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MODO FONTEVECCHIA
El editorial de Jorge Fontevecchia

Día 361: del pacto sindical militar al pacto Milei-Cristina 

El acuerdo tácito o explícito entre Javier Milei y Cristina Kirchner expone el status quo de la política actual: la polarización permanente entre kirchnerismo y el antikirchnerismo. ¿Hay políticos con agallas para presentar una alternativa?

Día 361: del pacto sindical militar al pacto Milei-Cristina 
Día 361: del pacto sindical militar al pacto Milei-Cristina  | CEDOC

“Si alguien nos hubiese dicho en enero, cuando había manifestaciones y represiones constantes en el Congreso, que el año político terminaría con un acuerdo entre Milei y Cristina, tácito o expreso, hubiésemos desestimado esta afirmación, como si se tratase de una teoría descabellada y sin sustento en la realidad. Sin embargo, hoy este acuerdo es analizado por editorialistas de todos las posiciones políticas”, manifestó Jorge Fontevecchia en el editorial de Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio JAI (FM 96.3).

Si la novedad política de la actual coyuntura es el pacto Milei-Cristina, probablemente la clave de la oposición sea entender cómo hacer jugar este pacto en la sociedad y exponerlo de tal manera que quienes apoyan al Gobierno y al kirchnerismo busquen una alternativa a estas fuerzas que los decepcionan.

Un ejemplo de esta formulación política es el recurso que utilizó Raúl Alfonsín al llamar pacto-militar-sindical a los que eran sus oponentes, que en ese momento era el peronismo. Alfonsín logró juntar las dos alternativas que se venían dando en los últimos 20 años entre golpes militares y distintas formas de peronismo en un solo sector. En relación a Milei, la oposición debería sustituir la palabra casta y traducirla como “defensores del status quo”.

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En 1983, la casta o el status quo era la alternancia violenta entre militares dictatoriales y un peronismo violento. El status quo actual es la polarización que desde hace más de diez años está entre kirchnerismo y antikirchnerismo. El antikirchnerismo estuvo representado por Macri en algunos momentos y ahora es representado de manera más extrema por Javier Milei. Quien quisiera cambiar el status quo en este momento debería cambiar la polarización.

Alfonsín le hizo entender a la sociedad que los defensores del status quo eran tanto los militares golpistas como el Partido Justicialista y el sindicalismo. En 2024, el status quo consiste en la polarización kirchnerismo-antikirchnerismo. Quien descubra esta piedra roseta para interpretar la política argentina actual quizás sea el nuevo presidente en 2027.

Lo mismo descubrió Javier Milei cuando planteó que el status quo, o lo que él llama la casta, era casualmente esa polarización entre Cristina Kirchner y Mauricio Macri. Lo novedoso es que él vino ahora a ser parte de esa polarización y convertirse él mismo en lo que venía a criticar.

En ese sentido, la inteligencia política estará en encontrar la formulación y narrativa que englobe a los sostenedores de esta polarización del status quo en un solo campo. Es decir, quien denuncie el equivalente del pacto sindical militar que denunció Alfonsín, pero en el presente.

Milei y Cristina

Para el derecho, el término “colusión” es “convenio o contrato hecho entre dos o más personas en forma clandestina, con el objeto de defraudar o perjudicar a alguien”.

En economía se denomina “colusión” al acuerdo de dos o más empresas de un mercado determinado para pactar precios y condiciones de comercialización con el objetivo de perjudicar a otras compañías que queden por fuera de este entendimiento.

Si tuviésemos que ampliar este término a la política, implicaría un pacto entre dos espacios para tener un conjunto de acuerdos que los beneficien a ambos y que excluyan a otras fuerzas menores o que puedan ser mayores en el futuro. Si en esta ampliación semántica tuviésemos que buscar un ejemplo, el más claro y vigente es el actual pacto que tiene Javier Milei con Cristina Kirchner sobre una serie de temas, y no importa si es tácito o explícito. El solo hecho de que coincidan los intereses genera un pacto.

