuevo presidente estadounidense, en un momento en que Londres busca sustituir a sus socios europeos tras la decisión de abandonar la Unión Europea.
Los firmantes quieren que se rebaje el rango de la visita, actualmente el más alto. No hay fecha para la visita de Trump, pero se especula que podría ser en torno a junio-julio.
"No es bienvenido aquí, señor presidente" ("You are not welcome here, Mr. President"), tituló en portada el tabloide The Daily Mirror, mientras figuras de todo el arco político, incluso del Partido Conservador de la primera ministra expresaban su repulsa a la visita.
Fue el caso de la diputada conservadora Sarah Wollaston, que dijo que las visitas de Estado deberían reservarse a líderes que hubieran hecho una contribución positiva. "Eso no incluye a Trump", escribió en el diario The Guardian.
La líder de los conservadores escoceses y figura pujante en el partido, Ruth Davidson, estimó que "la visita del actual presidente de Estados Unidos no se ajustaría de ningún modo a las mejores tradiciones" de este tipo de actos, recordando que tienen como propósito "celebrar la amistad y los valores compartidos entre ambos países".
"Deberíamos preguntarnos, en el Reino Unido, si vamos a hacer eso por un hombre que no respeta a las mujeres, desprecia a las minorías, valora poco a los homosexuales, no siente compasión por las personas vulnerables, y cuyas políticas se enraízan en una retórica de división", dijo a la BBC otra política conservadora, Sayeeda Warsi, musulmana y miembro de la Cámara de los Lores.