OPINIóN
“Estar y sostener”

Final de vida, cuidados y abordajes

El afrontar los cuidados de fin de vida es, antes que una técnica de cuidados o un manejo de la medicación, acompañar el dolor, la angustia y el sinsentido de la muerte.

20230212_manos_cuidado_abuelos_cedoc_g
Acompañamiento. Es entendida como una etapa más en el vivir de cualquier ser humano. | cedoc

El nombre que lo define es cuidados paliativos. Es un concepto muy amplio y abarcativo que se escucha desde hace pocas décadas y que aún cuesta implantar en el mundo de la salud. Aunque nadie en público habla mal de él, en la práctica cuesta encontrar equipos que trabajen interdisciplinariamente y puedan ayudar a la persona y a sus familiares que lo transitan.

La clave de este abordaje es mirar el planteamiento de la persona en su totalidad y en su bienestar y confort. Los cuidados paliativos, o de final de vida, buscan mejorar la calidad de vida de los pacientes que tienen una enfermedad grave que está en un estado irreversible.

Teniendo en cuenta la irreversibilidad de la enfermedad que atañe a la persona, podemos pensar que pueden comenzar en el diagnóstico de la misma, durante el tratamiento o seguimiento de dicha enfermedad.

Esto no le gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Hoy más que nunca Suscribite

Los cuidados paliativos son o deberían ser abordados interdisciplinariamente debido a que se necesita abarcar ciertas áreas:

 ◆ Medicamentos.

 ◆ Cambios nutricionales.

 ◆ Técnicas de relajación.

 ◆ Apoyo emocional y espiritual.

 ◆ Apoyo para los niños o cuidadores familiares.

En general podemos afirmar que los fármacos más utilizados son sedativos, por ejemplo opioides como la morfina, metadona o benzodiacepinas (midazolam); los neurolépticos sedativos haloperidol, clorpromazina IV o levomepromazina sc; los anticonvulsivantes (fenobarbital im o sc) y los anestésicos (propofol IV), ya que lo que se busca es el confort, el bajar el dolor y la incomodidad del paciente.

Dicho trabajo es un abordaje que para que se pueda realizar con seriedad debe tener una mirada antropológica humanista, un poder mirar a la persona en su totalidad y, al mirarla en su globalidad, poder observar los límites que tiene la vida. El afrontar dicho abordaje en salud es abordarlo desde la aceptación del límite de la tarea del profesional de salud, que valora el final de vida como una etapa más en el vivir de cualquier ser humano. Por ello, choca de frente con la mirada positivista que rige en la medicina tradicional, que a toda costa hay que alargar la vida, dándole días a costa de la calidad de ellos.

El afrontar los cuidados de fin de vida es, antes que una técnica de cuidados o un manejo de la medicación, acompañar el dolor, la angustia y el sinsentido de la muerte; por ello, afirmo que es un abordaje donde la concepción antropológica-humanista prima sobre todo, y esto es imposible sin incorporar la dimensión espiritual de la persona.

En los últimos acompañamientos que hemos realizado, nos dio plena satisfacción poder palpar que el paciente se fue en “paz”, que el paciente concluye una etapa y puede “descansar en paz”, y ver que sus familiares pudieron estar junto a él, dándole afecto, acariciándolo y besándolo en su última etapa; a los familiares les queda la sensación de haber hecho todo y que el afecto fue bien brindado.

Es imposible realizar dicha tarea si no es desde una mirada interdisciplinaria, donde profesionales de la medicina especializados en cuidados paliativos, enfermeras, kinesiólogos, nutricionistas y psicólogos, trabajen mancomunadamente en pos de la calidad de vida y de un final en paz.

Es clave para un buen trabajo que los profesionales hayamos podido transitar el dolor, poder entender qué se busca y ser empáticos. Es un trabajo donde es imposible no poner el cuerpo, no poder callar y abrazar mientras el otro padece un dolor. Es un arte donde el “estar y sostener” es la clave, donde no existen las palabras mágicas, donde sabemos que no hay palabras para decir frente a la partida de un ser amado, un ser querido, un ser que nos brindó amor durante mucho tiempo en nuestra vida.

El dedicarse a los cuidados paliativos es seguir apostando a humanizar las ciencias humanas, donde se le pone límite a la ciencia, para ahondar en el arte de curar todas las facetas de la vida.

*Médica geriatra y paliativista.
**Psicólogo, teólogo y especialista en acompañamiento del dolor.