INTERNACIONAL
décimo día de conflicto

Rusia multiplica los ataques a varias ciudades ucranianas, y en algunas ya se vive una catástrofe humanitaria

Ayer fueron bombardeadas Krivoi Rog, Kremenchuk, Nikopol, Dnipro y Járkov. En Mariupol, en el sur, miles de civiles quedaron atrapados sin agua ni electricidad. Las tropas rusas aprietan poco a poco el cerco sobre la capital.

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Irpin. La ciudad, un suburbio de Kiev, está sometida a feroces ataques aéreos desde hace días. Las tropas ucranianas montaron puestos de control y utilizan modernas armas contra los blindados y tanques rusos que avanzan hacia la capital. | afp

Las fuerzas rusas se apostaron alrededor de Kiev ayer y bombardearon áreas civiles de otras ciudades ucranianas, incluyendo un hospital de Mikolaiv, y estrecharon el cerco de Mariupol, una ciudad portuaria del sureste asediada desde hace dos semanas y en la que miles de civiles están atrapados. 

Los bombardeos rusos destrozaron el aeropuerto de Vasylkiv, a unos 40 kilómetros al sur de Kiev, donde un depósito de gasolina se incendió, según el alcalde de esa ciudad.

Los suburbios del noroeste de la capital, como Irpin y Busha, llevan días bajo las bombas rusas, mientras los blindados de Moscú avanzan por el eje del noreste.

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El consejero de la presidencia ucraniana, Mikhailo Podolyak, afirmó que la capital “está sitiada”. El ejército ucraniano indicó que las tropas rusas centran sus esfuerzos en la capital, en Mariupol y en varias localidades en el centro, como Krivoi Rog, Kremenchuk, Nikopol y Zaporiyia. Medios locales indicaron también la activación de las sirenas antiaéreas ayer en Kiev, Odesa, Dnipro y Jarkov.

Situación “casi desesperada” en Mariupol. Después de 12 días de asedio, gran parte de la atención se centra en Mariupol, en el mar de Azov, cuyos habitantes están incomunicados, sin agua, gas ni electricidad, e incluso se pelean para conseguir alimentos. Es una situación “casi desesperada”, advirtió Médicos Sin Fronteras (MSF).

“El enemigo todavía bloquea Mariupol”, dijo el viernes por la noche el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski. “Las tropas rusas no han dejado entrar nuestra ayuda a la ciudad”, criticó, prometiendo que probará nuevamente hacer llegar suministros a la ciudad.

“Mariupol asediada es actualmente la peor catástrofe humanitaria del planeta: 1.582 civiles muertos en 12 días, enterrados en fosas comunes como esta”, dijo el jefe de la diplomacia de Ucrania, Dmytro Kuleba, en un tuit acompañado por la foto de una zanja con cadáveres.

Por su parte, el Ministerio de Defensa ruso afirmó que la situación humanitaria se está degradando “rápidamente” en Ucrania y que algunas ciudades, confrontadas a la ofensiva militar de Moscú, viven una situación “catastrófica”.

“Desafortunadamente, la situación humanitaria en Ucrania sigue deteriorándose rápidamente y en algunas ciudades ha alcanzado proporciones catastróficas”, señaló el general Mijail Mizintsev, del Centro de Control de Defensa Nacional, citado por las agencias de noticias rusas. 

El oficial ruso acusó a “nacionalistas” ucranianos de sembrar minas en zonas residenciales y destruir infraestructuras, incluidos carreteras y puentes, dejando a la población sin electricidad, agua, comida y medicamentos.

Mezquita. El Ministerio de Relaciones Exteriores ucraniano afirmó ayer que las fuerzas rusas bombardearon la mezquita del sultán Solimán de Mariupol, donde había ochenta civiles refugiados, pero uno de los implicados en las operaciones de evacuación de esa ciudad lo desmintió poco después. 

En declaraciones a la cadena turca HaberTürk, Ismail Hacioglu, presidente de la asociación de esa mezquita, explicó que el barrio donde se encuentra la mezquita estaba siendo atacado pero que el templo no fue alcanzado por el fuego.

