MODO FONTEVECCHIA
VIOLENCIA DE GÉNERO

Jimena Aduriz, mamá de Ángeles Rawson: "Estoy enojada con la Justicia y los medios que dijeron barbaridades"

La madre de Ángeles habló desde el móvil de Modo Fontevecchia para recordar a su hija, nueve años después del femicidio que cometió Jorge Mangeri. Su molestia por el periodismo amarillista, lo que dijeron contra su familia y la ayuda que brinda desde el Observatorio de Víctimas de Delitos. Mirá la entrevista completa.

Jimena Aduriz recordó a su hija, Ángeles Rawson, a siete años del crimen
Jimena Aduriz recordó a su hija, Ángeles Rawson, a siete años del crimen | Facebook

La mamá de Ángeles RawsonJimena Aduriz, habló en el móvil de Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (FM 101.9), y recordó el femicidio cometido por Jorge Mangeri al cumplirse nueve años. Además se mostró crítica de la actuación de los medios y la Justicia por cómo se vio afectada su familia. También explicó su nuevo rol en el Observatorio de Víctimas de Delitos.

Marisol Juárez (MJ): ¿Cómo se sobrelleva el dolor con el paso del tiempo?

El dolor de la muerte de un hijo no tiene vigencia, a diferencia de otros duelos. Cuando vienen los sentimientos, la intensidad es la misma que la que tenía hasta el día en que se murió. El gran temor que tenemos las madres es que tu hijo se transforme en una foto vieja o en un fantasma para otras personas. La tengo tan presente que no puedo creer que hayan pasado nueve años.

Me produce mucho horror y me replantea cosas también. Veo como sus pares de ese momento ahora son chicas que ya están recibidas o tienen hijos y ella se quedó en su cuarto año. No es solo la muerte física sino el proyecto de vida. Ella quería ser psiquiatra e iba a trabajar conmigo en un emprendimiento de organización de eventos que tenía con la familia. La extraño mucho.

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MJ: ¿Estás enojada por cómo se trató el tema en los medios? ¿Tenés algún reclamo para hacer al respecto?

No voy a negar que me molesta el tema. Estoy enojada con la Justicia y los medios que dijeron barbaridades. Hay que hacer un uso muy delicado y ético de la comunicación. Estudié Comunicación Social y no se puede poner en el escarnio público a una familia.

Todavía hay gente que me pregunta si Jorge Mangeri está preso y también tengo que aclarar que no me separé de mi marido y estamos mejor que nunca. Él no vino al juicio por el tema mediático y nos privamos de estar juntos por eso. Mi suegra se murió de tristeza por las cosas que escuchaba de su hijo. No lo digo con enojo, sino para llamar a la reflexión y que se entienda la importancia de los comunicadores sociales. Así como pueden hacer algo bueno para que la Justicia aparezca, también pueden hacer un mal que es difícil de revertir.

Ángeles Rawson

Después de la experiencia que tuvo, cuando ve temas controversiales, ¿le genera recuerdos de lo que pasó?

Sí, con la liviandad con la que se habla, las opiniones y los que juzgan. Nos están en nuestros zapatos y no saben lo que significa. Que te desaparezca un hijo es terrible. En el afán de informar, a veces se pierde el sentido de la ética y la gente lo consume. Esto es a nivel mundial, no solo pasa acá. Se da mucho con el morbo y el amarillismo y eso me enoja porque hablan sin saber.

MJ: ¿Cómo llevás adelante tu tarea en el Observatorio de Víctimas de Delitos?

El Observatorio nace con la ley de víctimas que se sancionó hace cinco años. Se está aplicando cada vez más. Cuando pasamos a Diputados se generó un equipo de trabajo con letrados, una psicóloga y gente que hace la parte técnica y está funcionado muy bien. También se puede llamar por asesoramiento legal y contención psicológica. Hacemos muchos trabajos de difusión para ayudar y acompañar a la gente. Me gusta hacerlo en juicios porque es una instancia tremenda.

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¿Se fue del edificio donde vivía? ¿Quedó en contacto con sus vecinos?

Sí, no vivo más en el mismo lugar desde que pasó todo. Me había mudado un año antes de que entrara Mangeri como encargado. Él había estado 11 años cumpliendo esa tarea y el edificio donde estábamos era chico, sólo con 14 departamentos. Éramos muy unidos con los vecinos, era un ambiente familiar y él no había mostrado signos de nada. Fue tremendo porque se dieron cuenta que le podría haber pasado a cualquiera y nadie lo podía creer. Siempre se había mostrado respetuoso y haciendo bien su trabajo, aún siendo el asesino de mi hija.

JL PAR