MODO FONTEVECCHIA
INVESTIGADOR DEL CONICET

Un argentino ganó el premio más importante del mundo para científicos jóvenes

La Unesco reconoció al biólogo Federico Ariel por su trabajo con vistas al desarrollo de pesticidas amigables con el ambiente.

Un argentino ganó el premio más importante del mundo para científicos jóvenes
Un argentino ganó el premio más importante del mundo para científicos jóvenes | Télam

El argentino Federico Ariel ganó el premio más importante del mundo dedicado a jóvenes científicos.

La Unesco reconoció el trabajo del investigador del CONICET sobre el papel que desempeña el ARN (ácido ribonucleico) en las plantas, con vistas al desarrollo de tecnologías capaces de reemplazar a los pesticidas sintéticos, cuyo uso extensivo daña a las personas, los animales y el ambiente. Junto a colegas de China, Serbia, Egipto y Camerún, Ariel fue uno de los cinco ganadores del premio de USD 50.000 al que postularon 2.500 personas.

El biólogo de 40 años, formado en Francia y repatriado a la Argentina, diseña moléculas de ARN que ayudan a las plantas a adaptarse al estrés ambiental y resistir a los patógenos dañinos, reduciendo así la necesidad de pesticidas sintéticos. La Unesco asegura que “este avance nos permitirá proteger los cultivos de las plagas y ayudarlos a resistir las olas de calor utilizando un enfoque libre de transgénicos".

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Los pesticidas suelen ser de amplio espectro, lo que significa que no solo matan a los insectos, hongos o microorganismos que se busca combatir, sino también a aquellos que pueden favorecer el crecimiento de las plantas y la estabilidad de los ecosistemas. El trabajo de Ariel, en cambio, muestra a la planta un segmento del genoma del patógeno para que lo reconozca y genere defensas que bloqueen las infecciones.

Su esperanza es contribuir a “un cambio de paradigma en la producción de alimentos en la Argentina y en el mundo”, con nuevas alternativas en el cultivo de frutas y hortalizas.

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La tecnología todavía no está en el mercado, algo que Ariel espera cambiar tanto desde su propia start up, Apolo Biotech, como desde el directorio de Y-TEC, la empresa del CONICET e YPF. El contexto lo hace sentir optimista, ya que nuestro país “tiene una extraordinaria biología molecular y un potencial enorme de biotecnología”.

JL