Hay una idea, ya sea expresada como posibilidad o como deseo, que es el fin del kirchnerismo o el principio del mismo. Para responder a esta hipótesis, o para darle un marco de comprensión, partiré de una serie de preguntas que iré respondiendo a lo largo del desarrollo.
La primera pregunta es sobre la competencia electoral desde el retorno a la democracia hasta la actualidad. Para ello, tomemos como punto de partida que desde 1983 hasta 1999 se dio la competencia entre PJ y UCR como dos grandes partidos institucionalizados. Las demandas eran captadas por ambos y no era posible la entrada de otro partido en la contienda electoral y esto fue, en parte, por las instituciones electorales de dicho período.
A partir de los cambios en el sistema electoral, apareció la posibilidad de llegar al poder a través de una coalición y así llegó la Alianza. Debido a la salida abrupta del gobierno de De La Rúa y los distintos presidentes que pasaron por la Rosada sin éxito, la política sufrió una gran crisis y varios frentes salieron a la contienda en 2003.
Coaliciones de gobierno
En ese contexto Néstor Kirchner se proclamó presidente. Si bien el Frente para la Victoria (FpV) fue una coalición, rápidamente el bloque kirchnerista tomó el protagonismo y prácticamente era más una sola cosa y no un conjunto de cosas.
Con algunos ajustes, este bloque kirchnerista se mantuvo hasta las elecciones de 2015 donde partidos opositores formaron la coalición Cambiemos (de ahora en más: JxC) que ganó en las elecciones presidenciales. Esta coalición fue distinta en su comportamiento en relaciòn al FpV: nunca JxC se transformó en el macrismo.
2023: ¿Coaliciones en desborde y elecciones inertes?
Los partidos que formaron la coalición siguieron con su identidad, lo que hizo más identificable la “coalición de gobierno”. Podemos discutir y decir que no es una coalición de gobierno como se entiende en sistemas parlamentarios europeos, es cierto, pero es una consecuencia de la reforma constitucional de 1994 y de la crisis del 2001.
En las elecciones de 2019 al poder también llegó una coalición: el Frente de Todos (FdT). Ésta, mucho más clara que JxC, es una coalición de distintos partidos que no nos pondremos a detallar uno por uno porque son evidentes a la vista de cualquier observador.
Pues bien, ya que tenemos un breve resumen, me atreveré a hacer una clasificación entre coaliciones de “alta, media o baja conflictividad interna” y si las resoluciones tienden a ser horizontales o verticales.
Con el primer criterio hago referencia a cómo es la relación entre los partidos de la coalición, mientras que con el segundo a si las acciones políticas son más bien consensuadas (horizontal) o que un sector de la coalición es predominante y el único que actúa (vertical).
Esto es esquemático, no quiere decir que en la práctica sea tal cual, es a fin de dar un marco.
Coaliciones: ¿fin del kirchnerismo?
El Frente de Todos cuenta con una “alta conflictividad interna”, pero de resoluciones horizontales -no podemos decir que el que gobierna es uno solo-. JxC, en su experiencia 2015-19, comenzó con una conflictividad interna media con una tendencia en alza, al final de su ciclo.
Sin embargo, a diferencia de FdT, sus resoluciones estuvieron más cerca de ser verticales que horizontales -el “macrismo” tenía un peso mayor en la coalición-.
Cumbre de los líderes del PRO: señal de unidad y el acuerdo de una reunión con José Luis Espert
El comportamiento de JxC se desfigura si vemos la oferta actual para las elecciones de 2023. La coalición intenta demostrar que mantendría una conflictividad interna media, pero que sus acciones van a ser más horizontales que verticales.
Enfrente tiene a una coalición nueva encabezada por Javier Milei que claramente podría clasificarse igual que el FpV: una baja conflictividad interna y una tendencia a resoluciones verticales.
Luego de dicho análisis cabe preguntarse qué pasará post 2023 y aquí podremos discutir si realmente es el fin o no del kirchnerismo. Todo depende de que el paradigma se mantenga.
Si las coaliciones de gobierno con resoluciones horizontales se instalan con éxito, el kirchnerismo tendrá un rol más bien secundario de lo que fue en su pasado.
Sin embargo, la aparición de la coalición “libertaria” pone en jaque dicho paradigma.
En otras palabras, creo que están en juego las coaliciones (de resoluciones) horizontales versus las coaliciones verticales. Las sigo llamando coaliciones porque no dejan de ser alianzas de partidos que pueden quebrar, es decir, de partidos de baja institucionalización, distintos al radicalismo y al peronismo del siglo pasado.
A mi entender, no hay mejor escenario para el kirchnerismo que el de coaliciones verticales donde tuvieron un gran éxito como movimiento. Lugar donde otros movimientos demuestran ciertas debilidades.
