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MODO FONTEVECCHIA
GUERRA EN MEDIO ORIENTE

“Se triplicaron las agresiones físicas hacia la comunidad judía”, sostuvo el presidente de la DAIA

El presidente de la DAIA consideró que la guerra desatada entre Irán e Israel aumentará los discursos antisemitas en todo el mundo. 

 Mauro Berenstein presidente de la DAIA 20250623
Mauro Berenstein (presidente de la DAIA). | Instagram berensteinmauro

El presidente de la DAIA, Mauro Berenstein, advirtió sobre el crecimiento de expresiones antisemitas tras el ataque del 7 de octubre en Israel y aseguró que la gran mayoría de ellos tienen lugar en las redes sociales. “Al ser espacios donde no hay identificación ni comprobación de información, se desinforma mucho a la gente”, dijo en Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio JAI (FM 96.3).

Mauro Berenstein es presidente de la DAIA (Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas) desde noviembre del año pasado. Antes de asumir ese cargo, fue presidente de la Federación de Escuelas Judías Argentinas. Es empresario y tiene una maestría en Comercio Exterior por la Universidad de Buenos Aires.

Mauro Berenstein acompañó al presidente Milei en su último viaje a Israel cuando estalló el conflicto con Irán y tuvo que permanecer cinco días más en el país, refugiado en búnkers, hasta que finalmente pudo salir, creo que a través de Jordania.

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Primero, contanos un poco lo personal: vos tenías previsto salir junto con el presidente Milei o tenías previsto quedarte por unas horas, no pudiste salir y tuviste que quedarte cinco días más. Contanos tu propia experiencia personal primero, Mauro. ¿Andás?

Les cuento: como ustedes bien dicen, acompañé al presidente en su gira. Hicimos una actividad en conjunto con la DAIA, que era poner una placa de los secuestrados en Jerusalén, que era algo muy representativo.

Y cuando terminó la visita del presidente, yo tenía planificado mi vuelo la mañana siguiente. Él había viajado creo que era un jueves en la noche y yo tenía planificado viajar el viernes por la mañana. Y bueno, justo ese jueves en la noche comenzó este conflicto.

¿Pensaste que por una hora, tampoco hubiera podido salir el presidente Milei?

Sí, sí, sí. Digamos, así fue. Inclusive tenía gente conocida que estaba viajando en un vuelo… Creo que se cerró el aeropuerto a las 11 de la noche, inclusive con las valijas despachadas y todo. Se cerró el aeropuerto con una hora, hora y media de diferencia.

A lo mejor es una suposición un poco provinciana, pero ¿pensás que como estaba Milei, esperaron que saliera para comenzar el ataque? Para que no quedara un presidente extranjero dentro del país, sin poder salir.

Mirá, a ver, no tengo esa información. Si me preguntás desde el sentido común, supongo que seguramente lo tuvieron en cuenta. Más que justo ese día en la tarde habíamos compartido la firma del memorándum con el primer ministro.

Con lo cual, seguro que este tipo de decisiones se contemplan, que un jefe de Estado de otro país no esté en el momento del conflicto. Pero no tengo información para realmente aseverar que se tomó en cuenta.

Mauro, ¿y vos en particular qué hiciste? ¿Fuiste por tierra a Amán? ¿Cómo es que saliste?

Sí. Yo estuve cinco días en una ciudad que se llama Modiin, que es pegada al aeropuerto, en refugios, que son habitaciones de hormigón con puertas blindadas. Y bueno, conseguí una posibilidad de salir por Amán, vía terrestre. Llegué hasta el aeropuerto de Amán y de ahí volví vía Dubái, con Emirates, que es la compañía que después me sacó hasta Argentina.

Acá me pasaban de producción un informe que la DAIA acaba de difundir. Dice: “Creció el antisemitismo en Argentina, con violencia en redes sociales y agresiones físicas”. Me gustaría que lo compartieras con nuestra audiencia.

Sí. Mirá, nosotros todos los años dentro del CES —que es el Centro de Estudios Sociales de la DAIA— hacemos informes anuales. Este año presentamos la semana pasada el informe donde muestra que hubo un crecimiento del antisemitismo interanual del 17%, que es un número bastante preocupante.

