Trump: a cien días de gobierno, cien de resistencia

Jueces federales, alcaldes de grandes ciudades, actores de Saturday Night Live y miles de anónimos movilizados en las redes sociales: desde enero, cuando asumió la presidencia, Donald Trump debe enfrentarse a fuerzas sociales heterogéneas que ponen en entredicho la concreción de sus promesas de campaña.
La gran Marcha de las Mujeres, que reunió a millones de personas en todo el país el 21 de enero, un día después de su asunción, fue el puntapié inicial del enfrentamiento.
Seis días después, se publicó el decreto que suspendía la llegada al país de personas provenientes de siete países musulmanes, incluidas aquellas que tuvieran visa o documentos en regla.
El fin de semana siguiente, cientos de viajeros quedaron bloqueados en aeropuertos del mundo entero, desatando la movilización de decenas de abogados y de la poderosa organización de defensa de los derechos civiles American Civil Liberties Union, que cuestiona la legalidad del decreto.
Un juez federal de Seattle, James Robart, bloqueó la aplicación del decreto.
El 15 de marzo Trump firmó una nueva versión del decreto, pero un juez federal de Hawai, Derrick Watson, también lo bloqueó, al ver en él “pruebas significativas e irrefutables de animosidad religiosa”.
Sin embargo, la disputa sobre el tema migratorio continuará.

Defensa. Los alcaldes demócratas de Nueva York (Bill de Blasio), Los Angeles (Eric Garcetti) y Chicago (Rahm Emanuel), ciudades que se definen como “santuarios” para los inmigrantes, decidieron enfrentar la ofensiva.
Respaldados por sus policías municipales, se comprometieronn a proteger a los extranjeros que no hubieran cometido crímenes de sangre, al tiempo que los primeros casos de detención de clandestinos sembraron el pánico entre los inmigrantes indocumentados.
Otras críticas feroces a Trump se ven por televisión, sobre todo en los programas de la noche, ubicados en la frontera entre la política y el entretenimiento, como Saturday Night Live, decana del género, con más de cuarenta temporadas en NBC.

Sus caricaturas de Trump o de su portavoz, Sean Spicer, cuyas meteduras de pata son legendarias, tienen una amplia repercusión.
Pero la verdadera amenaza para Trump proviene de “su propio campo”, en especial de senadores republicanos, como John McCain o Lindsey Graham, cuyas críticas por el caso de la interferencia rusa en la elección presidencial fueron muy severas.
Otro signo de “fuego amigo” fue el fracaso de la reforma del sistema de salud, el Obamacare, que no fue aprobada por la defección de varios legisladores republicanos.
Poner fin al Obamacare fue una promesa de campaña central de Trump, y ese fracaso puede hacerle perder muchos electores.