INTERNACIONAL
CHAVISMO BAJO FUEGO

Venezuela: Trump, Maduro y el fantasma de Manuel Noriega

Acusado de narcotraficante, Manuel Noriega fue llevado ante la justicia de EE.UU. por los soldados que invadieron su país. Lo condenaron a cadena perpetua. Maduro acaba ser acusado de lo mismo.

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Washington lo acusó de narco, como hizo con el hombre fuerte panameño, al que en 1990 derrocó una invasión norteamericana. | Cedoc Perfil

Con la acusación de narcoterrorismo contra Nicolás Maduro y otras figuras influyentes del chavismo, Donald Trump agita el fantasma del general Manuel Noriega, el líder panameño al que una invasión norteamericana sacó del poder en 1990 y que sólo regresó a su país para morir de cáncer luego de pasar décadas en prisiones de Estados Unidos y Francia, condenado por narcotráfico.

El jueves, el departamento de Justicia norteamericano acusó formalmente a Maduro y otros 14 oficiales en actividad y retirados de las Fuerzas Armadas de narcoterrorismo, corrupción, tráfico de drogas y otros cargos criminales, y ofreció una recompensa de 15 millones de dólares para quien ofrezca información que permita la captura del presidente venezolano.

“No vamos a medir esfuerzos para ayudar al pueblo venezolano a retomar su democracia”, dijo James Story, encargado de Negocios de la Oficina Externa de Estados Unidos para Venezuela, entrevistado por el diario El Nacional de Caracas, luego del anuncio de la acusación contra Maduro.

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Según el periódico, “el diplomático no descartó la posibilidad de que se presente una situación similar a la que se vivió en Panamá, cuando fue detenido el dictador Manuel Noriega”.

EE.UU. acusa a Nicolás Maduro de "narcotraficante" y ofrece US$15 millones por su captura

El general panameño fue desalojado del poder por la invasión norteamericana, entre diciembre de 1989 y enero de 1990, que provocó un número indeterminado de muertos, que según organismos de derechos humanos de Panamá fueron miles.

Condenado por colaborar con el Cartel de Medellín, Noriega permaneció en cárceles de Estados Unidos y Francia hasta 2011, cuando fue extraditado a Panamá. Murió en 2017, a los 83 años, luego de que se le extirpara un tumor del cerebro.

Maduro y los otros imputados están acusados de usar la cocaína "como un arma" contra Estados Unidos en las últimas dos décadas, ganando cientos de millones de dólares. El presidente en particular está imputado como líder del Cartel de los Soles y de trabajar junto con las FARC, considerada una "organización terrorista" por Washington.

"Durante más de 20 años, Maduro y varios colegas de alto rango supuestamente conspiraron con las FARC, provocando el ingreso de toneladas de cocaína y devastando las comunidades estadounidenses", dijo el fiscal general Bill Barr al anunciar los cargos.

"Queremos que Maduro sea capturado para que pueda responder por sus acciones en un tribunal estadounidense", agregó el fiscal, que recordó que, así como Estados Unidos no reconoce hoy la legitimidad de Maduro como jefe de Estado de Venezuela, tampoco reconocía a Manuel Noriega como presidente de Panamá, cuando fue acusado en 1989 de narcotráfico.

"Las acciones de hoy envían un mensaje claro a los funcionarios corruptos en todas partes de que nadie está por encima de la ley o más allá del alcance de la ley estadounidense", señaló por su parte el jefe interino de la DEA, Uttam Dhillon.

Trump contempla estrategias más agresivas contra Venezuela

De ser juzgado y condenado, Maduro se enfrenta a cadena perpetua. Pero no está claro cómo el gobierno de Trump prevé llevarlo ante un juez norteamericano. A Noriega lo llevaron tras la operación Causa Justa, como Washington llamó a la invasión a Panamá.

Invasión. El endurecimiento en la actitud de la administración Bush ante el chavismo que implican las acusaciones de narcotráfico contra sus máximas figuras, reavivó las especulaciones de que Estados Unidos podría estar cada vez más cerca de optar por invadir Venezuela para derrocar al gobierno de Maduro.

“Nadie quiere una invasión, pero de seguir esta situación hay una probabilidad remota, pero cada vez más creciente, de que se presente este escenario”, dijo el internacionalista venezolano Lauren Caballero”.

