El secretario general de Dragado y Balizamiento, Juan Carlos Schmid, consideró que es necesaria una renovación en los liderazgos de la CGT y afirmó que la central no puede tener más un triunvirato. “Un barco no puede haber dos tipos al frente del timón”, dijo en Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio JAI (FM 96.3).
Juan Carlos Smith es secretario general del Sindicato de Personal Embarcado de Dragado y Balizamiento, secretario general de la Confederación General de Trabajadores del Transporte y secretario general de la Federación Marítima, Portuaria y de la Industria Naval de la República Argentina. También exsecretario general de la CGT, la Confederación General del Trabajo.
Me quedo con esta niebla en el Riachuelo... ¿hay niebla en el peronismo? No sabemos hacia dónde va, cuál es el futuro, qué significó lo que pasó ayer... Estoy muy interesado en conocer su propia interpretación de lo que está pasando.
Yo, más bien que una niebla, veo una sudestada. Una fuerte sudestada de un fenómeno político que ocupa hace ya más de 70 años, las noticias y el análisis político en la Argentina. Pensemos que De Gaulle, Stalin, Churchill, son hombres de la posguerra que ocuparon un determinado período en la historia. Y sin embargo, en la Argentina, el peronismo, como movimiento político y social, sigue teniendo su vigencia. Y ayer lo demostró. Porque yo creo que esto está hundido en el ADN del peronismo. No en las últimas etapas.
Es cierto que una figura como la de Cristina es una figura que ya está en la historia, con sus luces y con sus sombras, está en la historia. Pero me da la impresión de que lo que vimos ayer es un movimiento que está identificado. Yo, por ejemplo, soy alguien que está más cercano a lo que vimos en los 50, en los 60, que lo que ha estado en la última etapa. Lo cual quiere decir que este fenómeno atraviesa generacionalmente varios momentos de la historia argentina.
La CGT ayer no marchó de manera orgánica. Incluso hubo críticas por parte de La Cámpora a la falta de presencia orgánica de muchos sindicatos. ¿Cuál es su propia visión respecto de cuál debería haber sido el rol de los movimientos sindicales, de manera orgánica, en la marcha de ayer?
Bueno, algunos sindicatos marcharon. Por ejemplo, nuestra organización sí marchó. Usted sabe que yo he sido una voz crítica de la gestión de Cristina. Sin embargo, yo advierto en esto una amenaza, un creciente autoritarismo que, indudablemente, no solamente abarca al campo sindical. Lo ha sufrido en carne propia la oposición, y también el periodismo. Usted da cuenta permanentemente en las columnas editoriales de Perfil de esta situación.
Pero volviendo a la CGT: la CGT está en un período muy particular, porque dos de sus integrantes, Héctor Daer y Carlos Acuña, han manifestado su deseo de no renovar su mandato. Y cuando eso ocurre, hay esta falta de definición. Ahora, entiendo que la Confederación General del Trabajo efectivamente tiene que llamar a su Consejo Directivo a un debate interno para dar cuenta de esta nueva situación.
Y lo tiene que hacer en forma breve, más o menos, porque indudablemente hay una cuestión que se tiene que debatir.
¿Qué quiere decir que dos de los principales conductores de la CGT consideren que tienen que jubilarse, para ponerlo en términos concretos?
Sí, sí, han manifestado su postura de no permanecer de nuevo al frente, lo cual es un hecho que muchas veces despierta curiosidad, pero que no debería ser algo tan traumático. Lo que ocurre es que, bueno, hay toda una costumbre y una tradición en el movimiento sindical donde eso no es tan habitual, digamos.
¿Pero qué significa a su juicio, Juan Carlos? ¿Significa una especie de confesión de impotencia, de la necesidad de una actitud distinta que ellos no pueden representar? ¿Cómo lo interpreta usted?
No, yo creo que... por lo menos yo con Héctor he hablado. Él me ha transmitido que ya ha cumplido un ciclo, que hace ya dos períodos largos que está ahí al frente, y que él ya no quiere seguir manteniendo esa responsabilidad. Bueno, usted sabe que en el sindicalismo siempre se han necesitado liderazgos, y por lo tanto esa situación, hasta la renovación, hasta que aparezca alguien que quiera encarnar la conducción de la CGT, provoca todo este tipo de situaciones.
Esa es mi interpretación. Pero, además, a renglón seguido le digo, Jorge, eso no inhabilita a que el secretariado convoque una reunión de urgencia para analizar esta nueva cuestión.
