El exjefe de Gabinete Agustín Rossi se refirió al fallo de la Corte Suprema que dejó firme la condena a Cristina Kirchner, criticó el funcionamiento del Poder Judicial y afirmó que es necesario reformar la Constitución para terminar con los “jueces a perpetuidad”. “Los cargos perpetuos casi se toman como un seguro de vida”, dijo en Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio JAI (FM 96.3).
Agustín Rossi es un histórico dirigente peronista santafesino. Fue candidato a vicepresidente en la fórmula encabezada por Sergio Massa, jefe de Gabinete durante el gobierno de Alberto Fernández, diputado, senador nacional, interventor en la Agencia de Inteligencia y ministro de Defensa. También es ingeniero civil.
Te vi ayer en QR, por Bravo TV, plantear incluso una reforma de la Constitución en 2027 para que haya elección de jueces por voto, como en México.
Sí, así lo planteé ayer. Esto surge del grado de prestigio que tiene el Poder Judicial en la Argentina. Me parece que, sin ninguna duda, creer que seguir haciendo lo mismo que venimos haciendo va a mejorar el Poder Judicial es claramente una equivocación. No dudo de la buena intención del expresidente Raúl Alfonsín cuando se creó el Consejo de la Magistratura para mejorar los mecanismos de selección y control de los jueces, pero ha fracasado. Ese Consejo de la Magistratura ha fortalecido el carácter endogámico de un poder corporativo. Hemos visto cómo los representantes de la comunidad judicial, por decirlo de alguna manera, protegieron al juez Ercolini, el que estaba involucrado en el Lago Escondido, cuando se levantaron y se fueron de la Comisión de Disciplina para evitar que avance el proceso.
Así que a mí me parece que hay que mirar con mucha atención lo que sucedió en México, en donde se eligieron los miembros de la Corte y la mayoría de los cargos de jueces federales por voto directo. Hay que replantear el funcionamiento del Poder Judicial. Yo planteo la reforma de la Constitución para elegir un nuevo mecanismo de elección, alejado de la política, pero alejado de los poderes corporativos también. Otra cosa que me parece tan importante como lo anterior es terminar con los jueces a perpetuidad. Hay que reformar la Constitución y terminar con los cargos perpetuos para los jueces. Los jueces podrán estar cinco años, diez años, o cinco años con posibilidad de ser reelegidos por cinco años más, pero después tendrán que volver a trabajar en la actividad privada. Lejos de darle estabilidad al Poder Judicial y tranquilidad a la hora de tomar la sentencia, los cargos perpetuos casi se toman como un seguro de vida. Me parece que eso no es para nada conveniente. Es una discusión que hay que dar.
Yo me acuerdo cuando Cristina intentó con esas leyes de democratización de la Justicia, y cinco leyes fueron declaradas inconstitucionales por la propia Justicia. En Argentina, desde que recuperamos la democracia, todos los sectores políticos y las instituciones fueron interpeladas. Se interpeló a los militares al principio de la recuperación de la democracia, a la Iglesia, después a los partidos políticos, a los legisladores, a los dirigentes sindicales, a los periodistas. Ahora, cada vez que uno quiere interpelar al Poder Judicial para lograr algún tipo de modificación para mejora de su funcionamiento, siempre se esconden con el paraguas de la independencia del Poder Judicial y nunca podemos hacer nada. No logramos ni siquiera que paguen el Impuesto a las Ganancias como paga el resto del común de los argentinos.
Entonces, a mí me parece que ha llegado la hora de tomar el toro por las astas y provocar una reforma de la Constitución. Seguramente también será motivo como para adecuar algunas de las cuestiones de la reforma de 1994 que necesitan modificación o que podrán tener miradas para modificar. Pero fundamentalmente, para modificar el funcionamiento de uno de los tres poderes, que es el Judicial. Cuando uno lo mira desde el punto de vista estratégico, es uno de los tres poderes más importantes de los que tiene la Argentina.
