OPINIóN
Análisis y crítica

El futuro después del Covid-19

El libro dirigido por el investigador Alejandro Grimson, a pesar de presentarlo como plural se condena al capitalismo y plantean la necesidad de un Estado omnipresente.

“El futuro después del COVID 19”-20200514
“El futuro después del COVID 19” | Presidencia de la Nación

La Presidencia de la Nación publicó  “El futuro después del Covid-19” que forma parte del proyecto Argentina Futura dirigido por el antropólogo e investigador del Conicet Alejandro Grimson. El libro reúne los trabajos de 28 intelectuales convocados para exponer sobre el tema. Grimson plantea  en la introducción que venimos de décadas de hegemonía global de ultra liberalismo económico y de una narrativa individualista, anti-pública y anti-estatal que ha estallado con esta crisis sanitaria y que tenemos la necesidad de una construcción colectiva de un Estado presente que garantice la sustentabilidad de políticas acordadas.

A pesar de repetir que la publicación es plural y multidimensional, la condena al capitalismo y a la barbarie neoliberal y la necesidad de un Estado omnipresente permean con variaciones de forma e intensidad en todos los escritos del libro.  Si bien pareciera no ser la intención declamada por el Director del Proyecto, los trabajos, con cinco excepciones, muestran una perfecta correlación con los argumentos de la introducción. Incluso las preguntas a Jorge Alemán en la entrevista al final del libro están direccionadas para obtener una condena del capitalismo.  

A pesar de repetir que la publicación es plural y multidimensional, la condena al capitalismo

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Los diferentes artículos parecieran competir por quién utiliza adjetivos más potentes para demonizar al neoliberalismo y presentar al Estado como única solución. Roberto Follari niega la idea del progreso continuo y Paula Canelo considera que el Estado constituye  la única solución.  Ricardo Forster quien fuera Secretario del Pensamiento Nacional  comparte una conferencia de García Linares, Vicepresidente de Evo Morales, sobre los males de un sistema que busca la maximización de la ganancia y Atilio Borón  critica la voracidad de los empresarios argentinos “infectados por el virus del recelo y la vileza”.

Rita Salgado habla del Estado maternal del Presidente Fernández que prioriza  la vida en contraposición al Estado patriarcal donde prevalece la economía y Dora Barrancos genera el clímax dramático al acusar a Johnson, Bolsonaro y Trump de promover la selección eugénica para eliminar a los indeseables e imperfectos que no supieron usufructuar del sistema.

Svampa y Viale sostienen que el Covid-19 tiene su origen en la depredación neoliberal del medioambiente y piensan en un ambicioso Gran Pacto Ecosocial y Económico que elimine la pobreza y garantice la felicidad. Mignolo promueve la “desoccidentalización” y reivindica el Estado materno que transforme la distancia física en armonía comunal/social. Sandra Valdettaro y Cristian Alarcon se proponen destruir la confianza con frases como “los futuros presentes no son alentadores” o “el futuro es impredecible” o habrá salvación del virus pero no del mundo gobernado por las corporaciones y el capital financiero. María Pía López aboga por el trabajo comunitario y María Morena por un feminismo ciborg yuyero. Para Gabriela Cabezón el capitalismo es el tirano que nos lleva a la muerte de todes.

En este mundo execrable y un futuro por predecir los trabajos de Beatriz Sarlo, Juan Tokatlian, Vicente Palermo, Eduardo Fidanza y Andrés Malamud son un bálsamo  donde se plantean propuestas para los problemas actuales. Todo lo anterior son juegos de inquisidores sociales para entretenerse en tertulias de salón.   

La preocupación por denostar al capitalismo evita las preguntas. Mignolo no se interroga sobre las causas del crecimiento de China que le permite hablar del mundo multipolar, o el Estado inexistente cuando Atilio Boron explica que representa el 40% de la economía o los billones de dólares volcados para sostener los ingresos con políticas heterodoxas de endeudamiento o que el Estado maternal no es exclusivo de Alberto Fernández o que Boris Johnson se trató en el Sistema de Salud Público mientras los políticos argentinos recurren al sistema privado. O que los asesores sanitarios de Trump pertenecen al CDC, NIAID y FDA mientras los del Gobierno nacional  provienen del sector privado.

La primera página  enumera las autoridades del Poder Ejecutivo comenzando por el Presidente de la Nación avalando la publicación. Las definiciones políticas  son  precisas y en especial las del Director de Argentina Futura y trascienden el incidente del Covid-19 porque plantean un futuro para la organización del país. Si esto fuera así habría motivos más que suficientes para  preocuparse.