Existe la creencia de que la aparición de un nuevo medio mata a los anteriores. Cuando apareció la fotografía se celebraron velorios de la pintura y con el cine quisieron enterrar vivos a la fotografía y a la radio. Está claro que no mueren pero sí se transforman. La pintura cuando tuvo competencia en un registro casi perfecto de la imagen explotó en pedazos y se reconvirtió. Aparecieron genios como Picasso que anticiparon el pixel y la fragmentación.
La televisión no mató al cine ni las noticias online a los diarios impresos. Internet trajo gurúes oportunistas que nos explicaron cómo todo lo que conocemos desaparecerá y profetizaron la muerte del diario. Algunos de esos oráculos fueron saludados con avisos fúnebres en los diarios que los sobrevivieron. Después de ocho años de haber cerrado su edición en papel el diario Jornal do Brasil vuelve a imprimirse. El fetichismo del papel es más fuerte de lo que esperaban esos gurúes.
A principios del siglo XX se hablaba del Fin de la Pintura, la premonición de este siglo es El fin del periodismo. Esa frase se vuelve pregunta clave que hay que volver a hacer cada tanto. Cuál es el “fin” del periodismo hoy. El fin como objetivo y no como final.
Dejó de ser importante la velocidad de la noticia porque el transeúnte tiene la primicia y la vuelca en las redes. La hora de cierre vuelve antigua a la novedad. En la televisión se decía “vamos que nos come el león”. Bueno, ya nos comió y estamos en digestión. Ahora es necesario que nos ayuden a pensar y no que piensen por nosotros. Cambió el centro de generación de noticias y las jerarquías tradicionales en la información desaparecen. Como la información quiere ser libre y viaja a la velocidad de la luz la misión principal del periodismo deja de ser el de presentar noticias y opinar sobre ellas. Ya no es más “mejor, primero que mejor”, ahora es “mejor, mejor que primero”.
Cuando Julian Assange inaugura sus sitios Wikileaks nos muestra la época de forma didáctica. Por un lado con el nombre: leaks (goteo). La información ejerce presión para filtrarse. También vemos que es demasiada la información sensible a disposición. Cuando se publicaron los cables de la embajada de los EEUU en Buenos Aires el propio Assange contactó al periodista Santiago O’Donnell para entregarle un pen drive con todos los cables. @santiodonnell hizo periodismo siglo XXI. Curaduría, clasificación y puesta en contexto en sus libros Argenleaks y Politileaks.
En otro gran libro llamado justamente #ElFinDelPeriodismo, Jorge Bernárdez y Luciano di Vito entrevistan a referentes del periodismo tradicional. En un entretenido contrapunto de historias de vida en los medios muestran lo que ya no es y lo que va a perdurar. Lo que ahora hace mejor el público no es necesario que lo haga el periodista.
En ese cambio de jerarquías los medios ya no son simples emisores. Deben ser también receptores y punto de encuentro. El intercambio de información ya no es una transacción, es la esencia misma de la comunicación humana. “Si se quieren comunicar dejen su mensaje en los comentarios.” No, así no.
Como viejitos modernos los medios se nutren de las redes sociales. Los noticieros con los videos de youtube, las radios con facebook, las revistas con instagram. Los diarios toman fotos de las redes y ponen como crédito “Foto: twitter”. No, no es twitter. Es un lector al que acaban de ofender. Están depredando el ecosistema. Por eso se habla ahora de la ecología de los medios. El nuevo ambiente es interdependiente. Si tomás algo danos algo a cambio.
Los diarios online y las redes sociales quieren hibridarse pero no los dejan. Es tan poderosa la fricción entre los medios antiguos y los modernos que nadie se anima a dar el primer paso para conducir esa energía. No nos revestimos de tecnología por novedad sino por hibridación, se está convirtiendo en nuestra piel. Con internet ya tenemos el cerebro fuera del cráneo. Es hora que los medios nos permitan entrar en ellos. Quizás ese sea #ElFinDelPeriodismo, ayudarnos ser parte de la información.
Alejandro María Correa - Investigador de medios de comunicación
Twitter: @alargie