El presidente chino, Xi Jinping, exaltó ayer el mando de Beijing sobre Kong Kong, al encabezar las conmemoraciones por el 25º aniversario del traspaso de la ciudad de mando británico, donde afirmó que la democracia florece, pese a la represión que desató su régimen para silenciar toda forma de disidencia.
En la ceremonia, que incluyó la instalación del nuevo gobierno de Hong Kong, Xi evidenció el control del Partido Comunista Chino sobre la ciudad luego de desatar una fuerte represión contra el movimiento prodemocracia local.
Desde que Beijing impuso en 2020 una ley de seguridad nacional, la oposición ha sido aplastada y la mayoría de las figuras prodemocracia han abandonado la ciudad, fueron marginadas del poder o encarceladas.
Pero en su discurso, Xi dijo que Beijing siempre actuó “por el bien de Hong Kong. Después de reunificarse con la madre patria, los habitantes de Hong Kong se convirtieron en amos de su propia ciudad”, aseguró Xi. “La verdadera democracia de Hong Kong comenzó en ese momento”.
Se trata de la primera vez que Xi sale del territorio continental chino desde el inicio de la pandemia del covid-19, y la primera vez que va a Hong Kong desde las protestas masivas de 2019.
Las conmemoraciones del viernes comenzaron con una ceremonia de iza de la bandera en el Muelle Victoria de la ciudad, incluyendo el paso de aviones militares y una flotilla naval que lanzaba penachos de agua. Xi no estuvo presente. Medios locales informaron que había pernoctado en la ciudad aledaña china de Shenzhen y regresó a Hong Kong la mañana de ayer.
Autonomía erosionada. El aniversario de ayer marca también el punto intermedio en el modelo de gobierno acordado por Gran Bretaña y China, bajo el cual la ciudad mantendría algo de autonomía y libertad, conocido como “Un país, dos sistemas”. El aniversario del traspaso solía ser un ejemplo de esas libertades en acción. Durante décadas, cada 1° de julio cientos de miles de pobladores se congregaban para marchar y expresar sus molestias políticas y sociales.
Pero esa marcha, así como otras congregaciones masivas en Hong Kong, han sido prohibidas los últimos dos años, en una mezcla de restricciones por el coronavirus y medidas de seguridad.
Críticos señalan que la represión, reforzada por una ley de seguridad nacional impuesta por Beijing en 2020, rompió la promesa china de que Hong Kong mantendría su modo de vida después del traspaso.
“Hicimos una promesa al territorio y a su gente y pretendemos mantenerlo, haciendo lo que podemos para que China cumpla sus compromisos”, declaró el primer ministro británico, Boris Johnson.
En Estados Unidos, el secretario de Estado, Antony Blinken, lamentó una “erosión de autonomía” en la ciudad, al señalar que “nos solidarizamos con el pueblo de Hong Kong y reforzamos sus llamados para que se reinstauren las promesas de libertad”.
Pero Xi insistió ayer en que el principio de “Un país, dos sistemas” es un buen sistema.
“No hay motivo alguno para cambiarlo y debe ser mantenido a largo plazo”, declaró Xi al argumentar que resguarda “la soberanía, seguridad e intereses de desarrollo” de la ciudad.
Circuito cerrado. La visita de Xi se realiza bajo un sistema de circuito cerrado estrechamente monitoreado. Quienes ingresan a la órbita del presidente, desde los niños que lo recibieron en la estación del tren hasta los oficiales de alto rango, debieron limitar sus contactos sociales, hacer pruebas diarias de covid-19 y pasar días en hoteles de cuarentena. Las autoridades también han detenido al menos nueve personas en la última semana.
A más de diez miembros y voluntarios de la Liga de Social Demócratas (LSD), uno de los pocos grupos opositores que quedan en Hong Kong, se les prohibió protestar, y seis miembros del grupo dijeron que sus casas fueron requisadas.
Pero las autoridades buscan presentar una imagen de apoyo público a las celebraciones, con rótulos que proclaman una nueva era de “estabilidad, prosperidad, oportunidad” en toda la ciudad.
En el Parque Victoria de la ciudad, una cancha de fútbol fue adornada con una gigantesca bandera china junta a una bandera de Hong Kong un poco más pequeña.
Kelvin Lam, un profesional de las finanzas que visitó la muestra de las banderas, recordó que solía unirse a las marchas del 1° de julio, pero que ahora la ciudad “se siente diferente”.
A su vez, una mujer de apellido Xu comentó que ahora “una vida segura, estable, es lo más importante para la gente común”.
“La libertad ha desaparecido”, dice el premier de Taiwán
Agencias
La libertad y la democracia han desaparecido en Hong Kong, afirmó ayer el primer ministro de Taiwán, Su Tseng-chang, al comentar el aniversario de regreso de la ex colonia británica bajo dominio de Beijing luego de permanecer bajo dominio de Londres de 1843, al fin de la llamada Guerra del Opio.
“Solo hay que ver el dolor de los hongkoneses para saber si Hong Kong está mejor o peor”, dijo el primer ministro a la prensa en Taipéi.
“Solo han pasado 25 años, y en el pasado, la promesa era de cincuenta años sin cambios”, dijo, en referencia a la promesa de Beijing de que Hong Kong podría mantener las libertades clave hasta 2047. La libertad y la democracia han desaparecido”, añadió.
Analistas consideran que el discurso del presidente chino Xi Jinping en la ceremonia por los 25 años siguió la línea dura que su régimen ha llevado adelante. “El discurso de Xi reiteró el mensaje que se ha mandado a Hong Kong desde la aplicación de la Ley de seguridad nacional” explicó el politólogo Kenneth Chan, de la Universidad bautista de Hong Kong. “China ejerce ahora el control total sobre la ciudad, a través de sus aliados” prochinos, asegura.
Desde que China impuso la ley de seguridad nacional tras las masivas manifestaciones prodemocracias en el territorio en 2019, la disensión ha quedado ahogada en esta ciudad antaño políticamente vibrante.
Ted Hui, un ex diputado opositor quien se exiló en el extranjero tras haber sido arrestado múltiples veces, dice que las palabras de Xi sobre que la “verdadera democracia” empezó tras la entrega de la ex colonia a China son un “mentira”. Bajo dominio británico, la ciudad nunca tuvo una democracia completa, admite, pero ahora “hemos perdido tanto la democracia formal como su sustancia, especialmente tras la implementación de la ley de seguridad nacional”.