OPINIóN
Política argentina

Coaliciones: ¿por qué son positivas para el poder político?

Sean horizontales o verticales, las coaliciones son producto de la fragmentación política, hija de la inestabilidad, y fueron institucionalizadas por cambios en el sistema electoral. El sistema ¿puede sostenerlas?

Diego Reynoso: "Hay una gran crítica de la gente hacía las dos grandes coaliciones políticas del país"
Diego Reynoso: "Hay una gran crítica de la gente hacía las dos grandes coaliciones políticas del país". | Net Tv

Haré un esfuerzo para desarrollar la tensión entre coaliciones horizontales versus coaliciones verticales, las llamaré así de ahora en más para facilitar la lectura. Para ello veamos por qué se dan las coaliciones; qué tienen de positivo para el poder político y cuáles son sus consecuencias.

Tengamos en claro algo: no es necesario formar una coalición para gobernar, pero sí es más fácil llegar al poder con una. Esto es así por diferentes cuestiones, pero quedémonos con una que es básicamente el apoyo, tanto electoral como para gobernar.

Los partidos tradicionales -el Partido Justicialista y la Unión Cívica Radical- sufrieron un gran deterioro en el plano electoral desde el 2001. 

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Si uno analiza cada provincia detalladamente, verá que existen distritos donde hay partidos locales importantes que pueden hacerse llamar radicales o peronistas pero con una lógica muy particular, ya no con una disciplina de partido. Se pulverizó esa idea de bipartidismo.

Debido a cambios en el sistema electoral y a la inestabilidad política del 2001, aumentó la fragmentación en la competencia electoral. Antes era evidente el peso de esos dos partidos mayoritarios, ahora podemos ver que hay voces disidentes. No significa que antes no las hubiera, pero eran dentro del partido e ir por fuera era sinónimo de traición. Un radical o un peronista, por más que no estuviera de acuerdo con la voz predominante de su partido, nunca se le hubiese ocurrido competir electoralmente fuera de él o contra él.

 

Coaliciones: ¿son positivas para el poder político?

Las coaliciones -en Argentina-  son producto de la fragmentación política, hija de la inestabilidad, y fueron institucionalizadas, de algún modo, por cambios en el sistema electoral. Esto no es un dato menor, porque estoy diciendo que si la inestabilidad no producía fragmentación y los cambios electorales no se daban, las coaliciones hoy no existirían.

En consecuencia con lo anterior, las coaliciones nacieron en un momento de crisis, y como toda crisis trae consigo un proceso de maduración y acá es donde vemos la tensión entre “tipos” de coaliciones, tipos que no son más que ideales. Esta clasificación de coaliciones son las que he llamado horizontales y verticales.

Antes de continuar, quiero detenerme en por qué son positivas para el poder político. Como me ha dicho un profesor: ningún político toca el sistema electoral por amor al arte, sino para asegurar su poder. Si he afirmado que la coalición nace de la inestabilidad, claramente la intención fue para que no se materialice el “que se vayan todos”. 

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La coalición da lugar a que un político (o grupo) aún habiendo perdido poder pueda seguir existiendo. Miremos muy sintéticamente dos ejemplos: Sergio Massa y Elisa Carrió.

Si no hubiera existido la posibilidad del ingreso de partidos minoritarios a la competencia electoral, tanto Massa como Carrió hubieran tenido dos opciones: llamarse al silencio o retirarse de la política. Ninguno de los dos lo hizo, armaron su propio partido competitivo: el Frente Renovador y la Coalición Cívica. Ambos forman parte de coaliciones. Remarco: partidos competitivos, algo impensado en la lógica pseudo-bipartidista.

Pues bien, las coaliciones traen consigo consecuencias, pero es muy temprano como para dar con una enumeración perfecta. Limitémonos a pensar en que las coaliciones son fruto de la fragmentación política, por ende, pondrá en jaque al hiper-presidencialismo argentino. Pero esto no es lineal, pues como sostuve en el anterior artículo, el paradigma que se imponga será el que reine. 

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Las coaliciones verticales tienden a ser más hiper-presidencialistas que las horizontales. Sin embargo, es difícil concebir la idea de que en coaliciones horizontales se den respuestas a problemas tan profundos como tiene nuestro país.

Una segunda hipótesis, que sostengo, es que debido a la alta fragmentación las coaliciones tenderán a consolidarse como mecanismo, lo que no quiere decir que las coaliciones siempre sean las mismas. Es más, estoy convencido de que en el futuro veremos coaliciones que nunca antes hubiéramos imaginado, de hecho ya podemos observar alianzas entre “liberales” y “nacionalistas”.

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Por último, quiero tocar por arriba esta idea porque me da cierto temor: presiento que este sistema si llega a desarrollarse en virtud de la inestabilidad, el sistema se volverá más costoso de lo que es, y en términos tanto políticos como económicos, entre otros. Cuando algo se vuelve excesivamente costoso tiende a explotar, y como vimos: de la explosión sólo se salvan los de arriba.

Sólo para aclarar, el anterior desarrollo trata del surgimiento de las coaliciones exclusivamente en Argentina. En otros países y sistema de gobiernos, se dieron por diferentes cuestiones como, por ejemplo, nuevos sectores de la sociedad con derechos políticos y nuevas demandas, entre otros.