OPINIóN
Decisiones políticas

La piedra de Alberto Fernández

Son necesarios nuevas estrategias a los nuevos problemas por la pandemia y que se asuman las responsabilidades de cada caso

Conferencia de Fernández y Kicillof 20200408
El presidente Alberto Fernández y el gobernador de Buenos Aires Axel Kicillof. | Captura de TV

Una de las principales características que tuvo el gobierno del Presidente Macri fue hacer camino al andar, y utilizar hasta el hartazgo la lógica de ensayo y error. Lo dijimos hace más de cuatro años para su política y lo repetimos hoy ‘No debe mantenerse obstinadamente defendiendo una política si esta se demuestra equivocada, pero tampoco puede basar su acción gubernamental sobre la base del ensayo y error.’ (http://bit.ly/a-buen-puerto), parece que esta no es la forma de ver el mundo del Presidente Fernández, mucho menos en lo que respecta al manejo de la pandemia de Covid-19.

Muchas han sido las idas y vueltas respecto a qué hacer o dejar de hacer al respecto, desde aquel lejano 6 de febrero del año pasado en que el Ministro de Salud de la Nación Ginés González García dijera que ‘Estamos lejos [de un caso de COVID-19 porque] estamos en verano, algo que nos juega muy a favor’ que devino en un posterior ‘Yo creí que iba a llegar más tarde, no creí que iba a llegar antes de terminar el verano’ a la más actual declaración de la Viceministra de Salud de la Nación Carla Vizzoti quien afirmó que ‘La decisión sanitaria más importante que nos tenemos que plantear es si queremos tener 10 millones de personas vacunadas a marzo con dos dosis o si preferimos tener 20 millones de personas con una sola. En este contexto de pandemia es muy lógico pensar que se pueda vacunar a más gente con la primera dosis y diferir la segunda para cuando ya esté controlado el brote’ y al día siguiente afirmó que la vacuna desarrollada por el Centro de Investigación Gamaleya de Rusia ‘es la única cuyo esquema de vacunación consta de dos componentes, en primer lugar, el componente Ad26, y luego de un intervalo mínimo de 21 días, el segundo componente Ad5. Argentina planea administrarlas según esta indicación’.

Una de las principales características que tuvo el gobierno del Presidente Macri fue hacer camino al andar, y utilizar hasta el hartazgo la lógica de ensayo y error.

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Aunque no son las únicas, también en el último tiempo se cuenta la estigmatización realizada por el Presidente de la República, quien afirmara que el segundo brote estaba motorizado por el accionar de los jóvenes y días más tarde fuera desautorizado por el Gobernador de la Provincia de Buenos Aires y la Viceministra de Salud, lo que parece exhibir ciertas fisuras en el hasta ahora monolítico bloque gobernante respecto a cómo encarar la pandemia.

Quizás el mayor exponente haya sido el Decreto 4/2021 (http://bit.ly/info-leg) por el que se estipularon criterios para definir ‘que existe alto riesgo sanitario y condiciones epidemiológicas que ameritan por parte de los Gobernadores y las Gobernadoras de Provincias y del Jefe de Gobierno de la CIUDAD AUTÓNOMA DE BUENOS AIRES, adoptar medidas de limitación de la circulación’ ante lo cual ‘las autoridades provinciales y de la CIUDAD AUTÓNOMA DE BUENOS AIRES, con el objetivo de evitar situaciones que puedan favorecer su propagación, deberán priorizar la limitación de la circulación en el horario nocturno’, una redacción lo suficientemente laxa como para hacer que se hace algo pero no se hace nada, por demás preocupante porque por segunda vez tenemos la posibilidad de conocer de antemano la realidad y por segunda vez nos equivocamos. Dicen que el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra, el problema es que nosotros no nos tropezamos, la pateamos… y dos veces.

¿Y por qué decimos que se rompe el bloque monolítico de acción? Porque en un país presidencialista como Argentina, que el Presidente delegue el accionar en un tema tan central como la contención de la pandemia en esta etapa en manos de los gobernadores permite que haya multiplicidad de acciones. Esta realidad, que en otro gobernante sería tildada de falta de liderazgo, solo es posible porque quien gobierna es el peronismo, puesto que ningún gobernador peronista estaría dispuesto a asumir el costo político de una decisión que puede ser trasladada a otro gobernante.

En un país presidencialista como Argentina, que el Presidente delegue la contención de la pandemia en esta etapa en manos de los gobernadores permite que haya multiplicidad de acciones

Entonces nos encontramos, de golpe y sin pensarlo, ante la realidad de decisiones de índole provincial, pudiendo ser contrapuestas algunas de ella, pero que exhiben el crisol de realidades que vive el país, algo a lo que no estamos acostumbrados y que desde Buenos Aires no está muy bien visto, pero necesario dada la disparidad de realidades subnacionales. Ya se cometió en marzo pasado el error de actuar de manera unitaria y hegemonizante ante una realidad federal y heterogénea, no debemos patear una vez más la misma piedra. Pero la realidad es que, a su vez, cada Provincia debiera actuar de similar manera, porque tomando el ejemplo de la Provincia de Buenos Aires, no es lo mismo el caso de un Municipio con gran cantidad de residentes temporales en época de vacaciones que aquellos que no tienen esa realidad. No basta con la lógica de las fases, lo que sirvió en su momento ya no sirve.

Es necesario que ante nuevos problemas se adopten nuevas estrategias, y fundamentalmente que se asuman responsabilidades, porque es malo el ensayo y error, pero peor es anunciar cuestiones que luego no se cumplen. No hay peor norma que la que no se respeta, porque no cumple su función, en consecuencia el dictar normas impracticables por el solo hecho de poder decir el día de mañana ‘yo hice esto’, es inútil.

El gobierno nacional patea una vez más la misma piedra. Vuelve a equivocar el camino, aunque esta vez sin asumir el costo político de manera exclusiva

Hoy en día la Provincia de Buenos Aires no respeta el Decreto 4/2021, y muchos de los Municipios de la provincia tampoco, puesto que no asumen la responsabilidad de alzar la voz y pedir ayuda antes que sea tarde. Nadie quiere asumir el costo político, porque aunque el Gobernador Kicillof anuncie que ‘Prefiero que me tomen por antipático que por irresponsable’, la realidad es que no lo lleva a la práctica y no quiere ser el antipático que establece el ‘toque de queda sanitario’ en algunos Municipios aunque debiera, y prefiere obviar explícitamente y avanzar con su propia lógica desmarcándose de la política nacional sobre el tema.

Frente a lo que siempre sostuvo el Gobierno nacional  ‘Si el dilema es la economía o la vida, yo elijo la vida. Después veremos cómo ordenar la economía’, el cambio de mano lo explicitó el Jefe de Gabinete bonaerense Carlos Blanco quien afirmó que hay que ‘cuidar la vida sin dejar de lado el trabajo y la producción’, se ve que llegó el momento de ordenar la economía sin haber podido resolver antes el dilema planteado por el Presidente, o al menos no haberlo resuelto de la manera en que Alberto Fernández lo enunciaba. En consecuencia la Provincia avanza en su propia estrategia frente al COVID-19 basada en establecer horarios específicos para el desarrollo de determinadas actividades económicas.

El gobierno nacional patea una vez más la misma piedra, pese a contar con información anticipada viendo lo que acontece en Europa unas semanas antes, que aparentemente es el modelo a seguir. Vuelve a equivocar el camino, aunque esta vez sin asumir el costo político de manera exclusiva. Ahora lo comparte con los gobernadores, ¿Cuánto tardarán éstos en compartirlo con los Intendentes?