La condena a Cristina Kirchner y el estallido de la interna de la CGT
O sea, con el nombramiento de nuevos conductores. Pero mi pregunta es, más allá de los nombres, ¿es necesaria una conducción más combativa, por decirlo de alguna manera? ¿O con nuevas formas de poder expresar el combate al gobierno? ¿O lo estoy interpretando mal?
No, no, no. Yo creo que hay una parte de los sindicatos confederados que están pidiendo que haya otro tipo de actitud. Y obviamente, por eso digo que hay que debatirlo, más allá de que si hay recambio o no hay recambio. Daer va a tener mandato hasta la finalización del mandato, que creo que es ahora en octubre o noviembre, y por lo tanto ahí todavía hay una responsabilidad.
Y creo que sí, que efectivamente hay otro clima social, y hay una ofensiva que no se detiene únicamente en la agresión a los derechos y a las conquistas, sino que ya empieza a tener un nivel de autoritarismo y de represión sistemático. Digo, estas últimas novedades, donde se habilita a la ministra de Seguridad a ir más allá de las facultades que tiene, que en muchos casos son violatorias del propio derecho constitucional, es una alarma preocupante.
Y Juan Carlos, ¿interpreto bien cuando usted dice que Cristina ya está en los libros de historia, lo que usted dice es: “Hace falta, lo mismo que pasa en la CGT”, no quiero usar la frase de Kicillof de ‘nuevas canciones’, pero sí nuevas personas que encarnen las nuevas o las viejas canciones.
Bueno, yo creo que la situación amerita eso. Amerita que el peronismo —que se ha demostrado que ha, como le dije con anterioridad, sido un movimiento y un fenómeno que atraviesa generaciones— está pidiendo no solamente la libertad. Yo, en mi interpretación, está plantándose de frente a un trazado económico y un programa que, indudablemente nos lleva a un fracaso más. Porque usted sabe que Milei es la consecuencia de los fracasos colectivos que hemos tenido hasta el momento.
Alguna vez usted me hizo un reportaje y yo le dije: “Nosotros hemos tenido períodos de bonanza, pero han sido como el fósforo o como la luciérnaga: brillan, pero no iluminan”. Y entonces, yo creo que la sociedad argentina está en la búsqueda de todo eso. Y lo de ayer es un fenómeno que es importante desde el punto de vista de lo protagónico, de ponerle el cuerpo a la idea.
Porque una cosa, Fontevecchia, es estar detrás de la pantalla, con las patrullas digitales levantando opiniones y ejerciendo un nuevo tipo de política a través de los medios que hoy nos da la tecnología. Pero otra cosa muy distinta es poner el cuerpo atrás de la idea. Yo, que soy un hombre de su misma generación y todo, creo en esto último.
Claudio Mardones (CM): Quería hacer una perspectiva más amplia, especialmente porque algunos creen que el hecho de que algunos integrantes del triunvirato ya digan que no van buscar otro mandato, puede abrir otro proceso. Especialmente quienes escuchan las críticas de sindicatos como la UOM o de sectores de trabajadores que están afrontando las consecuencias más duras de la crisis, en términos de desempleo y caída del salario.
Ahora, este escenario y estas demostraciones, especialmente después de lo que pasó ayer y a partir de lo que se está discutiendo dentro del peronismo... ¿Cree que hay chances de que no todas las fuerzas y todos los sindicatos puedan convivir dentro de esta conducción de la CGT, que, como usted dice, en este momento hay algunos integrantes que dicen: "Yo ya no juego más"?
Mire, yo honestamente creo que hay que, por todos los medios, tratar de preservar la unidad. Es decir, mejor dicho, la unión. La unión es una cosa, la unidad es otra. Me parece que la unión de todos los sindicatos hay que preservarla como un valor fundamental de la acción sindical. Ahora, eso no inhabilita que empiece a haber tendencias, líneas y contradicciones que siempre estuvieron dentro del movimiento sindical, a lo largo de toda su historia.
Nosotros el día 25 sí vamos a llevar adelante una marcha contra el Ministerio de Desregulación de Sturzenegger. Porque creemos que Sturzenegger es el cerebro, así como Patricia Bullrich es el brazo armado de este proyecto, Sturzenegger es el cerebro, junto con Caputo, de toda esta alquimia que en realidad es solamente un biombo, un enorme biombo, para ocultar que no está funcionando la cosa.
Esto por un lado. Entonces, nosotros —muchos sindicatos, alrededor de 50— vamos a hacer una movilización desde la avenida 9 de Julio, desde ahí, desde el Obelisco, hasta la sede del Ministerio de Desregulación.
