"El pueblo chino se ha levantado" y su ascenso, después de más de un siglo de subdesarrollo e invasiones es "irreversible". Un fuerte patriotismo y reflexiones indirectas hacia Occidente marcaron este jueves el discurso del presidente Xi Jinping con motivo del centenario del Partido Comunista.
"¡El tiempo en el que el pueblo chino podía ser pisoteado, en el que sufría y era oprimido ha terminado para siempre!", dijo Xi en la Puerta de Tiananmen, desde donde su lejano predecesor Mao Zedong proclamó la República Popular en 1949.
Tras hacer referencia a las guerras del Opio, el colonialismo occidental y a la invasión japonesa (1931-1945), Xi Jinping alabó al Partido Comunista de China (PCC) por mejorar el nivel de vida y restablecer el orgullo nacional.
"El pueblo chino no permitirá nunca que fuerzas extranjeras le intimiden y le opriman. Quien lo haga corre el riesgo de ser aniquilado ante una Gran Muralla de acero edificada por 1.400 millones de chinos", dijo, frente a una multitud de jóvenes y de miembros del partido congregados en plaza Tiananmen, ensalzando la salida de la pobreza de cientos de millones de chinos en tan solo unas décadas.
"El gran renacimiento de la nación china ha entrado en un proceso histórico irreversible", se congratuló.
El siglo del Partido Comunista Chino
"China se proclama cada vez más una superpotencia. Xi Jinping envía un mensaje fuerte a Occidente: cualquier iniciativa de cortar el paso a China está destinado al fracaso", dice Willy Lam, profesor en la universidad china de Hong Kong.
Control
Fundado por un puñado de militantes en julio de 1921 en una Shanghai todavía dividida en concesiones extranjeras, el PCC dirige la segunda potencia mundial y tiene la firme intención de seguir imponiéndose a nivel internacional.
El jueves por la mañana resonaron en Beijing 100 disparos de cañón para conmemorar el centenario. La patrulla acrobática del ejército del aire sobrevoló la plaza de Tiananmen, dibujando en el cielo haces rojos, amarillos y azules.
Algunos helicópteros formaron en el cielo el número "100" y otros llevaban la bandera del partido, con la hoz y el martillo amarillos sobre fondo rojo.
"Gracias al partido tenemos una sociedad como esta y el país ha podido desarrollarse rápidamente. Tenemos que darle las gracias", comentó Li Luhao, un estudiante de 19 años, en la plaza Tiananmen.
"Cuando era pequeño, había cortes de corriente todas las noches", declaró Wang, un habitante de Beijing. "Comida, ropa, educación, transporte ... Hoy todo va mejor", enumera, atribuyéndoselo al PCC.
El centenario del PCC motivó desde hace meses una intensa campaña de propaganda, que culminó el lunes con un gran espectáculo al estilo norcoreano en el estadio olímpico de Beijing, con referencias a la revolución china o la gestión de la epidemia del covid-19.
Los medios de comunicación chinos atribuyen el éxito en el control de la epidemia al sistema autoritario en vigor, y lo contraponen al caos epidémico de las democracias occidentales.
Pocas voces cuestionan el balance del régimen, que ha aumentado la represión de la disidencia bajo el mandato de Xi Jinping, a la cabeza del partido, y por lo tanto del país, desde finales de 2012.
El PCC "busca vincular su supervivencia a la de China y del pueblo chino", afirma Wu Qiang, antiguo profesor de ciencias políticas de la prestigiosa universidad Tsinghua de Pekín, destituido en 2015 tras apoyar la protesta en Hong Kong.
Desafíos
"Imagen deteriorada". Como cabía esperar, las decenas de millones de muertes de las campañas económicas y políticas de Mao, desde el Gran Salto Adelante (1958) hasta la Revolución cultural (1966), no figuran entre los temas abordados cuando el partido cumple 100 años.
Con un crecimiento exponencial en los últimos 40 años, el PCC puede estar orgulloso de haber sacado al país del subdesarrollo. Pero los dirigentes chinos se enfrentan a la desaceleración económica mundial, los desafíos climáticos y al envejecimiento de su población.
A nivel internacional, entre el covid-19, la represión de la minoría musulmana uigur en Xinjiang las amenazas contra Taiwán, la imagen de China ha caído en los últimos dos años a su nivel más bajo entre la mayoría de los países occidentales, según un estudio publicado el miércoles por el centro de investigación estadounidense Pew.
Las celebraciones del centenario llegan justo un año después de que Beijing impusiera una ley de seguridad nacional en Hong Kong que redujo considerablemente la oposición política en la antigua colonia británica.
La semana pasada, el periódico prodemocracia de este territorio, Apple Daily, se vio obligado a cerrar después de que le congelaran los activos. Hoy se cumplen también 24 años desde la devolución del territorio a China, una fecha que suele ser motivo de manifestaciones contra Beijing.
La policía de Hong Kong prohibió este año las concentraciones, argumentando razones sanitarias y desplegó 10.000 efectivos para hacer respetar la prohibición, según la prensa local.
Pero la calma reinaba en Hong Kong el jueves y la única manifestación la protagonizaron cuatro activistas prodemocracia que se dieron cita en un lugar cercano a la ceremonia en la que se conmemoró la retrocesión.
SF