OPINIóN
Análisis Político

Destruir al kirchnerismo no es un valor en sí mismo

Después de las elecciones generales, se fortaleció desde varios sectores la propuesta de exterminar al partido que gobierna en la actualidad. La sordera ya perjudicó a Juntos por el Cambio y el aturdimiento afecta al partido libertario. Nuestra sociedad no necesita gritos de guerra.

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Patricia Bullrich, Javier Milei y Sergio Massa en el segundo debate presidencial. | NA

Se lo escucha proponer en estos días a Javier Milei, a voz en cuello, formar una coalición para “destruir al kirchnerismo”. Ganar y destruir todo los que los K representan. Convocar a Juntos por el Cambio, rival en la reciente elección, a destruir al kirchnerismo en la Argentina y borrarlo para siempre de la escena.

Todo esto como si esta idea se tratara de un valor convocante para la sociedad, que con esa bandera se volcaría a las urnas dándole la soñada victoria en las próximas elecciones de segunda vuelta. Esto es falso. O, por lo menos, atrasa con respecto al mensaje que la sociedad mostró a través del voto. Es producto de una sordera que ya pasó por Juntos por el Cambio y de un aturdimiento que hoy afecta al libertario.

Los candidatos de la oposición argentina abandonan el sentimiento de la esperanza, de llevar a la sociedad a una vida mejor, a un bienestar. Para cuidar su metro cuadrado, lo han cambiado por un grito de guerra: “Voy a destruir al contrario”.

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Muchas veces, lo hicieron influenciados por el oxígeno que le dieron los números de ventaja electoral y que los envolvió en un lugar de altivez, donde se abrió la carpa del Circo Beat y se dejó de lado la gente.

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Hoy comienza otra elección completamente distinta, donde se mira a los candidatos con un prisma diferente. Donde la gente quiere ver quién los cuida, quién los guía, quién los quiere y quién los acompaña.

Cuidado con las ‘fotos de familias’, y no lo digo por la familia sanguínea. Mucho dirigente no significa mucho voto. Mucha empatía, sí.

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Cuidado también con el León. Es fuerte, es el rey de la selva, pero si se enoja ruge y te devora. Es mejor que piense y no que muerda.
El país habla a través de las urnas y volverá a hacerlo pronto. Los escenarios, muchas veces, solo revelan los cambios que los políticos tardan en ver.