¿Qué le quiero explicar con esto? Esto no va a poder ser evitado por la inacción o mirado desde afuera. Esto requiere que el movimiento sindical se reúna y que discuta esto, por lo menos que lo discutamos, porque si no lo discutimos, cada uno tiene su propia interpretación. Y yo mal podría darle a usted una precisión cuando esto no lo he podido evaluar o criticar o discutir con los pares en el Consejo Directivo.
Cristina Kirchner, del "luche y vuelve" al "luche y se van"
Alejandro Gomel (AG): Con su experiencia, con la trayectoria que tiene, ¿a quién ve para que pueda aglutinar todo esto, no dentro del sindicalismo sino más bien del peronismo? ¿Algún gobernador, Kicillof, como muchos hablan? ¿Por dónde puede venir una nueva conducción, un nuevo dirigente que aglutine todo esto?
Y mire, es una pregunta muy compleja. Yo todavía hoy no lo veo totalmente con firmeza. Si vamos a hablar desde el punto de vista del despliegue territorial y todo eso, creo que Kicillof tendría hoy alguna ventaja. Pero estamos recién frente a una etapa, justamente después de la movilización, que pone todo en discusión.Y la misma Cristina ha dicho que hay que entrar a discutir todo.
Y me parece que eso es lo que hay que hacer. Inclusive, recordemos que ella dijo: “Bueno, acá está el bastón de mando, a ver quién encarna el bastón de mando”. Y no hubo quien tomara el bastón de mando durante tanto tiempo. Porque la política —y en esto abarco a todo el mundo, a todos y a todas— se ha convertido en algo casi unipersonal, en muchos casos. Y hay que abandonar esa situación.
Me parece que todos necesitamos escuchar lo que decía el General. Dice: “La política está para servir, no para brillar”. Eso lo decía el General.
AG: ¿El dedo no va más, entonces?
Y a mí me parece que no, inclusive dentro de la CGT tampoco puede haber más un triunvirato. Ya le anticipo mi postura —que no la he discutido— y le doy una primicia: en la CGT hay que volver a un solo secretario general.
Porque ya se demostró —y lo digo yo, que estuve ahí en el triunvirato—, no se puede. Conozco, de alguna manera, un vicio de la profesión, pero en un barco no puede haber dos tipos al frente del timón.
¿Quién es? ¿Quién tiene que ser? ¿Quién tiene que agarrar ahí? ¿Usted?
No, no. Yo ya hice mi contribución. Mire, yo estuve —para los que no conocen mucho, periodismo que no investiga, y que muy suelto de boca dice cualquier cosa sobre los personajes o los actores que han estado en el escenario en los últimos años—, yo estuve 12 años en la CGT. De esos, dos al frente de la CGT.
Estuve a lo largo de todo el período de confrontación, adentro, con una línea interna al interior de la CGT, y después con Moyano. Y yo no estaba como una maceta de adorno. A mí me conocieron durante todo ese período, en infinidad de reportajes, listas, notas, columnas de opinión que he publicado.
Es decir, uno ha tenido todo un trabajo allí, obviamente con los errores que puede tener cualquier personaje político o sindical en este país. Pero digo, volviendo al punto, yo ya he hecho mi contribución allí dentro. Y de todas maneras no le voy a escapar al desafío de integrar una conducción, porque —de acuerdo a lo que ya le he manifestado— yo estoy en contra de lo que está sucediendo.
Me parece que esta travesía que nos proponen Caputo y Milei, donde para llegar a puerto hay que ir tirando en la navegación a los jubilados por la borda, a los discapacitados, a los periodistas, a la oposición... es un destino que, cuando lleguemos allí, no vamos a tener pasaje.
AG: Debe tener, seguramente, en la cabeza un nombre. ¿Quién lo ve usted en la conducción, ayudando? ¿Quién ve ahí como que puede ser la cabeza de la CGT y poder reestructurar la central?
La verdad que no lo tengo claro. Honestamente, no lo tengo claro. Siempre se ha dicho que en esos lugares tiene que haber alguien del sector industrial. Usted, cuando mire, va a ver que durante mucho tiempo ha estado el sector industrial. Otras veces ha estado el sector del transporte.
Hay que ver. Hay que ver cuáles son los y cuál es la disposición para enfrentar esta etapa. Porque no es sencillo ponerse ahí, al frente, abajo de la luz del reflector, para que ese famoso ejército digital empiece a uno a desguazarlo todos los días con cosas que muchas veces son dudosas.
MC