Y hay dos datos que realmente nos han preocupado mucho. Primero, que se triplicó —si bien en términos concretos el número no es demasiado grande—, pero se triplicaron las manifestaciones físicas. O sea, el año pasado habíamos tenido tres agresiones físicas a personas por el mero hecho de vestirse o tener algún atuendo o alguna insignia judía. Este año fueron diez.

Con lo cual, diez personas que por el mero hecho de usar una kipá o tener alguna insignia judía fueron agredidas. Y el segundo dato que nos preocupa mucho es que el 67% de las manifestaciones antisemitas se dan en las redes sociales.

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Con lo cual, ahí tenés un formador de opinión pública, y lo que más preocupa. Una gran cantidad de contenido de desinformación, donde la principal temática tiene que ver con esto del problema bélico que hay desde el 7 de octubre con el grupo terrorista Hamas y ahora con Irán. Al ser espacios donde no hay identificación ni comprobación de información, se desinforma mucho a la gente. Y se confunde mucho.

Mauro, ¿y a qué le atribuís ese 17% que es altísimo? En una inferencia inmediata uno diría: “Bueno, puede tener que ver con Milei”, o sea, es el primer año de Milei como presidente y aumenta el 17% del antisemitismo.

Mirá, la verdad que yo considero que si bien puede haber algún aumento que tenga que ver con su postura y su defensa del presidente de Israel, realmente no creo que el principal motivo sea ese. De hecho, el antisemitismo creció en forma exponencial desde el 7 de octubre.

Creo que en realidad el resultado de esto tiene que ver con el crecimiento en redes sociales, y que las redes sociales sean un espacio donde se pueda manifestar, donde uno pueda desinformar, donde uno pueda escribir lo que quiere. Me parece que eso también es como un espacio que se presta a generar ese crecimiento.

El antisemitismo creció mundialmente. Pero bueno, si comparamos: si en Brasil creció 5% y en Argentina 17%, podríamos inferir una diferencia. ¿Qué datos tenés de, por ejemplo, Brasil o México, países importantes también de la región?

Mirá, te soy sincero, no tengo el dato concreto de Brasil. Sí te puedo asegurar que Argentina fue uno de los países de menor crecimiento a nivel mundial. Si uno mira los países occidentales —Estados Unidos, Francia, Inglaterra— el crecimiento ha sido exponencial. Ni hablar de la situación que se vivió en Estados Unidos con las universidades.

Lo mismo en Europa: el crecimiento ha sido muy superior al de Argentina. Por eso yo hacía este hincapié: si bien hay un crecimiento, yo no lo relaciono de forma directa con Milei.

Vos crees que el crecimiento del antisemitismo en Argentina es menor que el resto de Occidente?

Si, efectivamente.

Habría que verlo con respecto a nuestros vecinos. Con respecto a Brasil. Me parece un dato bien relevante. Además, si no entiendo mal, la otra colectividad importante de Sudamérica está en Brasil.

Bueno, justamente eso te iba a decir. Brasil no es una colectividad muy grande. Imaginate que Argentina es la quinta comunidad más grande del mundo y creo que Brasil es novena o décima. Obviamente tiene comunidades importantes, pero —por ejemplo— te paso otro dato: Chile. hoy tiene una población judía media, no es muy grande, pero el antisemitismo creció muchísimo más que en Argentina.

Te digo un caso donde también estamos hablando de un país vecino, y yo te digo, tengo trato directo con Chile casi te diría a diario, y ellos están viviendo una situación muy compleja también.

Mauro, ¿y en Latinoamérica, después de Argentina, la mayor colectividad en qué otro país está?

Como te decía, Argentina es el país de mayor colectividad en Latinoamérica y después está México. Somos el noveno a nivel mundial. Obviamente, el número uno de América en general es Estados Unidos, después Canadá, Argentina, México, Brasil. Ese sería el orden.

¿Cómo imaginás que esto va a evolucionar a partir del comienzo del conflicto directamente armado con Irán? ¿Va a descender o va a aumentar en función del actual conflicto?