En Ficha Limpia, la designación de Ariel Lijo a la Corte Suprema, la eliminación de las PASO, la pacificación de la protesta social y otros temas la Libertad Avanza y el kirchnerismo encontraron un acuerdo.

Algunos fragmentos dan indicios de la existencia de este pacto. En agosto, el senador Mariano Recalde declaró: "Podemos negociar un juez de la Corte y leyes para la gente. Hay muchas cosas que se pueden hablar y la puerta está abierta". Sería interesante preguntarle a Recalde cuál fue la “ley para la gente” que están negociando.

Si bien la pobreza ha aumentado y se habla de más de 5 millones de nuevos pobres, la protesta social ha desaparecido casi por completo. ¿Esto tiene que ver sólo con la represión coordinada por la ministra de Seguridad Patricia Bullrich o puede tener algún punto en cierta disposición a “desensillar hasta que aclare”, como decía Perón?

Por su parte, el dirigente Máximo Kirchner defendió el veto. "El veto es una facultad constitucional, hay que dejar de patalear y ponerse a construir. El Presidente actual fue elegido por el 56% de los votos", sostuvo en un acto de La Cámpora.

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Es cierto que el veto es una facultad constitucional, pero también es cierto que el hecho de que Javier Milei lo use de manera sistemática no es el objetivo ni el espíritu de la Constitución, al mismo tiempo que avance con reformas profundas del país a fuerza de vetos y DNUs, solo amparado en un tercio de una de las dos cámaras, se podría considerar antidemocrático.

En el sector sindical sucede algo que se puede analizar en conjunto con esto que dijo Máximo Kirchner. El diputado de UxP Mario Manrique se refirió a Guillermo Francos y afirmó: “Caminamos juntos hasta que la CGT encontró un amigo, Francos

Uno de los elementos que vuelven plausible una conjetura de un acuerdo es la caída de la sesión especial en Diputados para tratar la Ley de Ficha Limpia el pasado 28 de noviembre.

Independientemente de lo que se opine sobre esta ley, que en mi caso creo que es una ley beneficiosa. Es claro que Milei dijo que estaba en contra de lo que denomina como “casta política”, haciendo referencia a aquellos que se benefician personalmente del ejercicio de la política, donde podría entrar la corrupción. Parte del electorado que lo votó piensa que la expresidente entra dentro de esta categoría, que es corrupta, que debe ir presa y que no tiene que presentarse. Por otro lado, la militancia kirchnerista, por un lado, debe estar aliviada de que Cristina pueda ser candidata, independientemente de las discusiones sobre si la ley era posterior a la condena, pero lo que está claro es que parece ser algo que beneficia a la expresidente. Aunque el acuerdo sea tácito, genera suspicacias y hace plausible este tipo de conjeturas.

El colega Ernesto Tenembaun dio su opinión sobre el tema y dijo: “Por la firma de Corpacci para el pliego de Lijo tiene que haber algo a cambio. Hay una señal clara de un acuerdo. Unos días después se trató Ficha Limpia y el Gobierno lo boicoteó dos veces”.

Este tipo de pactos políticos entre dos, generalmente tiene el objetivo de perjudicar a un tercero o a otros. El general prusiano Carl von Clausewitz dijo que la política es la continuación de la guerra por otros métodos no violentos. Podemos encontrar en la guerra lecciones que se pueden aplicar a la política y viceversa.

Un ejemplo histórico es un pacto entre dos gobiernos de ideologías completamente antagónicas, más antagónicas inclusive que las diferencias entre Cristina Kirchner y Javier Milei. Estamos hablando del pacto entre el Gobierno de Stalin y el de Hitler en 1939, antes de que Rusia le declarara la guerra a Alemania.

