OPINIóN
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Bases para una plataforma educativa

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Aprender. Los resultados de estas pruebas reflejan el estado de la educación. | cedoc

Cualquier plan nace con una realidad que inspira una vocación de transformación y un ideal al que arribar. Planificar es básicamente traer el futuro a la actualidad y empezar a construirlo.

Los tiempos electorales deberían ofrecen la oportunidad de debate de propuestas de innovación educativa, partiendo de la realidad para producir cambios. Esto es así porque a nadie se le escapa que la educación hoy, no tiene los niveles mínimos o ni los que, en algún momento, nos hicieron sentir orgullo.

Las pruebas Aprender realizadas en 2022 y cuyos resultados se hicieron públicos hace unos días, le ponen número y dato a tanto relato, permitiendo contar con un diagnóstico más o menos preciso del estado de situación de la educación argentina.

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Estas pruebas son el dispositivo de evaluación que realiza el Ministerio de Educación nacional de los aprendizajes del estudiantado y sobre las condiciones en las que se desarrollan los estudios. A nivel mundial, hay acuerdo que los resultados de aprendizaje del estudiantado constituyen un factor central para diseñar las políticas públicas, si bien puede y debe haber otras herramientas para evaluar y medir, este instrumento es relevante.

La evaluación efectuada en 2022, tuvo un objetivo de 397.687 estudiantes de quinto y sexto año de 11.672 escuelas secundarias, contando con una participación del 69,2% de los alumnos y del 96,7% de las escuelas, por lo que es una muestra válida.

Los resultados marcan un enorme retroceso en los aprendizajes de Lengua y Matemática en relación a la prueba de 2019. Vemos que en Lengua se verificaba que el 38,3% del estudiantado en 2019, que se ubicaba dentro del grupo de desempeño básico y por debajo del básico, mientras que ese mismo grupo en 2022 alcanzó el 43%. En Matemática, en 2019 el mismo grupo (básico y por debajo del básico) llegaba al 71,4% del estudiantado, mientras que en 2022 asciende el 82,4%. En síntesis, estábamos mal, hoy, después de tres años estamos peor.

Estos resultados muestran un deterioro significativo de los aprendizajes, dentro de la educación obligatoria a partir de las políticas desplegadas nacional y provincialmente, durante la pandemia y después de ella.

Lamentablemente, las medidas tomadas, lejos de basarse en la evidencia o verificar acciones emprendidas en otros países, etc., dieron continuidad a un conjunto de definiciones que atentan hace años contra la calidad. Por si eso fuera poco, en agosto de 2022, se recortó el presupuesto a las políticas para revincular al estudiantado que no volvió a la escuela, que, por cierto, en general corresponde a sectores bajos.

Estas cifras representan a la juventud argentina que, si depende de la educación recibida, difícilmente tendrá conocimientos y competencias que den acceso a oportunidades reales de progreso, buenos trabajos e ingresos, limitando el ejercicio de sus derechos.

Esta información es la evidencia necesaria para diseñar políticas públicas efectivas que conjuguen inclusión, equidad y la calidad, de lo contrario, la continuidad de las actuales premisas educativas seguirá reproduciendo inequidad social: ricos con acceso a buena educación y sectores pobres con mala educación, lo que consolida el círculo de pobreza y marginación social. Revertir estos déficits educativos exige impulsar políticas de Estado profundas e integrales, evidentemente solo con eslóganes y marketing no fue suficiente.

Lejos de discursos grandilocuentes, es desde esta realidad que hay que instrumentar planes serios que modifiquen este triste cuadro. Estos datos exponen que el problema al ser general, es un problema del sistema educativo en su conjunto: Nación y provincias. Por eso hace falta un acuerdo de cambio profundo en la organización y funcionamiento del sistema educativo, sus instituciones, los diseños curriculares, las prácticas pedagógicas y didácticas. Otros países lo hicieron, nosotros podemos y debemos llevarlo adelante, porque el presente de la educación es el futuro de la sociedad.

*Miembro del Consejo de Gobierno de Unesco-Iesalc.