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MODO FONTEVECCHIA
La apertura de Modo Fontevecchia

El periodismo post Cabezas

A 26 años del asesinato del fotógrafo de Editorial Perfil, Jorge Fontevecchia reflexionó acerca de su legado, la ética periodística y la necesidad de una libertad de expresión plena.

José Luis Cabezas
José Luis Cabezas | EFE

“Hoy se cumple un nuevo y triste aniversario del asesinato del fotógrafo de Editorial Perfil, José Luis Cabezas, que fue hace 26 años, un 25 de enero de 1997”, introdujo Jorge Fontevecchia en la apertura de Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (FM 101.9), de este miércoles 25 de enero.

“Abrimos este programa con la canción de Guillermo Cantón, Una Bala de Luz, que también era fotógrafo de Perfil y compañero de Cabezas. Estamos transmitiendo desde el barrio de Barracas, en nuestro estudio sobre la calle California, que la legislatura ya aprobó su cambio de nombre por el de ‘José Luis Cabezas”, destacó el periodista.

“Argentina estuvo marcada por dictaduras desde 1930 hasta 1983. Hubo, a lo largo de esos años, momentos de democracia, pero podríamos decir que esos momentos fueron pequeños. Quienes hacían periodismo, estaban a la espera de un nuevo golpe militar, a sabiendas que lo que escribieran podía serles cobrado muy caro cuando hubiera una próxima dictadura. Podemos decir que desde 1930 a 1983 no hubo periodismo de investigación, al menos de manera permanente en los medios tradicionales”, analizó el conductor.

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“Llegó la democracia, y durante cierto tiempo, incluso, los medios tradicionales tardaron un tiempo en acomodarse a hacer periodismo de investigación. Venían con la inercia de años anteriores. Continuaron las prácticas de querer acallar a los periodistas con la muerte, lo que era habitual en las dictaduras”, enfatizó Fontevecchia.

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“Lo que sucedió con Cabezas fue un hito, a partir del cual, quedó evidenciado indiscutiblemente que aquel que quisiera acallar al periodismo con la muerte, lograba exactamente lo contrario a lo que buscaba. Visibilizaba aún más lo que quería acallar”, manifestó el periodista.

“Gracias a eso, no hubo más asesinatos de periodistas en Argentina, cuando sigue habiendo asesinatos de periodistas en todo América Latina, todo el tiempo. En México, son decenas de periodistas los que se asesinan por año. En el norte de Brasil, todos los años hay casos de asesinatos de periodistas”, destacó.

“Sin embargo, aquellos que pretenden acallar a los periodistas, siguieron con otros métodos. La tensión entre los sujetos noticiosos y los medios y el periodismo, nunca cesó, pero se canaliza a través de otras formas”, enfatizó el conductor.

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El periodismo como ética

“Hay una frase cínica que se le atribuye al fundador de la red Globo de Brasil, dice que ese medio se volvió grande, logrando ser, al día de hoy, la mayor empresa de medios de Brasil, no por lo que publicó, sino ‘por lo que no publicó’”, prosiguió el análisis de Fontevecchia.

“La información de un hecho que afecta a un sujeto noticioso va a ser siempre mucho mejor paga por ese sujeto para que no se difunda que los beneficios que puede producir la audiencia”, sentenció.

“Pero desde una perspectiva ética, la información no es del medio de comunicación. Si el periodismo es una actividad pública, la información es de la audiencia. No importa que se pueda sacar más provecho no publicándola que haciéndolo, por eso, en el código de ética de los medios de Perfil, está que cualquier delito de acción pública puede ser publicado por cualquier cronista, y si su jefe de redacción se niega, está el ómbudsman, para que se dirija a él, y se obligue a que sea publicado”, aseguró el periodista.

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“El asesinato de Cabezas sucedió durante la presidencia de Menem. La puerta de calle de este edificio, en el que alojamos nuestros estudios y desde el que hoy estamos transmitiendo, fue volada con bombas dos veces antes del asesinato de Cabezas”, continuó el comentario.

“La presión hacia los periodistas siguió mediante juicios y penas de prisión, con la excusa de ‘calumnias e injurias’. A través del tribunal de Derechos Humanos de los Estados Americanos, en Costa Rica, se logró que dejasen de ser penados con prisión los juicios a periodistas”, destacó Fontevecchia.

