OPINIóN
“Fair play”

El juego tiene que ser algo serio

En las apuestas online, como en todos los otros juegos, se requiere responsabilidad y legalidad para que el entretenimiento no tenga consecuencias adversas. El dominio bet.ar identifica a los sitios que cuentan con una licencia otorgada por los organismos del Estado.

últimos años creció de manera exponencial la cantidad de casas de juegos de azar en línea 20230817
últimos años creció de manera exponencial la cantidad de casas de juegos de azar en línea. | pixabay

“Jugar” como acto recreativo y lúdico es una de las formas más antiguas de interacción social humana, cuando el juego se convierte en algo “serio” deja de ser divertido y se pierde su esencia. A lo largo de la historia, este tipo de actividad ha tenido un rol preponderante en cuanto al entramado sociocultural del ser humano.

El estado de acuerdo en las reglas funciona a modo de “institución social” aglutinante de distintos individuos, de manera mancomunada nos pusimos de acuerdo como especie en ciertos lineamientos necesarios para que todos “juguemos a lo mismo”. 

Así, podemos inferir que la capacidad organizativa de los “juegos” a nivel mundial, tiene una penetración social tan grande que nos define tanto en lo ético como en lo moral. Cualquier deporte, por ejemplo, tiene una reglamentación clara que es comprendida en todos los continentes y, por caso, a nadie se le ocurriría agarrar la pelota con la mano durante un partido de fútbol, así sea en un encuentro entre amigos, que no tiene ninguna sanción formal, porque sería un acto irresponsable para el normal desarrollo del juego. 

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En las apuestas online, como en todos los otros juegos, ser responsables es una parte fundamental. Y aunque esta premisa incluye a los apostadores, en la práctica hay un compromiso mucho mayor que deben tomar las casas de apuestas, que en el último tiempo tuvieron un fuerte crecimiento. Legalidad y responsabilidad, entonces, podrían ser la base para que este entretenimiento no tenga consecuencias adversas y sea un espacio más, como tantos otros, para recrear el ánimo en su tiempo libre.

Los factores que aquí intervienen son varios, desde la seguridad de los datos personales hasta el fomento del juego responsable por parte del usuario. Tenemos que comprender como sociedad, apelando al pasado histórico de los juegos, que lo lúdico tiene que ser el principal rasgo característico. Si se pierde este componente, deja de ser divertido y se convierte en algo “serio” donde el entretenimiento termina siendo reemplazado por la ansiedad y la angustia.

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Como mencioné anteriormente, la responsabilidad de mantener el espíritu del juego, no recae sólo sobre quienes lo practican, sino también sobre quienes estimulan la actividad. En el caso del juego online, serían apostadores y casas de apuestas. Estas últimas deben comprometerse, desde su lugar y con sus herramientas, a que la actividad sea un divertimento y una recreación y no se convierta en algo contraproducente para la sociedad.

En primer término, debemos eliminar la ilegalidad en todos los juegos y, particularmente, en las apuestas. En Argentina, los sitios de juego online, casino, poker, ruleta y más, deben contar con una serie de puntos fundamentales desde el aspecto legal. Uno de esos ítems más destacados y sencillos para identificar, va de la mano con el dominio, bet.ar. Este dominio permite a los potenciales apostadores diferenciar fácilmente a los sitios ilegales de los legales que cuentan con una licencia otorgada por los organismos del Estado.

El juego tiene que ser algo serio

Los sitios ilegales de apuestas online son la peor amenaza en el mundo del entretenimiento, así como también lo son para cualquier otro juego, la ilegalidad es una de las grandes artífices de la degradación del componente lúdico. 

Al no adecuarse al marco normativo, suelen incentivar el acceso a menores de edad, pero no sólo eso, también atentan contra la recaudación impositiva del Estado, ya que estos sitios piratas, al no estar registrados, evaden todo tipo de fiscalización. En este punto es fundamental la presencia gubernamental con una legislación clara, con un rol de auditor de las casas de apuestas para desbaratar las ilegales y un nuevo esquema tributario que le saque presión a los sitios legales para fomentar el crecimiento de los mismos en desmedro de la proliferación de los que están por fuera de la ley.

Para seguir manteniendo el entretenimiento en el juego online, necesitamos que los usuarios puedan discernir la actividad que se está desarrollando. Por eso es muy importante la reglamentación en cuanto a la edad prohibitiva en el juego. Los menores tienen menos noción y autocontrol sobre sus acciones, son impulsivos y suelen actuar persiguiendo la emoción y no la razón. Para ello es necesario un estricto control de las solicitudes de alta para evitar el registro de menores de 18 años y contribuir a que haya un entretenimiento limpio que sostenga lo lúdico de la actividad.

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Todos los juegos tienen riesgos y existe una incertidumbre de los resultados, eso es lo que los hace tan entretenidos, nadie jugaría a nada sabiendo previamente que va a perder o incluso sabiendo que va a ganar, el desarrollo es más divertido que el resultado en sí. En esta dinámica por mantener el espíritu fundacional del juego como tal, tenemos que concientizar de los riesgos que el mismo conlleva. Facilitarles a los jugadores todas las herramientas posibles para que visualicen las consecuencias que tienen todos los juegos ya sean apuestas online, deportes de contacto, deportes cognitivos y psicológicos, naipes, juegos de mesa, etc. Tener en cuenta esto, es lo que nos va a permitir perpetuar el entretenimiento por sobre lo “serio”.

Decir “basta”, lejos de ser un acto de cobardía, es por el contrario una muestra de valentía. No somos superhéroes, lejos estamos de poder controlar todo, y caer en cuenta de esto puede significar un proceso complejo, pero a fin de cuentas, es necesario. El caso más emblemático, seguramente por la popularidad de ese juego, es el de los futbolistas. Más de una vez hemos visto a grandes figuras llorar como nenes cuando tienen que decir “basta”. Pero “decir adiós es crecer” decía Gustavo Cerati y, cuando algo ya no nos hace bien, es mejor soltar para asegurar nuestro propio bienestar.

En el caso del juego online existe una herramienta que sería como “el retiro” para los futbolistas. El llamado Programa de Autoexclusión, es la alternativa para aquellos usuarios que voluntariamente desean que se les impida tanto el acceso como la posibilidad de realizar apuestas o formar parte de juegos de azar. De esta manera, al igual que los futbolistas con distintos equipos interdisciplinarios, los apostadores no están solos al momento de decir “basta”.

Si queremos seguir jugando, no podemos hacernos los distraídos, ni en el deporte, ni en las apuestas, ni en lo cultural. La carga psicológica que muchas veces tienen todos los juegos, termina generando el efecto contrario a la génesis de la actividad, que es el entretenimiento, la diversión, lo lúdico. Que el “juego” no se convierta en algo “serio”, tiene que ser el objetivo de toda la sociedad.

* Director de Asuntos Públicos y Legales del Grupo Boldt y ex Presidente de A.L.A.J.A (Asociación Latinoamericana de Juegos de Azar)