“Los rusos bombardean la zona que se encuentra a dos kilómetros de la mezquita, y una bomba cayó a unos 700 metros”, afirmó Hacioglu en Instagram. Además, el responsable precisó que dentro de la mezquita había treinta ciudadanos turcos, “incluyendo niños”, que su asociación había intentado evacuar en cuatro ocasiones, sin éxito. “Los rusos no nos dejaron cruzar las barreras”. El gobierno turco rechazó reaccionar ayer a las informaciones sobre el bombardeo de la mezquita.

Refugiados acogidos “con ternura”. En tanto, en la ciudad de Mikolaiv, en el sur, un hospital se incendió y muchos de los residentes tuvieron que huir. “Están atacando zonas civiles, sin ningún objetivo militar”, dijo el jefe del hospital, Dmytro Lagochev. “Aquí hay un hospital, un orfanato y una clínica oftalmológica”, añadió.

La crisis humanitaria se agrava, con casi 2,6 millones de personas exiliadas de Ucrania desde el inicio de la invasión rusa, el 24 de febrero, según cifras de la ONU. A ellos hay que sumar unos 2 millones de desplazados internos, precisó el jefe de la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur), Filippo Grandi.

El mayor éxodo se dio hacia Polonia que, según su guardia fronteriza, ha recibido 1,5 millones de personas. Estos refugiados “no se sienten como visitantes. Los han acogido en sus familias con ternura, con amabilidad fraternal”, dijo Zelenski en un mensaje elogiando al país vecino.

Por su parte, el presidente ruso, Vladimir Putin, acusó a las fuerzas ucranianas de “violaciones flagrantes” del derecho humanitario y pidió a su homólogo francés, Emmanuel Macron, y al canciller alemán, Olaf Scholz, que presionen a Kiev para que les ponga fin. 

Lo hizo durante una llamada telefónica, ayer con sus dos pares europeos, en la que mencionó “asesinatos extraju diciales de opositores”, “toma de rehenes por parte de civiles” y su “uso como escudos humanos”, según un comunicado del Kremlin.

Macron y Scholz también hablaron por teléfono con Zelenski, informó ayer la presidencia ucraniana, que indicó que el mandatario les pidió ayuda para liberar al alcalde de la ciudad meridional de Militipol quien, según las autoridades ucranianas, habría sido secuestrado por soldados rusos la víspera.

Restricciones al comercio. Estados Unidos y sus aliados occidentales continúan presionando económicamente a Moscú, abriendo la puerta a aranceles punitivos y disminuyendo el comercio con el país.

La Unión Europea y el G7 se unieron a Estados Unidos para revocar el estatuto de “nación más favorecida” de Rusia, que facilita el intercambio de bienes y servicios. Además, el presidente estadounidense Joe Biden anunció la prohibición de importaciones de pescado, marisco, vodka y diamantes rusos.

El viernes, Macron había advertido de más “sanciones masivas” si Moscú intensifica los bombardeos o asedia Kiev, sin descartar incluso prohibir las importaciones de hidrocarburos de Rusia, de los que depende el mercado energético europeo.

Además de la presión económica, los países occidentales enviaron material militar a Ucrania, pero evitan una confrontación directa entre la OTAN y Moscú que, en palabras de Biden, provocaría “la Tercera Guerra Mundial”.

Ese material es enviado en convoyes que, según advirtió Rusia ayer, podrían ser atacados. “Hemos advertido a Estados Unidos de que la entrega de armas que están orquestando desde una serie de países no solo es un acto peligroso, sino que convierte a estos convoyes en objetivos legítimos”, advirtió el vice primer ministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguéi Ryabkov.

Y Zelenski, que no se ha cansado de pedir más apoyo militar, buscó suerte con un llamado a las madres en Rusia para que impidan el envío de sus hijos a la guerra. “Verifiquen dónde está su hijo. Y si tienen la menor sospecha de que su hijo puede haber sido enviado a la guerra contra Ucrania, actúen inmediatamente” para impedir que muera o sea capturado, dijo en un video.