Mirá, yo creo que obviamente va a crecer. No tengo duda de que va a crecer. También hay otro tema, que nosotros intentamos dar respuesta, que tiene que ver con el posicionamiento, principalmente, de la izquierda. Si ustedes miran, hay muchas manifestaciones de izquierda donde se encuentran banderas palestinas o apoyo al grupo terrorista Hamas.

El 7 de octubre fue el comienzo de estos ataques terroristas y me parece que, en las redes, se ha utilizado se ha desinformado mucho sobre esta cuestión, y han buscado en los grupos de izquierda dar soporte para que amplifiquen sus voces.

Entonces, a mi entender —y te repito, es una percepción que estamos evaluando, todavía no tenemos una conclusión definida— es que estos espacios encuentran que sus voces se pueden amplificar por medio de distintos agrupaciones.

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Entonces, de repente, vos encontrás un grupo de izquierda apoyando a Hamás, pero no porque realmente sepan de qué se trata. Porque yo creo que nadie, ninguna persona de bien, puede apoyar un grupo terrorista cuya carta fundamental es el exterminio de un Estado o el exterminio de un pueblo. Sin embargo, levantan esas banderas para lograr visibilizar más su mensaje.

Alejandro Gomel (AG): Muchos estudios señalan cómo en las redes se amplifican estas voces. Y que lo que encuentran muchas veces es una validación. Quiero decir, cuando hay un gobierno que valida algunas políticas que tienen que ver con el odio, emergen y se habilitan justamente otros tipos de odio, como este.

En este caso, lo que tiene que ver con la discriminación y lo que veníamos hablando. ¿Puede ser que estos grupos, que estaban solapados, encuentren validación ahora en las redes, justamente porque los discursos de odio están a la orden del día?

A ver, definitivamente, sí. Los discursos de odio están hoy, lamentablemente, a la orden del día. Yo creo que tiene que ver también con situaciones no solamente en Argentina, sino a nivel mundial. Hay como un enojo mundial.

Y otra cosa en la que vuelvo a hacer hincapié es que hay un espacio de comunicación, el canal de comunicación que hoy principalmente son las redes sociales, que permiten impunemente que cada uno pueda manifestarse sin tener ninguna consecuencia al respecto.

Nosotros creemos que para luchar contra el antisemitismo, contra la discriminación y todo tipo de discurso de odio hay dos caminos: uno es el jurídico, donde hoy realmente creo que hay que hacer un trabajo inmenso dentro de redes. Falta reforzar un montón todo lo que tiene que ver jurídicamente con redes sociales.

Y el segundo, que es en el que más foco estamos haciendo, tiene —y un poco también por mi historia dirigencial— que ver con la educación. De hecho, tenemos que focalizarnos fuertemente en que desde muy jóvenes los chicos tengan que educarse y entender qué tiene que ver con lo que es manifestarse y lo que es agredir, y los discursos de odio.

Con lo cual, el foco principal nuestro hoy —me parece— que tendría que ser… y cuando digo “nosotros”, digo no sólo los judíos, sino como formación argentina, tiene que ver con la educación.

AG: ¿Considera que faltan políticas públicas? Qué pasa con la tarea del INADI, o algún otro instituto?

Sí, sin duda. O sea, definitivamente el desafío es que hay que seguir trabajando para que, obviamente, haya políticas públicas. Por eso, digamos, yo cuando te hablaba de educación… Para mí la educación no sólo parte de las escuelas. Parte de las escuelas, parte de los hogares —ni hablar en redes— hay que hacer más contenido de generación de educación en redes sociales.

Obviamente tenemos que tener un Estado que acompañe y empuje ese tipo de políticas públicas, que permitan una sociedad más igualitaria.

Mauro, inmediatamente todo el mundo asocia con los 90: con AMIA, con la embajada. Obviamente yo trato de explicar siempre la diferencia de contexto: la Guerra del Golfo, que era una guerra de otra naturaleza, una guerra en la que había cerca de cinco mil soldados y que duró varios años con ocupación territorial.