Lo que vos planteaste ayer es una revolución. No es simplemente si son cinco o siete u once los miembros de la Corte, sino que los jueces sean electos por voto y duren determinada cantidad de tiempo. Cristina colocó como candidato a presidente a una persona moderada y de centro, como Scioli. Luego colocó a otra persona moderada de centro, como Alberto Fernández. Y después promovió uno más de centro-derecha, como Massa. ¿Lo que vos planteas significa que un error irse corriendo al centro? ¿El peronismo tiene que volver a ser revolucionario y hay que devolverle a la polarización de la extrema derecha una forma más extrema de peronismo? ¿Te agarré con la pregunta?
No, porque lo contesto siempre esto. Con vos me esmero un poco más en la respuesta. Lo que quiero decir es que todos esos ejemplos que vos diste responden a un contexto determinado. Es imposible analizar las decisiones políticas que se tomen en un determinado momento sin tener en cuenta el contexto. Podría decir claramente que, en 2015, Scioli era el candidato de los gobernadores, de la mayoría de los intendentes, de la CGT. Había sido dos veces gobernador de la provincia de Buenos Aires, vicepresidente de Néstor, y era casi imposible que no fuese Scioli. Era casi como el candidato natural. Así que en cada una de esas decisiones se tomó un contexto.
Sí quiero decir varias reflexiones. En primer lugar, yo creo que hay candidatos para la segunda vuelta y candidatos para la primera vuelta. El peronismo ha elegido, fundamentalmente en las últimas veces, candidatos en donde uno de los activos que tenían esos candidatos era decir que podían sacar votos independientes en la segunda vuelta. Y la realidad es que a nosotros se nos hace muy difícil llegar al 50% de los votos. De hecho, la última vez que hemos llegado al 50% de los votos fue cuando ganó Cristina con el 54% de los votos.
Creo que la estrategia electoral del peronismo no tiene que ser pensar en ganar en segunda vuelta, sino ganar en primera vuelta. Eso quizás te lleve a tener propuestas mucho más intensas, mucho más determinadas, mucho más precisas y a que la cara del peronismo sea la cara de un peronismo transformador, disruptivo o revolucionario. De esa manera, se podrían generar las expectativas suficientes como para que te permitan ganar en primera vuelta. Y en segundo lugar, yo ayer le decía que la decisión de meter presa a Cristina nos escribe parte de la plataforma electoral del 2027. ¿Vos creés, Jorge, que un presidente peronista puede gobernar el país con Cristina privada de su libertad?
Esa era la otra pregunta. Vos habías dicho que ni un día. Ahora, ¿cómo sería? ¿La indulta?
Con la Constitución en la mano. El indulto está previsto en la Constitución. También hay otros mecanismos, como las leyes de amnistía. También se puede solicitar a la Corte Suprema de Justicia que revea la decisión que tomó. No sería la primera vez que se revisa.
Otra Corte…
No sé si la misma Corte, otra Corte, con algunos o con otros. Hay situaciones que también se han analizado y se han atenuado. Pero el momento histórico que vive hoy el peronismo es asemejable a lo que vivía el peronismo en 1973, cuando Lanusse convocó a elecciones libres, menos Perón. Es decir, un peronismo que no estaba proscripto, con un líder proscripto. Entonces, Perón diseña, una estrategia que le permite a Cámpora ganar las elecciones,
Esto es contra fáctico, pero vos, que sos un estudioso de la historia argentina, ¿te imaginás cuánto podría haber durado Cámpora si le decía a Perón que no vuelva a la Argentina? La situación es una situación asemejable con un presidente peronista que siga manteniendo a Cristina presa. Porque nosotros impugnamos el fallo, independientemente de que acatamos las decisiones de la Justicia. Y hoy lo ratifica nuevamente Cristina. Siempre hemos estado en derecho, pero no compartimos los fundamentos ni el fallo, y tenemos una cantidad de impugnaciones que nunca fueron consideradas por la propia Justicia.