En 1938, Reino Unido, Francia, Italia y Alemania firmaron los Acuerdos de Munich, que dejaron diplomáticamente aislada a la Unión Soviética. Ante esto, Stalin intentó forjar un acuerdo con Francia y el Reino Unido, pero fracasó. Así, Stalin trató de llevarse bien con la Alemania nazi y sustituyó a su ministro de Exteriores por Molotov, que no era judío. Molotov no tardó en entenderse con el ministro nazi y lograron el acuedo Molotov-Von Ribbentrop. Esto mismo se repitió al final de la guerra, luego de que Rusia se alió con los aliados. Una vez vencido el régimen nazista, nuevamente comenzó la tensión entre Rusia y los aliados.

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Los enemigos pueden ser aliados en determinado momento con el objetivo de beneficiarse y perjudicar a un tercero. Sin embargo, a veces eso no sucede ni en la guerra, ni en la política y es tarea de los excluidos del acuerdo, el poder crear una alternativa creativamente para construir algo.

Raúl Alfonsín es uno de los grandes cerebros de la historia política reciente. En la campaña que logró derrotar al peronismo, fue la primera vez que se le ganaba una elección, hubo un elemento completamente novedoso: la denuncia del pacto sindical-militar.

En aquel momento, Alfonsín encontró la llave para que el peronismo perdiera una elección libre y universal por primera vez. Mediante este concepto, Alfonsín juntó a la dictadura y al peronismo en un mismo campo conceptual y él se posicionó en frente a este.

Milei en algún punto también logró esto con el término “casta”. Para el discurso del Presidente es tan casta Lilita Carrió como Horacio Rodríguez Larreta como Cristina Kirchner. Todos son socialistas, colectivistas, comunistas y de izquierda.

El término casta engloba a toda la política profesional, al periodismo, al empresariado y sindicalistas. Pero el éxito electoral surgió de lograr juntar en un solo campo político a dos opuestos: Juntos por el Cambio y Unión por la Patria.

Sin embargo, este eventual acuerdo con Cristina Kirchner puede incluirse en la misma categoría, es decir, podemos encontrar que a Milei algo lo atravesó por primera vez. En el momento en que Milei se coloque en el mismo campo político que él denuncia, se crearía una categoría que lo incluiría junto con Cristina Kirchner.

Duran Barba explicó el impacto negativo que puede tener el acuerdo Milei-Cristina para la imagen del presidente.La negociación del Congreso le puede colgar el San Benito de político. Eso es inevitable porque un gobierno tiene que negociar con los bloques grandes del Congreso. No negociar sería suicida, pero sí afecta su imagen”.

Quién puede ser el opositor que englobe a Cristina Kirchner y a Milei en un mismo campo conceptual que explique las frustraciones de los argentinos puede ser el próximo presidente. En este caso, lo que queda preguntarnos es qué espacio le queda en esta polarización a personas como Axel Kicillof, los radicales, los peronistas de Córdoba o a todos aquellos que no están de acuerdo ni con Cristina ni con Milei. Evidentemente, este acuerdo tácito o expreso entre Cristina Kirchner y Javier Milei busca centrifugar al centro.

Por lo tanto, aquel que tenga el coraje que tuvo Alfonsín primero cuando se opuso a la Guerra de Malvinas y luego cuando habló del pacto sindical-militar y logró englobar al status quo de aquel momento y ganar las elecciones. El status quo de hoy es la polarización entre kirchnerismo y antikirchnerismo.

Alfonsín tuvo agallas, valor, tuvo una idea y se jugó hasta el final para probarla, hacerla realidad. ¿Hay políticos con estas agallas qué vean en este pacto un status quo permanente que lleva la Argentina de un extremo a otro y pueda ser la alternativa que le gane tanto a Milei como a Cristina? Difícil saberlo, aunque podríamos asegurar que son alternativas necesarias.

Producción de texto e imágenes: Daniel Capalbo, Pablo Helman y Matías Rodríguez Ghrimoldi.