Uno de los grandes desafíos que hoy enfrentan las organizaciones es la adaptación a la revolución tecnológica y - asociado a ésta- los desafíos del aprendizaje que trae a los colaboradores. A todos.Ceos incluidos.
Los nuevos paradigmas asociados a la inteligencia artificial, las redes sociales – las existentes y las por venir -, los nuevos modelos híbridos de trabajo entre la presencialidad y el home office, el liderazgo de autoridad versus el liderazgo de influencia, la gestión por objetivos o proyectos y no por horas, estructuras más horizontales, la gestión de la propia responsabilidad en la tarea figuran en el menú de opciones de tareas a gestionar. ¿Cómo me adapto? ¿Tengo las herramientas para hacerlo? ¿Mi organización me ofrece opciones? ¿Me apoya en estos desafíos? ¿Me siento preparado emocionalmente y técnicamente?¿Me animo a aprender?
En entornos no lineales, frágiles y por momentos incomprensibles – el conocido modelo BANI - experimentamos mayor ansiedad y mayor urgencia.
Integrar la IA de manera estratégica
Los ciclos de innovación son cada vez más cortos, tenemos menos tiempo para aprender y adaptarnos. Vivimos una desestabilización dinámica. Es por esto que las organizaciones que ponen en el centro a las personas se encuentran mejor preparadas con varias millas por delante y con capacidad de maniobra para adaptarse a entornos de cambios constantes y dinámicos.
Aprender juntos a ser resilientes, empáticos, con la confianza en el centro, siendo transparentes, en trabajo colaborativo permite alcanzar mejores resultados en contextos más armónicos y comprometidos.
Esta enorme tarea se facilita con la colaboración de coaches organizacionales preparados para acompañar a equipos a adaptarse a esta dinámica de cambio. Con escucha activa y empática. Con entendimiento de las resistencias. Poniendo en valor las virtudes de los equipos. Colaborando en la gestión de quiebres para generar cambios.
¿A qué estamos dispuestos a renunciar para seguir avanzando?