El sábado en cancha de Lanús se veían las caras Boca y Racing, en una semifinal que prometía mucho desde la previa. El espectáculo futbolístico que aseguraban en la previa brilló por su ausencia. La igualdad en cero dejó un duelo entrecortado por la fricción y el poco juego. Racing tuvo más posibilidades de ponerse en ventaja, mientras que Boca no remató al arco en todo el partido, dando una radiografía de lo que fue el encuentro por parte del equipo de Battaglia.
Con el pobre cero a cero en los noventa minutos, la definición fue mediante los penales. Con su especialista en la materia, Agustín Rossi atajó uno de los dos penales fallados por la Academia, para darle el triunfo y el pasaje a la final a su equipo. Como lo dijeron infinidades de veces distintos protagonistas, el fútbol no se trata de merecimientos. Esta no fue la excepción Boca ganó por penales siendo superado por su rival.
En el Estadio Tomás Adolfo Ducó hospedó la otra semifinal entre Tigre y Argentinos Juniors. El que golpeó primero fue el conjunto de Victoria mediante Alexis Castro. El primer tiempo llevó a ambos equipos al vestuario con el equipo de Diego Martínez arriba en el marcador. En el complemento luego de la expulsión de Gabriel Florentín en Argentinos indicaba que haría el encuentro cuesta arriba para el Bicho. Con un hombre menos el equipo de Milito tomó el protagonismo y llegó al empate mediante su goleador, Gabriel Ávalos para devolverle la ilusión a todos los fanáticos presentes.
Tigre clasificó y podría volver a hacer historia frente a Boca Juniors
De esta manera, la otra semi también se definía a través de los doce pasos. Tigre no falló ninguna de sus ejecuciones para contrarrestar los dos penales fallados por parte del Bicho. El primero lo contuvo Gonzalo Marinelli y el segundo penal que determinó el triunfo de Tigre fue el remate en el travesaño de Nicolás Reniero, que para su mala fortuna fallo los dos penales que pateó tanto con Estudiantes en cuartos de final como con Tigre que significó la eliminación de su equipo.
El estadio Mario Alberto Kempes será el escenario de la final de la Copa entre Boca y Tigre el próximo domingo. Una definición con olor a revancha para el Xeneize que en la edición 2019 del torneo en la misma sede y ante el mismo rival cayó en la final. Por su parte Tigre va en busca de una nueva estrella ante Boca, un rival que aún no encuentra un gran andar futbolístico.