La invasión de Rusia a Ucrania desató una serie de situaciones de violencia contra las mujeres, con cada vez más casos de denuncias de abuso sexual por parte de soldados rusos que combaten en las distintas ciudades ucranianas. En esta oportunidad, la historia de Luba, de 29 años, recorre el mundo luego de que un voluntario y rescatista la contara en sus redes sociales para visibilizar el horror de la guerra. La joven fue violada por un soldado ruso durante una semana, y vio cómo asesinaba a su madre de un disparo frente a sus ojos.
Luba vivía en Járkov, en el este ucraniano, junto a su madre que estaba en silla de ruedas hace tres años. Por esta situación, se le hizo difícil abandonar la ciudad cuando las tropas rusas invadieron el territorio, sin más remedio que refugiarse allí.
Según informó el diario Ukrainska Prava en base al relato de un voluntario en sus redes sociales, la pesadilla que atravesó la joven empezó una mañana cuando "llegaron unos soldados rusos”. “Tres piojos, no puedo definirlos de otra manera, no puedo llamarlos personas", contó el voluntario.
"Se robaron la comida, lo que había en la casa. Dos se fueron, el tercero se quedó y violaron a Luba durante más de una semana. La joven trató de pedir ayuda pero el soldado destruyó su teléfono. Luego le confesó que la amaba y quería llevársela”, detalló el joven.
Como Luba se opuso y se rehusó a salir de la casa porque de ninguna manera dejaría a su madre sin atención, el soldado “apuntó con el arma contra la mujer y le disparó, matándola frente a Luba", señaló en su relato.
“El ejército ruso viola y mata a ucranianos por diversión: la historia de Luba es solo una de muchas, ella vive pero está muerta por dentro", sostuvo el joven que conoció la historia de la joven.
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Ucrania: crece la violencia y la agresión sexual contra las mujeres
El caso de Luba no es aislado, y mientras siguen transcurriendo los días de la invasión en Ucrania, crecen las denuncias de situaciones de violencia como esta contra las mujeres.
“A medida que las tropas rusas se retiraron de las ciudades y los suburbios alrededor de la capital para reenfocar el esfuerzo de guerra en el este de Ucrania, las mujeres y las niñas se presentaron para contarle a la policía, los medios y las organizaciones de derechos humanos las atrocidades que sufrieron a manos de los soldados rusos. Las violaciones en grupo, las agresiones a punta de pistola y las violaciones cometidas frente a los niños se encuentran entre los testimonios sombríos recopilados por los investigadores”, señala un artículo publicado este domingo en The Guardian por una corresponsal en Lviv.
Organizaciones benéficas que ayudan a víctimas de violencia y abuso sexual aseguraron haber recibido llamados en sus líneas de emergencia de casos de mujeres en distintas situaciones amenazantes, y lamentan que en muchos de esos casos no pudieron ayudarlas por la imposibilidad de movilizarse debido a las zonas de combate, detalló el diario británico.
No obstante, estas organizaciones están trabajando con el gobierno local para dar apoyo médico, legal y psicológico a esas mujeres, y encontrar refugios seguros para quienes huyen tanto de esas situaciones como de la violencia doméstica.
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La historia de Natalya, otra víctima de abuso de soldados rusos: "Me violaron uno tras otro mientras mi hijo lloraba"
La semana pasada también trascendió la historia de Natalya: el 9 de marzo, soldados rusos irrumpieron su casa, mataron a su marido y la violaron durante horas hasta que pudo escapar.
La mujer, de 33 años, relató su historia al diario británico The Times, y su testimonio podría ser parte de la causa por crímenes de guerra contra Rusia ante el Tribunal Penal Internacional.
Mientras su hijo estaba en la sala de calderas donde se habían estado refugiando del bombardeo, fue amenazada por los soldados que la obligaron a sacarse la ropa. “Luego ambos me violaron uno tras otro. No les importó que mi hijo estuviera llorando en la sala de calderas. Me dijeron que lo callara y volviera. Todo el tiempo sostuvieron el arma junto a mi cabeza y se burlaron de mí, diciendo ‘¿cómo crees que lo chupa? ¿La matamos o la mantenemos con vida?’”, relató Natalya.
Horas después, se fueron y ella fue con su hijo, quien estaba paralizado por el miedo y se no quería moverse. Pero luego regresaron por tercera vez y abusaron de ella nuevamente. “Cuando regresaron por tercera vez, estaban tan borrachos que apenas estaban de pie”, contó.
“Eventualmente, ambos se quedaron dormidos en las sillas. Entré sigilosamente en la sala de calderas y le dije a mi hijo que teníamos que huir muy rápido o nos dispararían”, agregó.
Natalya y su hijo Oleksii se fugaron por los campos a la casa de un vecino, luego a Brovary al día siguiente, y después a la provincia occidental de Lviv. Natalya no pudo nunca darle la noticia del asesinato de su padre a su hijo. “Él no sabe nada de su papá. Incluso si vamos a la tienda, me pide que compre una dona para él. ‘Compra una dona para papá’”, dijo.
Fue su cuñada quien la ayudó a hablar y a denunciar lo que vivió. “Podría haberme quedado callada, pero cuando llegamos a la policía, la hermana de mi esposo me hizo hablar y no había vuelta atrás”, sostuvo. “Entiendo que muchas personas que han sido heridas se quedan calladas porque tienen miedo. Mucha gente no cree que sucedan cosas terribles como esta”, agregó.
ag / ds