OPINIóN
influencer medio oriental

El palestino israelí que se enfrenta a Al Jazeera

La disputa entre NAS, un popular vlogger que vive en Israel, y la cadena de Qatar, ilumina el cruce de narrativas que hoy atraviesa la conflictiva región.

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Respuesta. El joven fue acusado de recibir dinero del gobierno de Jerusalén por Mahmoud Nawajaa, que lidera las campañas internacionales de boicot contra Israel. | cedoc

No es la guerra de Iom Kipur ni la de los Seis Días, o la matanza Irán-Irak de los años ochenta. Pero en Medio Oriente estalló una nueva, pequeña guerra, esta vez sin muertos pero con bastante violencia, entre la cadena televisiva qatarí Al Jazeera y un influencer israelí árabe famoso por sus videos en YouTube y Facebook.  

El influencer/vlogger es Nuseir Yassin, conocido como Nas, de 28 años, creador de la serie Nas Daily, que debutó en febrero del 2016 cuando se propuso publicar un video distinto de un minuto durante mil días seguidos. Nuseir habla árabe y, por supuesto, un hebreo perfecto, y a los 19 años pudo entrar a estudiar a Harvard.  

Su proyecto tuvo un éxito enorme. La página de Facebook tiene actualmente más de 17 millones de seguidores y el canal de YouTube, que arrancó hace siete años, cuenta con más de 1,7 millones de suscriptores y alrededor de 343 millones de visualizaciones de sus videos.

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Palestino e israelí. Yassin nació en Arraba, una ciudad de mayoría árabe musulmana en el norte de Israel. El influencer se considera palestino-israelí: si bien es (de una manera profesional y entretenida) muy crítico del racismo en el país, nunca se lo escuchó, al menos públicamente, rechazar su nacionalidad.

De hecho, es común verlo en grandes congresos de tecnología en Tel Aviv o Jerusalén como una de las estrellas de la StartUp Nation, el ecosistema israelí que estimula la creación de emprendimientos informáticos que van desde sistemas de vigilancia a vlogs en internet.

El tono de los videos de Nas es de un estilo “humanista”, siempre con una moraleja en favor de la coexistencia y la paz, aunque en los últimos años, gracias a su éxito, está produciendo clips de viajes alrededor del mundo y algunos patrocinados por empresas high tech.

Los israelíes árabes en general lo miran con recelo por su popularidad, pero el país está lleno de exitosos profesionales que coexisten todo el tiempo con sus compatriotas judíos en hospitales, cuarteles militares, empresas de tecnología o bufetes de abogados.

Como una gran parte de los israelíes musulmanes de origen palestino, Nuseir vive un intenso dilema: es orgulloso de su herencia étnica y, al mismo tiempo, aprovecha -de manera natural porque es su derecho como ciudadano-, las ventajas de vivir en un país desarrollado.

Complicaciones. Dejando de lado las cuestiones históricas, los argumentos de uno y otro lado, y las eventuales injusticias, está claro que un personaje como Nuseir no hubiera alcanzado semejante éxito global de haber nacido en Gaza, ni siquiera en Egipto o Jordania, donde muchos de sus videos hubieran sido censurados.

Es así que el proyecto de Nas Daily venía desde hace años navegando en aguas complicadas pero sin olas gigantes. Hasta que a algún productor del canal en idioma árabe de Al Jazeera se le ocurrió entrevistar a Mahmoud Nawajaa, uno de los principales dirigentes del BDS (Boycott, Divestment and Sanctions), la organización pro-palestina que moviliza a nivel mundial un boicot económico y cultural de Israel.

En su declaración de principios, el BDS evita declararse favorable a una resolución de “un estado para dos pueblos” o “dos estados para dos pueblos” en lo que hoy cubre la geografía de Israel y los Territorios Palestinos.

Y si bien en su interior alberga muchos personajes que generalmente bordean el antisemitismo y entre sus objetivos figura el imposible “regreso” de los refugiados palestinos y sus descendientes a Israel, el BDS tiene un enemigo principal: la “normalización”.

Traidores. Para muchos palestinos, en especial jóvenes, y sus defensores en el mundo árabe, “normalizar” relaciones con Israel es equiparable a la traición. “Normalizar”, para estos activistas, incluye desde mantener relaciones económicas con una empresa “enemiga” o simplemente hablar por teléfono con un israelí.

Y en ese nivel lo puso Nawajaa al vlogger ísraelí, quien -para echar más sal a la herida- está en pareja con una israelí-estadounidense de familia mitad judía, mitad mormona.

