La ansiedad es una preocupación intensa, excesiva y persistente que produce temor en todas las situaciones de la vida diaria. A menudo, los trastornos de ansiedad se manifiestan con episodios repetidos de sentimientos repentinos de ansiedad intensa y miedo o terror que llegan a su máximo en solo unos minutos (por ejemplo, los llamados “ataques de pánico”). Cuando se convierte en un estado crónico, es un predecesor del estrés, y ambos pueden pasar primero por una fase adrenérgica (liberación de adrenalina por las glándulas suprarrenales) y, luego, por una fase corticoide (liberación de cortisol por las glándulas suprarrenales).
Para poder entender mejor todo el cambio orgánico que se produce en el cuerpo a la hora de estar en estado de alerta, es necesario poder reconocer que el sistema nervioso central del ser humano está dividido en dos partes, por un lado, el sistema nervioso simpático, y por otro, el sistema nervioso parasimpático.
El sistema nervioso simpático es el responsable de prepararnos para la situación de alerta con sus reacciones de lucha y huida. Este libera adrenalina, y en ese momento se dilatan las pupilas para una mejor visión, aumentan los latidos del corazón, dilata los bronquios, detiene el trabajo del sistema digestivo (sería difícil para alguien comer o defecar cuando está huyendo), por lo cual disminuye las contracciones estomacales y las intestinales, y estimula las glándulas suprarrenales.
En época de crisis los expertos recomiendan aprender a dar primeros auxilios psicológicos
El sistema parasimpático es el que se pone en funcionamiento cuando uno está tranquilo, es decir, es el que ayuda a renovar energía. Cuando el sistema parasimpático está en funcionamiento, los latidos del corazón son más lentos, la respiración es mucho más lenta, y en este momento, el sistema digestivo se estimula, por lo que se puede comer bien, ya que se activan las contracciones estomacales, el páncreas y el intestino.
La ansiedad es una emoción sana que muchas veces se vuelve disfuncional, cuando muestra un peligro que no es real, que no existe: cómo hacer para bajar los niveles de ansiedad?
Escribir es un gran aliado. Cuando uno escribe baja a papel esa información que está en su cabeza y deja la cabeza un poco más libre. Por otro lado cuando uno escribe, hay muchas más uniones neuronales que se ponen en juego lo que hace que baje mucho la ansiedad.
La salud mental en tiempos electorales: cómo sobrellevar la incertidumbre en Argentina
Las respiraciones profundas también son muy importantes en momentos en momentos de ansiedad.
También se puede elegir algún objeto que esté alrededor y observarlo profundamente y describirlo: su forma, sus colores, si está dividido en partes o es una sola pieza, de qué me materiales está hecho, qué forma o formas tiene, si es pesado, liviano, cálido, frío… Cuanto más profunda sea la definición de ese objeto, más tiempo uno va a estar en tiempo presente, en el aquí y ahora.
También es un buen aliado cuando la ansiedad nos supera, tomar un cubito de hielo, y ponerlo en la nuca, eso hace que elcuerpo de alguna manera balancee ese exceso de ansiedad, y vuelva a un estado de calma.
Aprender a escucharnos a nosotros mismos, lo que no expresamos con la voz lo dice nuestro cuerpo. Cuando se están sintiendo dolores físicos, tensión, dolores musculares, cefaleas o problemas para conciliar el sueño es bueno hacer un stop. Parar y autoevaluarse, tomarse tiempos para respirar y observar, hacer caminatas o actividad física, asimismo tratarnos a nosotros mismos con menos severidad, concediéndonos la compasión de aceptar lo que podemos y no podemos hacer y auto aceptarnos en eso.
En la actualidad el estrés laboral, y el burnout son temes que están ocupando un lugar importante en la agenda del consultorio, y no solo con pacientes que se encuentran en Argentina. Es un tema que toma relevancia a nivel mundial.
Ninguna técnica reemplaza un espacio de terapia, o un programa de manejo de ansiedad, cuando se siente que la ansiedad se vuelve incontrolable.