Tu tesis es: la detención de Cristina produce dentro del peronismo una reevaluación de la estrategia electoral, pensar en la primera vuelta y buscar una persona que represente un peronismo más revolucionario, que venga a producir cambios más profundos, con menos consenso con el no peronismo. Es algo así como una respuesta más pendular a lo que está haciendo Milei. ¿Quién sería ese candidato, ese Cámpora que podría lograr ganar en primera vuelta?
No lo sé. Será lo que será, será producto de un proceso. Ni me gusta poner a nadie ni descarto absolutamente a nadie. Lo que sí creo es que hoy la opinión de Cristina resulta ineludible para todas las decisiones políticas que toma el peronismo. Para todas las decisiones políticas que toma el peronismo, el Partido Justicialista, la opinión de Cristina es ineludible porque lo que ha hecho esta decisión de privarla de su libertad, de quitarle sus derechos políticos y electorales, es volver abroquelar, de vuelta, a todo el campo nacional y popular en defensa de Cristina. Entonces, me parece que la vigencia política de Cristina es una vigencia política que hoy tiene más envergadura que antes del fallo.
Yo te hacía la pregunta con la intención de llegar a Axel Kicillof. Por lo que entiendo, no sería importante el candidato, sino que el candidato tendría que ser la continuidad de Cristina. Es decir, “el día que yo sea presidente, libero a Cristina”. Sería mucho más dependiente de Cristina que Alberto Fernández, cuando la tesis de Kicillof es lo contrario: marcar una autonomía distinta de Cristina. ¿Vos lo que sentís es que con la detención de Cristina la tesis de aumentar la distancia y la independencia del futuro candidato del peronismo con Cristina cambió?
No, no lo planteo en esos términos de dependencia o no dependencia de Cristina. Lo que yo no me imagino es que a partir de ahora existan actos del peronismo —electorales o no electorales— que no empiecen con un pedido de libertad para Cristina, y que no terminen con un pedido de libertad para Cristina. La presencia de Cristina va a ser omnipresente hacia el interior del justicialismo en los próximos tiempos. El futuro presidente tendrá que tomar las decisiones que tenga que tomar, teniendo en cuenta esta consideración. Es mi mirada en el día de hoy. La realidad es que lo de la primera vuelta lo pensaba antes de que sucediese esto con Cristina. Pero, al igual que pensaba que la unidad no era optativa para el peronismo, sino que era una obligación en estas elecciones, esos dos imperativos se vuelven más importantes a la hora de analizar todo esto que sucedió con Cristina.
El peronismo hoy tiene que combinar dos situaciones: la de ser opositor y la de resistir. Tenemos que planificar el proceso electoral que viene, tenemos que tener listas de candidatos a diputados y candidatos a senadores que sean lo más representativos posible. Pero por sobre todas las cosas, que sean compañeros y compañeras que, además de hacer una buena elección, nos garanticen buenas votaciones. Es alejarnos de los Kueider de la vida, por decirlo de alguna manera. Creo que diseñar una estrategia electoral para el 2027 es parte del peronismo opositor. Pero el peronismo también va a tener una parte de resistencia. La parte de resistencia es sostener el apoyo, el acompañamiento a Cristina en la situación en la cual la ha puesto la Justicia.
Alejandro Gomel: Antes del 2027 está el 2025, estas elecciones legislativas. En la provincia de Buenos Aires la elección sigue siendo el 7 de septiembre. ¿Qué ves que puede pasar? Roberto Navarro deslizó que hay una idea de que sea Máximo Kirchner el candidato en lugar de Cristina en la Tercera Sección electoral de la provincia de Buenos Aires. ¿Creés que ese puede ser ese un camino?
Nosotros necesitamos el acuerdo de ir a enfrentar a Milei para las próximas elecciones legislativas a nivel nacional. Tenemos que hacer listas únicas que hagan la mejor elección contra el presidente de la Nación. La realidad es que las elecciones intermedias son siempre elecciones casi plebiscitarias de la gestión del presidente. Si los argentinos están de acuerdo con este rumbo económico, político y social, votarán a Milei. Si los argentinos están en desacuerdo con este rumbo del actual Gobierno, nosotros, los peronistas, los integrantes del campo nacional y popular de este frente, tenemos que tratar de convertir al peronismo en la principal alternativa opositora en las próximas elecciones.
