El Gobierno turco calificó este miércoles de "vil" y "despreciable" a la nueva quema pública de un Corán que se realizó en Suecia. Al respecto, Turquía relacionó el incidente con el veto que impuso a la entrada en la OTAN de Estocolmo, insinuando que complica su adhesión a la alianza militar.
"Especialmente antes de la cumbre de la OTAN, las autoridades de Suecia, que quieren ser aliadas de Turquía, deberían poner fin a la ilegalidad y las provocaciones que se suceden en su país bajo la apariencia de libertad y tomar las medidas necesarias", declaró el ministro de Justicia, Yilmaz Tunc. Sumado a esto, calificó de "escandaloso" que la Policía sueca haya permitido la quema del libro sagrado para los musulmanes frente a una mezquita en Estocolmo.
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En ese sentido, afirmó que la libertad de religión y consciencia "es el derecho humano más fundamental", ante lo que sostuvo que insultar las creencias no puede justificarse dentro del ámbito de la libertad de expresión. "Ninguna decisión judicial puede legitimar este insulto, esta situación no puede ampararse en ningún Estado democrático de derecho" denunció Tunc.
En sintonía con sus declaraciones, Hakan Fidan, ministro de Exteriores turco, describió el acto como "despreciable" y remarcó que se produjo en la primera jornada de la fiesta del sacrificio. "Es inaceptable que se permitan estos actos anti islámicos con el pretexto de la libertad de expresión. Hacer la vista gorda ante actos tan atroces es complicidad con el crimen", señaló.
Y agregó: "Maldigo el acto despreciable cometido contra nuestro Libro Sagrado, el Sagrado Corán, el primer día de Eid al-Adha".
Las pronunciaciones del Gobierno turco se dan luego de que Salwan Momika, de 37 años, quemara este miércoles un ejemplar del Corán junto a una mezquita en Estocolmo. El hombre, que huyó de Irak a Suecia hace varios años, había pedido permiso a la policía para quemar el libro sagrado musulmán "para expresar mi opinión sobre el Corán", ante lo que las autoridades aprobaron su solicitud.
El acto, al que acudieron unas 200 personas y que contó con fuerte presencia policial, transcurrió sin incidentes graves, aunque una persona fue retenida por la policía por llevar una piedra en la mano. Durante el hecho, Momika pisoteó el Corán, le puso tiras de tocino, le prendió fuego a las páginas antes de cerrarlo de golpe y lo pateó mientras ondeaba banderas suecas. Antes de la protesta, le había dicho a la agencia de noticias TT que también quería resaltar la importancia de la libertad de expresión.
La autorización policial para la protesta se produjo dos semanas después de que un tribunal de apelaciones sueco rechazara la decisión de la policía de denegar los permisos para dos manifestaciones en Estocolmo que iban a incluir la quema del Corán. "Los problemas de orden y seguridad a los que remite la Policía no tienen una vinculación lo suficientemente clara con las reuniones planeadas para rechazar el permiso", señaló en un fallo a principios de mes un tribunal de apelación administrativo.
No se trata del primer episodio de esta naturaleza en Suecia. En esa línea, en enero pasado se quemó otro ejemplar del Corán delante de la Embajada turca a cargo del ultraderechista danés-sueco Rasmus Paludan. Este hecho provocó una ola de protestas en el exterior, incluida Turquía, que mantiene el bloqueo a la ratificación del ingreso de Suecia en la OTAN, aprobado hace un año en la cumbre de Madrid.
MB / ED