En el programa de Al Jazeera, que se puede ver en su sitio AJ+ Arabi en Instagram, Nawajaa dijo que, a los ojos del BDS, Yassin es un agente de la “normalización” que “recibe dinero del gobierno” de Jerusalén para su nuevo proyecto, una “academia” en la que enseñará a otros jóvenes a realizar sus propios videos.

Nawajaa y Al Jazeera dijeron que la academia también recibe dinero de los Emiratos Árabes Unidos (EAU) y que uno de sus directivos es un ex entrenador de las Fuerzas de Defensa de Israel.

AJ+ Arabi acusó a Nas de “usar las palabras apertura, coexistencia y paz” para “hacer quedar bien a Israel”. Y el activista del BDS agregó: Nas “utiliza todas las herramientas que le provee el gobierno israelí y es parte de su programa oficial de propaganda”.

Para el creador de Nas Daily, quien venía caminando en punta de pies desde el principio de su proyecto, la acusación fue demasiado. Y apeló a su arma preferida, un clip en Facebook, esta vez de casi seis minutos, con el título de “Tengan cuidado con Al Jazeera” y que ya fue visto por siete millones y medio de personas.

Su principal problema no fue tanto por la acusación del militante del BDS sino con la decisión de Al Jazeera de financiar la difusión paga de la entrevista en las redes sociales, tanto en sus cuentas como a través de canales alternativos.La guerra, al fin y al cabo, no era entre Yassin y Nawajaa sino entre la cadena televisiva y el vlog.

Fake news. “Dios mío, no puedo creer que esto nos esté pasando”, comienza el video de Nuseir, grabado en las oficinas de su empresa. El influencer fue directo al grano y aseguró que el “ataque” está hecho de “fake news” y lanzado “por un gobierno”.

Al Jazeera, que tiene su base en Doha, es propiedad del gobierno de Qatar. Como Nas se encargó de señalar en su video, la cadena suele tener un discurso “amigable” en su canal en inglés y otro más combativo y alineado con las posiciones del gobierno qatarí, en su canal en árabe.

En 2017, Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos, Bahrein y Egipto -países que, de una u otra manera, son cercanos a Israel- cortaron lazos diplomáticos y comerciales con Qatar y le impusieron un bloqueo por mar, tierra y aire, a causa de las buenas relaciones de Doha con Irán y su apoyo a algunas organizaciones islámicas que combaten en Siria.

Para pelear ese enfrentamiento, y también para meterse en el conflicto palestino-israelí, Al Jazeera es un arma importante.

“No puedo quedarme callado”, dijo Nas en su video. “El mes pasado hubo una campaña coordinada de noticias falsas contra Nas Daily acusándonos de cosas que son objetivamente incorrectas”, afirmó.

A diferencia de su productora de contenidos, Al Jazeera cuenta con “dinero ilimitado, tiene alcance ilimitado, tiene poder ilimitado”, disparó el influencer.

Hablar árabe. No es fácil de entender por qué Al Jazeera, una de las cadenas de noticias más grandes del mundo se la agarró con Nas. Pero el vlogger mostró en su video que, en efecto, las acusaciones en su contra aparecieron en un posteo patrocinado, es decir, pago, en la cuenta de la revista cultural árabe Meem, por ejemplo.

Y destacó también que este contenido apareció en los canales en árabe de la cadena, pero no en el inglés, que es mucho más moderado y nunca se atrevería a mostrar producciones que puedan “ofender” al mundo occidental.

“Si no hablás árabe, nunca te vas a enterar de estas cosas”, cuenta el influencer. “Pero viene sucediendo desde hace décadas en Medio Oriente”, asegura.

Al mundo que habla inglés “Al Jazeera dice: ‘recordemos el Holocausto y nunca lo repitamos’”, pero “al mundo árabe le dice: ¿de verdad ocurrió el Holocausto”, señaló Nas, exhibiendo imágenes de programas de la cadena qatarí.

Sean cuales sean los motivos detrás de la televisora de Doha, esta pequeña guerra entre el Goliat mediático qatarí y el David israelí-árabe está mostrando que los conflictos en Medio Oriente no se pelean solamente con aviones MiG o F-16, cohetes y tanques. También se hace con las noticias de Al Jazeera, los diarios sauditas en inglés y los “Fauda” y “Teherán” de la oleada de series israelíes en streaming global.

“Periodista. Se especializa en temas de la realidad israelí.