Hace algunos días se hizo público un laudo arbitral que condena al actor Kevin Spacey a pagar la suma aproximada de 31 millones de dólares en concepto de indemnización a la productora de la serie House of Cards (MRC).
Como consecuencia del escándalo internacional generado por Spacey, la productora de la exitosa serie tuvo que reescribir el guion y reducir la cantidad de temporadas, lo cual generó un gran impacto negativo en las finanzas de MRC.
Spacey fue acusado por al menos 20 víctimas (entre ellas empleados y colaboradores de la serie) debido a distintas situaciones de abuso sexual y conductas inapropiadas por parte del actor.
Nueva demanda por abuso contra Kevin Spacey
Independientemente de la condena penal, social y mediática que pudiera recaer sobre el actor, la condena arbitral está vinculada al incumplimiento de sus obligaciones contractuales con la productora. Porque en el contrato se había estipulado que, ante cualquier incumplimiento por parte del actor, las partes resolverían sus conflictos ante un Tribunal Arbitral. Claro está que la conducta inapropiada y poco ética del ex protagonista de la serie, constituye un incumplimiento contractual, lo que motivó a MRC a dirigirse ante el Tribunal Arbitral en cuestión.
¿Y si hubiese sucedido en Argentina? ¿Una productora argentina hubiese podido acudir al Arbitraje por su cuenta?
En nuestro país existe el Arbitraje, está previsto y regulado por el Código Civil y Comercial de la Nación (Arts. 1649 a 1665) y es una excelente alternativa a la Justicia ordinaria y sus “causas eternas”.
El Arbitraje nos permite resolver nuestros conflictos en plazos más reducidos que los de la Justicia ordinaria, hacerlo de manera menos costosa, confidencial y calificada, es decir, que las controversias serán resultas no necesariamente por jueces y/o abogados, sino por expertos (en ocasiones elegidos por las partes) que tienen conocimientos sobre la industria o negocio dentro del cual ocurrió el conflicto.
Respondiendo al interrogante, sí. Hubiese sido posible acudir a un Arbitraje en Argentina, pero se hubieran tenido que reunir una serie de condiciones:
Entonces, sólo se requiere: 1. Que se trate de una cuestión patrimonial de Derecho Privado (que no sea de familia, que no esté vinculada a contratos por adhesión o de consumo ni se trate de asuntos laborales -ya que, para esos conflictos, está el SECLO-) y 2. Que haya un acuerdo escrito entre partes para someterse a este proceso. Es importante saber que este mecanismo debe ser acordado por ambas partes, ya sea en una cláusula del contrato que las une o en un instrumento separado, que haga referencia a dicho contrato.
¿No será tiempo de empezar a resolver nuestros conflictos de Derecho Privado de esta manera?
En Argentina no existe una “cultura arbitral” muy marcada. De hecho, se prefiere acudir a la Justicia Ordinaria para resolver los conflictos, aunque conlleve años, costas judiciales, honorarios de peritos y, por supuesto, estrés, tanto para el cliente, como para su abogado.
La escandalosa reaparición de Kevin Spacey en las redes sociales
Considero que esta noticia es una buena llamada de atención para que, al menos en lo relativo a contratos entre particulares, comencemos a ejecutar la abogacía preventiva. Es decir, que redactemos contratos que nos brinden las herramientas necesarias para poder resolver los conflictos que puedan surgir, de manera rápida, al menor costo posible y, en forma confidencial.
¿Se imagina a las empresas resolviendo sus conflictos, sin dar intervención a la Justicia? ¿Se imagina al dueño de una Pyme, resolviendo una controversia con uno de sus proveedores de manera rápida y confidencial?
En Argentina existe por ejemplo el Tribunal de la Bolsa de Comercio o de la Bolsa de Cereales. Hay Tribunales Arbitrales en materia de consumo y algunos en áreas vinculadas a Propiedad Horizontal, entre muchos otros.
Kevin Spacey denunció que las pruebas en un caso de abuso fueron alteradas
Tenemos la oportunidad de empezar a contemplar esta alternativa, de asesorarnos y de hacer prospectiva a la hora de hacer negocios. Tenemos que asegurarnos de tener las herramientas necesarias para poder gestionar y resolver conflictos de la manera más eficiente y menos dañosa para el vínculo entre las partes y para la economía de éstas.
¿Ud. estaría dispuesto a dar ese paso?
* César Scheffer. Docente de la carrera de Abogacía en UADE.
