OPINIóN
opinión

El feminismo siempre del lado de la democracia

En este nuevo aniversario del Golpe de Estado de 1976 es imposible no atender al actual contexto político para repudiar a la dictadura cívico-militar. Hay un protagonista nuevo y poderoso en el escenario: el movimiento feminista que es sinónimo y garantía de defensa de la democracia.

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Madres. Reconocidas por las femnistas de hoy. | cedoc

En este nuevo aniversario del Golpe de Estado de 1976 es imposible no atender al actual contexto político para repudiar a la dictadura cívico-militar. Hay un protagonista nuevo y poderoso en el escenario: el movimiento feminista que es sinónimo y garantía de defensa de la democracia.

El movimiento de mujeres y diversidades sexuales crece a un ritmo inusitado y contra todos los pronósticos agoreros. Este movimiento, que llama la atención a nivel mundial y que seduce con su pañuelo verde, se emparenta directamente con las luchas de las mujeres durante la dictadura. Es muy difícil analizar este movimiento sin verlo como deudor de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo. “Marchen, caminen” y ellas marcharon; hicieron ronda con brazos entrelazados, mucho antes de que la palabra sororidad empezara a circular. Jóvenes, en su mayoría amas de casa sin militancia política que salían a reclamar por sus hijos desaparecidos. La cara más terrible de “lo personal es político”.

Ya recuperada la democracia, las Madres, aunque en carácter individual, participaron del Primer Encuentro Nacional de Mujeres.  Se discutía el derecho al aborto y las urgencias de tener una ley de divorcio y la patria potestad que era de los padres hombres y no compartida.

Por otro lado, durante la dictadura cívico-militar las militantes feministas debieron ir al exilio u obedecer al silencio y la moderación para preservar sus vidas. Aunque, a pesar de la represión imperante se mantuvieron algunos centros ligados a la izquierda. Mabel Bellucci, activista y autora del libro Historia de una desobediencia. Aborto y feminismo, da cuenta de la resistencia cultural de las mujeres en distintas provincias a través de reuniones privadas en casas particulares. “Esta modalidad autogestiva de soporte intelectual fue sumamente difundida entre los circuitos de clase media urbana y se conoció como cultura de catacumbas”, señala.

Y en lo que respecta a las diversidades sexuales, la historia aún está silenciada. La moral de la dictadura imponía un orden de sexualidad binaria. Cristian Prieto, activista y autor de Fichados: Crónicas de amores clandestinos, investigó los archivos de la ex Dippba, (Dirección de Inteligencia de la Policía de la Provincia de Buenos Aires), donde se evidencia la persecución a las diversidades sexuales.

El feminismo hoy incluye a las diversidades sexuales, a las activistas que abrieron el camino y respeta a Madres y Abuelas. El crecimiento del movimiento está directamente relacionado con su capacidad de aceptar las diferencias

Esto viene a cuento porque el movimiento feminista es un nuevo factor de poder político en el escenario actual. Un movimiento que no está representado por ninguna organización política específica, que tiene en su interior grandes diferencias, pero que construyó su poder en el respeto a lo diverso y lo diferente. Además, construyó ese poder con prácticas profundamente democráticas hacia su interior. Vemos el árbol y vemos el bosque.

Claramente no es viable hoy un Golpe al estilo militar, por eso, la atención se concentra en las nuevas modalidades de ruptura del orden democrátco. Tenemos los casos de Bolivia, con Evo Morales y de Brasil, con Lula.

Esos son los nuevos golpes, destitución de presidentes bajo otras formas. Los sectores que miraron para otro lado o titubearon en esas circunstancias, nos deben explicaciones.El feminismo es hoy amplio y heterogéneo, con corrientes de pensamiento político y filosófico con enormes diferencias; pero no entra la derecha. 

Esa derecha que se disfraza de liberal, de cool, de antipolítica o de militar con ropa de combate, pero le molesta el lenguaje inclusivo, el aborto, la educación sexual y para la que todo reclamo del feminismo es sinónimo de feminazi, esa derecha odia al movimiento de mujeres.

Nosotras seguimos nuestro camino: siempre del lado de la democracia.

*Escritora y periodista.