En diálogo con Modo Fontevecchia (Radio Perfil FM 101.9 o Net TV), el filósofo y asesor presidencial Ricardo Forster habló sobre la visita de Alberto Fernández a Milagro Sala que se encuentra internada tras haber sufrido una trombosis venosa profunda. Expresó que la Milagro que conocía “hoy está muy disminuida” como consecuencia de “siete años de injusta prisión y acoso judicial”.
¿Cómo viste a Milagro Sala ayer?
Vi frágil a Milagro. Un poco más recuperada respecto a su internación y con un pronóstico que tiene para varios días de internación. Pero la vi con el ánimo recuperado. La conozco de hace muchos años y esa Milagro enérgica qué conocía hoy está muy disminuida a partir de una combinación de cuestiones.
La salud de Milagro está ligada a siete años de injusta prisión y acoso judicial. Milagro ha sido una dirigente social única. Quien conoce la historia de Jujuy y la postergación y la concentración absoluta de la riqueza en pocas manos, de una política hecha entre cuatro familias que incluyen no solo a los radicales, sino también a los peronistas, saben que lo de Milagro fue algo imperdonable.
Su obra ha sido muy potente y compleja, hecha en condiciones difíciles como las de Jujuy. De todas formas, Milagro estaba muy emocionada por el gesto del Presidente y por el acompañamiento de su marido quien también está atravesando una enfermedad difícil. Hay un disciplinamiento social que ha hecho de la vida de Milagro su objetivo central. Se disciplina una experiencia social y política que puede ser de la Tupac o de cualquier otro movimiento social.
El Presidente tiene una visión respetuosa de lo institucional y constitucional, se le ha pedido muchas veces el indulto y él ha explicado porqué no lo puede hacer porque Milagro ha sido procesada por la justicia provincial, no federal. Mientras la Corte Suprema de Justicia de la Nación no intervenga en el caso, la facultad de indultar del presidente está limitada. Pero lo importante fue el gesto y la actitud. Alberto decidió ponerse a disposición y llamarla.
Canceló su agenda para poder viajar a primera hora a Jujuy y estar con Milagro. Tuvieron una conversación larga e intensa. Estuvieron de la mano, se dieron abrazos muy conmovidos. Fue un acto simbólicamente importante y reivindicativo de la justicia y el funcionamiento terriblemente perverso de la justicia clasista y racista.
Tuve la posibilidad de, una semana antes de su internación, entrevistar a Milagro y la ví muy disminuida emocional y físicamente, se le quitaron hasta las ganas de vivir...
La visita de Alberto fue una fuente de energía importante. Pero en más de una ocasión ella manifestó un gran cansancio muy al límite del deseo de vivir. Por eso es importante el gesto de Alberto. Además de la dimensión política, hay una dimensión humana y que tiene que ver con las dimensiones elementales de la vida y el derecho que se pusieron de manifiesto con esa visita. No es un gesto común, hay que valorarlo.
Para Sócrates la virtud política se realiza exclusivamente en la esfera del lenguaje y el gesto. Hablános de los gestos y la política y cómo en el imaginario social quienes conducen, construyen a través de gestos y lenguajes.
La política no es solo la resolución de condiciones materiales y económicas, la política también es la gestualidad. Es algo simbólico, con modos de expresar lo que solo se ve con el gesto. Tiene que ver con una reflexión compleja entre lo racional y el mito. Sin entusiasmo y apasionamiento, un acto político carece de encarnadura.
A su vez, sin esa dimensión racional, la política estaría saturada de una gran peligrosidad. Lo simbólico tiene que ver con la encarnadura política y la relación entre política y entusiasmo. El entusiasmo supone que la acción está atravesada por una pasión, de la búsqueda de la realización. Tiene que ver con descubrir que la acción política necesita como encarnadura la presencia de lo compartido y lo que une a las personas. Hoy, frente al peligro del avance de la antipolítica, es importante lo gestual. El gesto de Alberto está ligado a la idea de que hay que hacer política basada en convicciones, sino se convierte en algo pragmático y oportunista.
CB PAR