“La segunda etapa, sobre el final del gobierno de Menem, los juicios eran civiles, por enormes cantidades de dinero, millones de dólares. Carlos Menem y sus ministros nos hicieron 30 juicios durante los años ‘90, uno de ellos era por más de un millón de dólares. Fue el que se llevó al tribunal de Costa Rica, y finalmente, 25 años después, lo ganamos en el tribunal de la OEA, y obligando a que la Argentina modifique, y que las noticias sobre funcionarios públicos tampoco sean una espada de Damocles que pende sobre las cabezas de los periodistas”, resaltó el conductor.

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“Entramos al siglo XXI. Ya no se podía censurar, no se podía cerrar el medio, asesinar, meter preso a los periodistas, llevar a la ruina por medios económicos. Directamente, aquellos sujetos noticiosos que no querían que los medios hablaran mal de ellos, directamente compraron los medios”, agregó.

“Eso es lo que sucede en muchos medios de la Argentina y en muchas partes del mundo. El caso más significativo, la compra del Washington Post por parte de Jeff Bezos, dueño de Amazon”, ejemplificó el conductor.

Un crimen que conmocionó a la Argentina

En definitiva, los medios son comprados por aquellos sujetos noticiosos que quieren evitar que se hable de ellos. Y esta historia comenzó justamente con un sujeto noticioso, en aquel momento una de las personas más ricas de la Argentina, Alfredo Yabrán, que, curiosamente, tenía comprado periodistas y medios para que nunca saliera nada publicado sobre él.

Nunca había salido una nota, ni una foto, de uno de los hombres más ricos de la Argentina, porque ponía dinero para que eso no sucediera. Fue la revista Noticias la que colocó su primera fotografía. Esa tapa desató la ira de Yabrán, y terminó con el asesinato del fotógrafo José Luis Cabezas.

En 1991, la revista Noticias publicó la primera nota sobre Yabrán. 

Tapa de la revista Noticias con la primer foto de Yabrán publicada hasta el momento.
Tapa de la revista Noticias con la primer foto de Yabrán publicada hasta el momento.

Cuatro años después, en 1995, había notas pero nunca se había publicado una foto. Domingo Cavallo, en ese entonces, lo denunciaba por mafioso de esta manera: “Estos señores que consiguen contratos directos y consiguen contratos onerosísimos, que evaden alevosamente impuestos, no aparecen en los diarios, se dan el lujo de no dar la cara, no se conoce qué cara tienen, la gente no sabe qué cara tiene el señor Yabrán”, manifestó Fontevecchia.

El 25 de enero de 1997 se encuentra el Ford Fiesta, incinerado y arrojado a una zanja, en el que fue asesinado el fotógrafo de la revista Noticias, José Luis Cabezas.

El mismo año, Eduardo Duhalde ponía una recompensa de 300 mil dólares para quienes aportaran datos sobre el asesinato, y denunciaba que “este hecho, de características mafiosas, tiene que ver con la profesión de Cabezas”, enfatizó el periodista.

Alfredo Yabrán, ya convertido en una persona absolutamente pública, el 20 de marzo de 1997, a dos meses del asesinado de Cabezas, confronta con Cavallo públicamente en los canales de televisión. El abogado que defendía a “Los Horneros”, los asesinos de Cabeza, era Fernando Burlando. Alejandro Becchi, por su parte, era el abogado querellante.

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En 1998, al año siguiente de su asesinato, se realizaba un multitudinario acto en homenaje y exigiendo justicia en la localidad de Pinamar, donde ocurrieron los hechos. La hermana de José Luis afirmaba, al cierre, “esto se va a aclarar tarde o temprano, y cuando se haga justicia vamos a poder vivir en paz”.

El 20 de mayo de 1998, un año y meses después del asesinato de José Luis Cabezas, se informaba el suicidio de Yabrán. Finalmente, en el año 2000, los asesinos materiales fueron condenados y el juicio confirmó la responsabilidad intelectual de Alfredo Yabrán en el asesinato del fotógrafo.

“El crimen de José Luis Cabezas fue, quizás, el crimen con mayor visibilidad de la historia argentina, el que más conmocionó y a más gente movilizó. Veintiseis años después, decimos ¡Cabezas, presente!”, finalizó Fontevecchia.

FM JL