Ante la estabilidad descendente de la campana del gráfico de la pandemia del coronavirus en Suiza, el Consejo Federal, gobierno colegiado de la Confederación Helvetica, compuesto por cuatro hombres y tres mujeres elegidos por el parlamento, han comenzado a incrementar medidas en vista de una “nueva normalidad”. Este jueves 28 se pueden reiniciar los oficios religiosos y el sábado próximo se autorizan las reuniones espontáneas de hasta 30 personas, mientras que actualmente solo se permitían hasta cinco personas, pero siempre manteniendo la separación de un metro entre ellas. La sede de la ONU en Ginebra, retomaría calendario del Consejo de los Derechos Humanos y de los órganos de control de tratados en torno al 15 de junio entrante.
De los 30796 casos declarados, 28300 se han sanado, deplorando 1655 fallecimientos, en un país de de 8,5 millones de habitantes. El anuncio de casos cotidianos ha descendido de 1447 el 27 de marzo pasado, a de 10 a 15 los últimos días. Pese a que el gobierno nunca impuso obligación alguna de confinamiento a la población, recomendó a las personas mayores de 65 años con enfermedades crónicas (diabetes, obesidad y problemas cardiacos) permanecer en sus domicilios. Esa recomendación perderá vigor el 6 de junio, y el 19 de junio siguiente, finalizará el “estado de emergencia”, inicio pleno de la “nueva normalidad”.
Por supuesto, las reglas de higiene se mantienen: no acercarse a menos de un metro públicamente entre las personas, lavarse asiduamente las manos, no saludarse a corta distancia evitando el contacto de la piel de manos y mejillas, y si la población lo implementa voluntariamente, el gobierno continua también recomendando recurrir a los barbijos en los supermercados, tiendas, farmacias, transportes públicos, consultorios médicos, y peluquerías.
Polémica porque en Suiza permiten los abrazos
Los días claves para abandonar la situación actual, y acceder plenamente a la “nueva normalidad”, parece que serán entre el 6 y el 9 de junio venideros. De forma encadenada se autorizaran las manifestaciones públicas de hasta 300 personas, como los casamientos, coros y cumpleaños. Volverán las movilizaciones políticas y sindicales. Se reanudara la actividad de recoger firmas para futuras votaciones populares. A la reapertura de los jardines de infantes y las escuelas primarias ya en marcha, se añadirá la enseñanza secundaria. Los restaurantes respetaran una separación mayor entre las mesas que la conocida antes de la pandemia, aunque podrán acoger hasta cuatro personas por mesa, debiendo uno de los comensales informar a los responsables del establecimiento sus datos de identidad por si algunos de ellos enfermara y habría que investigar quien produjo el contagio.
Durante esos tres días reabrirán los campings, piscinas, zoológicos, cines, teatros, casinos, y podrán tener lugar eventos culturales, entre ellos los conciertos musicales, y hasta ciertas actividades deportivas, con algunas restricciones para los entrenamientos o el contacto físico “estrecho” en la lucha, el judo, la danza y el boxeo. Sin embargo, las competiciones publicas seguirán prohibidas hasta el futuro 6 de julio.
Coronavirus: Suiza empieza a limitar el confinamiento el lunes
El turismo helvético, beneficiado por la naturaleza, con más de 1500 lagos entre sus montañas de picos helados, podrá enfrentar el desafío de convencer a los habitantes de Suiza, con alrededor de dos millones de extranjeros entre sus residentes, a salir de vacaciones dentro del país durante los meses de verano de julio y agosto, ante las dificultades de los vecinos Italia, Francia y España, con las playas mediterráneas y atlánticas siempre atractivas, no obstante la persistencia de tasas inquietantes de pandemia.
De acuerdo a las reglas no escritas de la reciprocidad para con los países aledaños, Suiza dejará de exigir autorizaciones especiales escritas para viajar a Alemania, Francia y Austria desde el 15 de junio, en la perspectiva de liberar hacia el 6 de julio la libre circulación de personas dentro del “espacio Schengen”, compuesto por unos 26 Estados del área europea, sumados a ciertos otros que no adhieren a la Unión Europea, como la propia Suiza. En cambio, el gobierno helvético desaconseja a sus habitantes ir a veranear a Italia, y, de momento, no acepta turistas italianos en su territorio. La excepción la constituyen los trabajadores fronterizos procedentes de Italia que disponen de un contrato en Suiza, que cruzan diariamente la frontera.
*Exclusivo desde Ginebra
CP