La verdad es que a mí me resulta difícil hablar de la provincia de Buenos Aires en este momento por dos cuestiones. La primera es que nadie está pensando hoy en cómo se resuelven las candidaturas en la provincia de Buenos Aires. Estamos todos pensando en el miércoles, que es el día en que Cristina, conforme a derecho, como ha dicho hoy, se va a presentar en Comodoro Py. En segundo lugar, porque no es mi distrito. Ahora, sí puedo decir algunas reflexiones. Intentar reemplazar a Cristina sería un gran error, porque no hay nadie que la pueda reemplazar a Cristina, menos en la candidatura de primera candidata a legisladora provincial en la Tercera Sección electoral. El peronismo tiene una innumerable cantidad de dirigentes a lo largo y ancho de toda la provincia, y sobre todo en la Tercera Sección Electoral, que es una de las más importantes, con muchísimos dirigentes del peronismo como para encabezar esa lista de legisladores provinciales allí.
Claudio Mardones: Usted planteaba que están viviendo una situación parecida a 1973.
Sí, desde el punto de vista electoral.
CM: Totalmente. En este momento hay dudas sobre la decisión que va a tomar el juez de ejecución penal. Hay versiones sobre la posibilidad de que los fiscales quieran endurecer las condiciones de prisión para Cristina. Algunos dicen que podrían cortarle el acceso a las redes y buscar que no hable desde el balcón. ¿Qué lectura hace de esto? Porque, bueno, comparándolo con el ’73, es como que algunos dicen: “Nosotros no queremos que esto sea una Puerta de Hierro.”
Claro. Pero en realidad, teóricamente, el juzgado de ejecución penal la juzgó por un delito de corrupción, por administración fraudulenta. Todo lo demás a lo que usted hacía referencia tiene que ver con la persecución política. ¿Qué les molesta de Cristina? ¿Que Cristina tenga buen diálogo con la gente, que la gente le profesa amor a Cristina? Ayer estuve acompañando a los compañeros que estaban allí, haciendo la vigilia en la puerta de la casa de Cristina, y lo único que vi eran gestos de amor. Están todos en silencio, esperando que Cristina salga. Cuando Cristina sale, gritan, bailan y hablan unos con otros, sintiendo casi un compromiso de ir a acompañar a Cristina en esta situación. ¿Entonces le van a quitar las redes? ¿Qué tiene que ver eso con un delito de corrupción? Claramente, todas esas cosas, si las llegan a hacer, muestran más palmariamente que esto ha sido una persecución política.
¿Analizaron esa situación en la reunión del partido?
No, no se analizó esa situación. Lo que sí se analizó en esa reunión del Partido Justicialista es acompañar masivamente a Cristina el miércoles. Ahí estaremos. Lo que me da mucha gracia es que, si es cierto que en Comodoro Py están analizando esto, ya no tiene que ver con un delito de corrupción. Tiene que ver con que es una persecución política. Les molesta que Cristina tenga adherentes en sus redes, les molesta que haya gente que vaya a expresarle su amor a Cristina. Bueno, muchachos, ¿qué va a ser? Es así. Es lo que consiguió ella. Y hasta ahora no hay medida que pueda generar que ese amor que tiene Cristina, o que tienen grandes sectores de la sociedad argentina con Cristina, se modifique. Digo “grandes sectores” porque la verdad que he visto, sobre todo en algunos canales de televisión, cosas tan burdas y grotescas festejando la detención de Cristina que explica claramente por qué, en 1952, las paredes de Buenos Aires estaban pintadas con “Viva el cáncer”. Son nietos y bisnietos de los que pintaban en 1952 “Viva el cáncer”, cuando murió Eva.
TV/ff