Desde hace años vengo insistiendo en la necesidad de apoyar el desarrollo productivo de la Argentina, motorizando y sosteniendo a las pymes, verdaderas generadoras de empleo y bienestar. Es por eso que no me canso de decirlo: “sin crecimiento productivo no hay país inclusivo, viable y sostenible en el tiempo”. Para lograrlo, tenemos que incrementar la riqueza del país y dar trabajo digno a todos, solo así podremos sacar de la pobreza estructural a millones de argentinos que viven hoy fuera del sistema, subsistiendo gracias a la ayuda del Estado.
Una de las tantas dificultades que debe afrontar alguien que quiere iniciar un emprendimiento productivo, es encontrarse con un sistema financiero que poco lo acompaña. No se trata de una cuestión coyuntural, sino más bien de un déficit histórico de varias décadas. Como señala el actual Ministro de Desarrollo Productivo de la Nación, Matías Kulfas, solo las grandes empresas logran un acceso al financiamiento en el mercado capitales y créditos bancarios; mientras que las Pymes solo pueden contar con fondos propios, descuentos de cheques y adelantos de cuenta corriente.
Una de las tantas dificultades que debe afrontar alguien que quiere iniciar un emprendimiento productivo, es encontrarse con un sistema financiero que poco lo acompaña.
Cabe destacar, que la ayuda que hoy reciben las Pymes proviene casi en su totalidad de la banca pública y desde diversas políticas implementadas por el Estado. Según el Presupuesto Nacional 2021, fueron destinados más de $108 mil millones de pesos, a distintos fondos fiduciarios vinculados a la promoción de actividades productivas.
Por esto, a esta altura considero oportuno plantear la necesidad de crear una figura que centralice, coordine y potencie el esfuerzo que está realizando el Estado en la promoción del desarrollo productivo. En este sentido estamos trabajando desde el Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE) y esa es la impronta que la gestión actual, bajo la conducción de José Ignacio De Mendiguren, le está imprimiendo.
Experiencias
Es cierto que nuestro país tiene el recuerdo del Banco Nacional de Desarrollo (Banade). Creado en 1970, tuvo una presencia significativa durante varios años en el ámbito financiero brindado apoyo a proyectos industriales y de infraestructura, pero en el año 1993, en medio de un discurso privatizador y frente a un quebranto generalizado en sus líneas de crédito, el banco fue liquidado.
También podemos ver que hay otros ejemplos, como en el caso de Brasil. A través del Banco Nacional do Desenvolvimento Econômico e Social (BNDES), desde hace más de 55 años, ha promovido el financiamiento productivo a largo plazo, lo cual ha sido fundamental para la expansión de empresas y sectores estratégicos.
El BICE ha dejado de ser un mero banco de segundo grado y cada día se acerca más a este objetivo de convertirse en un Banco de Desarrollo Productivo
Para que el BICE cumpla ese rol, será necesario adaptar la legislación y las regulaciones del Banco Central de la República Argentina, otorgándole una mayor flexibilidad y dinamismo, especialmente para el financiamiento de las Pymes. Y al mismo tiempo dotarlo de recursos genuinos. Estos deberían provenir de la reorientación de los distintos fondos ya existentes y su posterior centralización en el banco, algo que permitiría aprovechar las herramientas actuales evitando así una superposición, optimizando de esta manera los recursos disponibles y su monitoreo. Desde ya, esta refundación del BICE, deberá ser acompañada por una verdadera política de Estado que establezca, en base al diálogo y el consenso de todos los sectores políticos, un conjunto de definiciones claras sobre la orientación y los objetivos estratégicos para el desarrollo productivo del país.
Creo que se están dando los primeros pasos en este sentido. El BICE ha dejado de ser un mero banco de segundo grado y cada día se acerca más a este objetivo de convertirse en un Banco de Desarrollo Productivo.
Es tiempo que el sistema financiero en su conjunto comience a acompañar. Solo de este modo, podremos pasar de una Argentina subutilizada, que no explota todas sus posibilidades, a una Argentina que desarrolle todo su potencial productivo, dando empleo digno a miles de argentinos que lo están reclamando.
*Director del Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE) y director ejecutivo del Movimiento Productivo Argentino (MPA).