Y, fundamentalmente, la otra diferencia era el factor Carlos Menem. Estaban todas aquellas discusiones de que su campaña presidencial del año 89 se había hecho con apoyo de Gaddafi, por ejemplo.

Es decir, que la situación es distinta a la de los 90, pero de cualquier forma… tener un presidente como Milei, que debe ser uno de los pocos en el mundo que va allí y dice: “Ahora hay que mudar la embajada de Tel Aviv a Jerusalén”, y con el apoyo tan cercano a Netanyahu… ¿Te Genera el temor a la posibilidad de algo similar?

A ver, yo acá quiero diferenciar un tema, que en alguna oportunidad lo he dicho. El presidente tiene un acercamiento a la comunidad judía, pero me parece que acá tenemos que poder abrirlo en dos partes.Por un lado, es su creencia y sus valores, que ha encontrado en las costumbres judías un espacio donde él se referencia y le resulta interesante. Eso me parece que es una cuestión personal de él. Ahí hay una diferenciación.

Cuando el presidente se manifiesta apoyando enormemente al Estado de Israel —o lo mismo, a ver, ahora Estados Unidos, que se ha metido de lleno en la guerra y ha tomado partido— yo lo que creo es que tiene que ver con un posicionamiento en defensa del mundo occidental, del mundo libre, del mundo independiente, del mundo democrático.

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Entonces me parece que trasciende un pensamiento de si tiene que ver con la ayuda o no a una población o a un credo. Acá tenemos que recordar que Israel es el único país de Medio Oriente democrático, occidental, con pensamientos y con ideología liberal.

Y nosotros estamos agradecidos de que el presidente Milei apoye al Estado de Israel, porque de alguna manera está defendiendo una forma de vida, que es la que vivimos nosotros inclusive actualmente en una vida democrática y en una vida libre.

Dicho esto, por otro lado, puntualmente hablando de Argentina:la DAIA es el veedor de la seguridad de la comunidad judía. Con lo cual, la responsabilidad de la comunidad, si bien es del Estado, nosotros colaboramos con hacer controles y ayudar.

Continuamente estamos en contacto con los distintos ministerios. De hecho, hemos elevado un protocolo donde el gobierno, tanto nacional como provincial, ha aumentado los procesos de seguridad y ha reforzado la seguridad en las instituciones judías.

Pero como un protocolo de control, y no porque haya algún tipo de amenaza ni nada. Y esto quiero ser muy respetuoso y también transmitirle a la gente la tranquilidad de que no hay ninguna amenaza y no hay ningún motivo para realmente pensar que puede llegar a haber otro atentado o algo por el estilo.

¿Y cuál es la relación con el Mossad?

Nosotros como DAIA no tenemos relación.

Y desde el punto de vista de la colaboración en los servicios de seguridad entre el gobierno argentino y el gobierno de Israel, ¿no hay ninguna intervención, ninguna advertencia ni colaboración por parte del Mossad?

Acá te hablo desde como ciudadano, y sin tener la información concreta: quiero creer que los servicios de inteligencia internacionales hablan y, obviamente, se dan apoyo entre sí. Supongo que el Servicio de Inteligencia Argentino tiene relación con el Servicio de Inteligencia israelí. Pero eso es una cuestión gubernamental, que la verdad, no quiero dar información que no tengo clara.

Dicho esto, nosotros lo que hacemos es la interacción entre los ministerios y nuestras afiliadas, que —finalmente— lo que hacemos es representar a las instituciones judías en la Argentina.

Déjeme volver: el país número uno en cantidad de judíos en el mundo, Estados Unidos. Número dos, Canadá. Número cinco, Argentina. ¿Quiénes son tres y cuatro?

Inglaterra y Francia.

Donde —casualmente— en Inglaterra el movimiento antisemita está creciendo de una manera muy preocupante.

Sí, correcto. Es lo que yo te decía, cuando vos me comentabas si tenía que ver con el presidente o no. Fijate que tanto Inglaterra como Francia —que son el tercer y cuarto país con mayor cantidad de judíos en el mundo— tienen realmente un reflorecimiento lamentable del antisemitismo.

MC