Una de las especulaciones apunta a que la pandemia ha provocado un duro golpe a la economía norteamericana, el principal elemento con que contaba Trump para aspirar a la reelección en las elecciones noviembre ante las buenas cifras en materia de desempleo y crecimiento que podía exhibir antes de la llegada del coronavirus.

El analista argentino Andrés Malamud no se imagina en un futuro cercano un desembarco de soldados norteamericanos en Venezuela. Derrocar a Maduro “se puede lograr de muchas formas, como golpes de palacio, atentado o misiles. La recompensa ofrecida por la DEA es un indicio”, dijo a PERFIL.

“En cualquier caso, agregó, el momento no es ahora sino más cerca de la elección. Lo que Trump necesita tapar no es la pandemia, sino la recesión”.

Negociaciones. Para analistas venezolanos, estas acusaciones tendrán influencia en las negociaciones para una salida política a la crisis del país. “Se acabó toda discusión política y diplomática; los norteamericanos dan muestra de querer una salida del régimen a cortísimo plazo”, dijo el politólogo Daniel Arias.

Para Arias, implicar a Maduro con el narcotráfico en forma personal, cierra para Venezuela las vías financieras y humanitarias con organismos internacionales y condiciona a quienes se sienten a una mesa de negociación con el régimen. “Los integrantes de la mesa de negociación, y todos los que quieran negociar, se encuentran en un dilema”, consideró.

Otro analista, Fernando Spiritto, cree, en cambio, que las presiones pueden incentivar al chavismo a presentar nuevas propuestas en la negociación política. “El panorama político puede ponerse muy fluido, por el tema sanitario y este problema de mayor cerco internacional”, afirmó”, agregó.

Sin embargo, Caballero advirtió que las consecuencias de las acusaciones podrían ser exactamente las contrarias, porque incrementan el costo de la salida de la cúpula gobernante. “Cada vez que se toman este tipo de sanciones, los funcionarios ven como única salvación su permanencia en el poder”, recordó.

Spiritto también destacó que, ante la adversidad, el chavismo siempre ha optado por “atrincherarse e insistir por el camino represivo”, y consideró que ahora podría impulsar la suspensión de garantías constitucionales, la movilización de los reservistas y activación de todas las milicias, además de una censura total a la prensa y el cierre de medios de comunicación. “La pregunta es: ¿cuánto tiempo podrá aguantar el gobierno con ese camino represivo?”, se preguntó Spiritto.

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TRUMP NECESITA A VENEZUELA

Augusto Salvatto*

En momentos de crisis, los tiempos políticos tienden a acelerarse.

Hasta hace unos días, las miradas se encontraban centradas en la capacidad del sistema sanitario venezolano para contener al covid-19. De hecho, ante la desesperación por evitar el avance del virus en una sociedad que ya vive una crisis humanitaria, Nicolás Maduro solicitó asistencia financiera al FMI. Institución a la que ha acusado de imponer “recetas económicas fracasadas e inhumanas”.

Pero si la situación ya era de por sí crítica, la acusación por narcotráfico a Maduro ha vuelto una salida pacífica casi inviable, dándole más incentivos al líder socialista para sostenerse en el poder a toda costa. En el pasado, el gobierno venezolano ha demostrado que, ante la adversidad, tiende a cerrarse, aumentar la represión y endurecer sus políticas sobre los opositores.

En este contexto, la posibilidad de que el conflicto entre Venezuela y Estados Unidos escale es cada vez mayor. Y es que, como consecuencia del impacto del coronavirus, la administración Trump se encamina hacia una recesión en medio de un año electoral. Las últimas veces que ocurrió eso, en 1980, 1992 y 2008, los oficialismos fueron derrotados en las urnas.

Pero la historia también demuestra que el clima de guerra frente a un enemigo externo puede beneficiar a quienes buscan la reelección, encolumnando detrás del Presidente a la sociedad y la clase política, especialmente cuando prima la retórica de la defensa de la democracia y las libertades en el mundo.

En política internacional, los incentivos mandan. Y aquí los principales actores han perdido los incentivos para alcanzar una salida pacífica en el corto plazo. Si a esto le sumamos un clima político regional adverso al gobierno venezolano, la salida al “estilo Noriega” parece una posibilidad cada vez más real.

Si hay recesión, Trump puede necesitar a Venezuela, y las cartas ya están sobre la mesa.

*Politólogo (UCA) – Especialista en América Latina