Les hacen “upa” y les calzan zapatitos y gorras para protegerlos del calor del sol. En una plaza es habitual verlos dentro de cochecitos de bebés y hasta con sombreritos de cumpleaños, que celebran con masitas y torta. Son los "hijos" de dueños decididos a darles trato humano sin cuestionar que el amor a veces puede ser demasiado.
Se define como “humanización de las mascotas” al acto de asignar emociones, características, actitudes e inteligencia típicas del ser humano a los animales. Se da cuando los dueños tratan de interpretar el comportamientos de perros y gatos desde una perspectiva humana y esperando de ellos una respuesta o reacción también humana.
En la actualidad, la profundización del vínculo dueño-mascota es consecuencia del contexto social y cultural que atraviesa a las nuevas generaciones. Los adultos y jóvenes de la última década establecen una relación de amor en la que colman a los animales con lo que se considera confort humano.
A los clásicos accesorios e indumentaria se le sumó las prendas de diseño en miniatura, servicios de skincare, belleza de pelo y manicure, salidas a cafés temáticos caninos y gatunos, los llevan al cine y los hacen usar ropa interior.
En las redes sociales, es tan habitual ver videos virales de bebés como de perros y gatos adorables haciendo de las suyas o en la fiesta de cumpleaños, en salidas con amigos de la misma especie o conduciendo motos y cuatriciclos. Los maquillan, los pasean en cochecitos de bebé, les dan mate, etc.
En Perfil.com quisimos investigar el fenómeno de la humanización de las mascotas que está tan globalizado y tantos likes genera. Qué hay detrás de esa afición de humanizar a las mascotas y por qué los expertos lo consideran un tipo de maltrato animal.
Qué dicen los profesionales
María Molina y Ximena Castelli son adiestradoras de perros y tienen una mirada clara sobre el proceso de humanización y sus consecuencias.
“Es recomendable que los perros sean adiestrados porque así le vamos a dar las pautas para que se pueda comportar correctamente en sociedad. Podemos realizar actividades, que van a mantener a los perros mentalmente sanos y físicamente sanos, por ejemplo deportes caninos”, explica Molina.
Para entender si existe algún daño que le podemos generar a las mascotas le consultamos al etólogo Ricardo Luis Bruno, veterinario especialista en comportamiento animal, principalmente en perros y gatos domésticos y a la médica veterinaria Camila Galarza, nutricionista y gastroenteróloga animal.
Sobre las consecuencias que pueden sufrir los animales, ambos mencionaron que se pueden ocasionar trastornos en la conducta y problemas asociados al estrés, la irritabilidad y la agresión.Galarza explicó que estos problemas “derivan después en cuestiones de salud a largo plazo”.
Por su parte, Bruno afirmó que a los perros y gatos, al ser tratados en extremo como humanos les genera confusión: “Se genera ansiedad, conflicto interno, o sea, lo obliga a ser algo para lo que no ha sido creado, que no es, que no sabe cómo serlo”
“Lo que le genera al animal ser tratado como un humano es, en el 90% de los casos, un gran estado de ansiedad, desde el miedo, pasando por la fobia, el pánico, los síndromes convulsivos”
Dormir con mi mascota ¿Está bien o mal?
Uno de los comportamientos más naturalizados para quienes tienen mascotas es dormir con ellos en la misma cama. Sobre eso, le consultamos a las adiestradoras y el etólogo.
“Sí tenemos que resolver algún problema comportamental, por algún caso específico, podemos recomendarle al tutor de que le dé espacio, que el perro aprenda a dormir en su cucha, que sea un lugar de calma, que sea un lugar de que se siente cómodo, que se le va a respetar las horas de sueño y no tiene por qué tener que estar pegados un 100% con nosotros”, explica Castelli.
Para Molina, esto “no es malo" y resaltó que "en los perros que tienen ansiedad por separación, que tienen hiper apego con el dueño, si uno duerme con el perro, probablemente, potencie ese problema. O perros que manifiestan algunos tipos de agresión, eso va a potenciar, que este durmiendo con vos en la cama va a potenciar todos esos problemas”.
En una mirada más médica veterinaria, el etólogo Bruno consideró que no es ni bueno ni malo, “simplemente es”. “Lo importante es no estar cambiando constantemente el lugar sino que uno, uno puede criar a un gato, lo que tiene que ser es tener claro qué quiere ese animal y ser coherente y constante en eso”, añadió.
¿Una mascota puede ser el reemplazo de un hijo?
En el fenómeno de la humanización, la necesidad de sobreprotección que muchos padres sufren con sus hijos se ve reflejada en sus mascotas. Las cuidan, las miman y las ayudan en todo.
Basado en la psicología de los cuadrúpedos, Bruno considera que lo más importante es el sentido común del adoptante: “Uno es el humano, es el que está en la cima de la escala zoológica y uno no puede pedir que el sentido común lo ponga un animal, lo tiene que poner el ser humano. Entonces yo creo que ese es el principal esfuerzo que alguien que quiere tener un perro o un gato como mascota es el principal desafío a vencer y la principal meta a lograr”.
Los grados más extremos de humanización como lo son los chupetes, los carritos de bebe (por fuera de un problema de salud) las fiestas de cumpleaños y llevarlos cargados a todos lados evidencian la tendencia generacional de ver a una mascota como reemplazo de un hijo.
Por su parte, Galarza señaló: “Sí, estamos en una nueva era donde la generaciones han cambiado y el prototipo de familia no es como anteriormente lo veíamos. Entonces, las mascotas pasaron a ocupar un lugar muy importante en las casas". "En generaciones nuevas, donde no es tan importante el generar una familia típica, el casarse, el tener hijos, sino que están en busca de otra cosa, las mascotas sí están pasando a reemplazar, por así decirlo esos niños, y muchas veces lastimosamente eso genera que se lleve a que haya una humanización y no los respetemos como especies diferentes” añadió.
Molina, en su rol de educadora canina explicó: “Totalmente, es lo que sucede habitualmente. Tenemos un perro y lo hacemos dormir con nosotros, no lo dejamos solo nunca, por temor a que nos extrañe, lo sobreprotegemos, les hacemos hacer cosas de humanos y eso está mal. Eso a la larga son problemas de conducta. Los problemas de conductas no son otra cosa que la mala relación, la manera incorrecta de relacionarnos con los perros”
Ximena concluyó: “Lamentablemente sí y eso en realidad el humano también está sufriendo, al ponerle una expectativa a un animal diferente a lo que le puede dar claramente que es muy dañino”.
La pregunta que queda flotando es si estamos dispuestos a asumir que el amor que le damos a las mascotas puede llegar a perjudicarlas…o no.
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