Gabriel Dreyfus (66) es uno de los publicitarios argentinos con mayor currículum. Dos veces presidente del Círculo de Creativos Argentinos, dirigió la agencia Bassat, Ogilvy & Mather en Madrid y publicó el libro La Publicidad Que Me Parió por Planeta en 2011. También, fue el director creativo original de Young & Rubicam en el país, tras su fusión con su propia agencia, FSD. Y el polémico spot en Malvinas lanzado por Presidencia –que hasta generó un mea culpa de Sir Martin Sorrell, CEO del grupo dueño de la firma productora y una disculpa de su casa central en Londres– no le causa ninguna gracia.
En diálogo con Perfil.com, Dreyfus sentencia: "Si el spot hubiese estado firmado por Adidas o Nike, me habría parecido maravilloso. Pero firmado por Presidencia, con la supuesta intención de homenajear a los caídos en Malvinas, mezclando las Olimpíadas con una guerra que nos costó muchos muertos y para colmo metiéndonos a hurtadillas para mojarle la oreja a los ingleses, me parece de un país de décima, me avergüenza. Y me parece más de décima todavía que se le haya querido mojar la oreja a los ingleses usando una agencia británica. Yo no lo hubiese hecho para el Gobierno, de ninguna manera".
Natalia Scocimarro, jefa de comunicación de la oficina porteña de Young & Rubicam, afirmó ayer a este portal que la agencia realizó el corto, sin destinatario concreto y que la propuesta a Presidencia llegó después. Sin embargo, Dreyfus no cree en esta versión: "Si dice eso miente absolutamente. Cuando yo firmé contrato, estaba estipulado que no se hacían campañas políticas. Ninguna multinacional lo hace. Sorrell ahora manda un chirlo, pero los ingleses son especialistas en pegar chirlos de frente y dar órdenes por detrás. Quizá se explica: hasta donde yo sé, Young & Rubicam tenía hasta el año pasado la cuenta de YPF, hasta donde yo sé".
Twittero caliente. No es la primera vez que Dreyfus trenza cuernos con el Gobierno. Este mes, vía su cuenta de Twitter, @dreyfusg, escribió: "Cristina: cortar la importación de insumos para la industria es como querer quedar embarazada castrando a tu marido". Y en febrero del año pasado llegó a una disputa picante con el canciller Héctor Timerman, donde se mezclaron la muerte de Pablo Gabriel, hijo de Dreyfus –fallecido en la tragedia del vuelo 447 de Air France en 2009–, el reconocimiento al Estado Palestino y la enfermedad terminal de un hermano del ministro. Dreyfus cerró la discusión diciendo: “Yo tampoco soy tu amigo ni te respeto pero espero que te repongas de tu absoluta falta de diplomacia. Fin”.
