Finlandia se convirtió en el socio 31 de la OTAN, una histórica decisión, cuyo detonante fue la invasión rusa a Ucrania, que duplicará la extensión de la frontera que la alianza tiene con Rusia, y que originó también la furia del Kremlin, que prometió responder.
El país nórdico aportará a la OTAN un contingente de 280.000 soldados y uno de los mayores arsenales de artillería en Europa.
El ministro de Defensa de Finlandia, Antti Kaikkonen, dijo que es "un ganar-ganar". "Pero nuestro próximo objetivo es conseguir la membresía plena para nuestra vecina Suecia también", sentenció.
Jens Stoltenberg, secretario general de la OTAN recordó que el presidente ruso Putin quería cerrar la puerta de la OTAN. "Ahora mostramos al mundo que fracasó, las agresiones y la intimidación no funcionan", dijo. y añadió: "El objetivo de la disuasión y la defensa de la OTAN no es provocar un conflicto. Es prevenirlo. Y cualquier malentendido, cualquier error de cálculo es peligroso".
Las tensiones entre la OTAN y Rusia
La adhesión, consecuencia directa de la invasión rusa de Ucrania, añade 1.300 kilómetros a la frontera directa entre la OTAN y Rusia.
En ese marco, el secretario de Estado de Norteamérica, Antony Blinken, admitió "estar tentado de decir que esto es quizás lo único por lo que podemos agradecer al señor Putin, porque una vez más aquí se precipita algo que dice querer evitar".
El Kremlin señaló que se trata de un nuevo agravamiento de la situación, ya que considera la ampliación de la alianza como un ataque a su seguridad e intereses nacionales.
Por su parte, Serguéi Shoigu, ministro de Defensa de Rusia, consideró: "Dadas estas condiciones, estamos tomando contramedidas para defender la seguridad del Estado de la Unión".
El año pasado, tras la invasión rusa a Ucrania, los países de la OTAN invitaron formalmente a Finlandia y Suecia a adherir en forma plena a la alianza. Pero Estocolmo aún tendrá que seguir negociando, ya que su candidatura de adhesión se está viendo vetada por Turquía y Hungría.