Una sobreviviente del ataque nuclear de Hiroshima reclamó al Gobierno que firme el Tratado de Prohibición de Armas Nucleares adoptado por las Naciones Unidas en 2017 y al que la Argentina no adhirió hace dos años, pese a ser el único país en la región en tomar esta posición en sintonía con Estados Unidos. En contraposición, gran parte de los países firmantes ya han ratificado el acuerdo.
El vicecanciller Daniel Raimondi y Ricardo Larriera, ministro a cargo de la Dirección de Seguridad Internacional, Asuntos Nucleares y Espaciales, recibieron a Junko Watanabe, de 76 años y que solo tenía dos cuando la envolvió la lluvia negra posterior al ataque. Junto a ella acudió otra de las embajadoras de esta campaña internacional, Kei Moriyana, tercera generación de supervivientes de Hiroshima que ha consagrado su trabajo en las artes a la preservación de la "memoria".
Luego de que el Tratado de No Proliferación Nuclear sellado en los '70s para limitar el club de países con armamento nuclear a los miembros del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas –Estados Unidos, Rusia, Francia, Reino Unido y China– fracasara en su pretensión de librar al mundo de estas armas en el plazo de 30 años, un nuevo debate surgió en la comunidad internacional para eliminar por completo estos arsenales a través de un nuevo acuerdo. Un total de 122 países participaron de aquel debate que dio origen al Tratado de Prohibición. Setenta de ellos firmaron el documento y 19 ya lo ratificaron.
Encuentran una foto del hongo nuclear de Hiroshima
El actual Gobierno, sin embargo, se negó a suscribirlo bajo argumentos técnicos, convencidos de que no era el camino correcto para llegar al desarme. Tras escuchar el testimonio de la "hibakusha", tal como se conoce a los que sobrevivieron a los bombardeos letales, tanto Raimondi como Larriera afirmaron que si bien esta postura inicial estaba bajo análisis por las "circunstancias particulares" que condujeron a no adherir oportunamente, esto no significa de modo alguno el aval a este tipo de armas de destrucción masiva. Todo lo contrario. No obstante, destacaron la importancia del desarrollo de este tipo de energía con uso pacífico para el país.
¿Que pasaría si la bomba atómica de Hiroshima cayera hoy sobre Buenos Aires?
Watanabe y Moriyana atracaron en Puerto Madeor a bordo del Peace Boat (El Barco de la Paz), una embarcación que forma parte de una gira mundial de la ONG homónima para denunciar la proliferación de armas nucleares y demandar su desmantelamiento. La organización forma parte de la dirección de la Campaña Internacional para la Abolición de las Armas Nucleares, ICAN en sus siglas en inglés, galardonada con el Nobel de la Paz en 2017 por su misión. En Argentina, la representación local de la Red de trabajo sobre Seguridad Humana en Latinoamérica y el Caribe (SEHLAC) opera como anfitriona de la cruzada.